"Le...... No, Su...... Majestad."
"En esta habitación... Usé magia insonorizante. Así que... Igual que antes, llámame por mi nombre."
Pero no pudo. El hecho de que su meticulosa pero débil criada cercana hubiera lanzado magia insonorizante le hizo sentir la distancia de la realidad que conocía.
"No puedo...... hacer eso ahora, Su Majestad. Despertar...... No, no creo que eso sea importante en este momento... ...."
Kahel tragó un sorbo y cerró los ojos con fuerza. Estaba confundido sobre qué llevarse a la boca. De alguna manera, todo parecía haber funcionado, pero él no estaba feliz en absoluto. Es como saber que el conejo que estaba tratando de sostener en sus brazos era una bestia divina que ni siquiera podía llamarse conejo. Todo lo que quería en la vida era ese conejito cálido.
Kahel respiró hondo sin hacer ruido y luego abrió los ojos. Estaba acostumbrado al deber y la responsabilidad. Se trataba de matar su propio corazón, no era imposible. Como siempre, si tan solo se mantuviera firme y no titubeara, todos podrían ser felices.
"Gracias por salvarme, Su Majestad".
Kahel no se molestó en mirar a Lena.
"Parece que te has despertado en el acto. Mientras tanto, he estado ignorando a Su Majestad, me arrepentiré de mis pecados y he tallado en mis huesos la gracia que me salvó la vida... En el futuro... Ducado Luave es leal a la Reina..."
"Kahel".
Su corazón, que pensó que ya estaba firme, se derrumbó rápidamente ante el sonido de la pequeña voz que lo llamaba 'Kahel'. Nada le vino a la mente como si su mente se hubiera quedado en blanco.
"Te extrañé."
Kahel volvió su mirada hacia Lena sin darse cuenta. Había mucha agua alrededor de sus bonitos ojos.
"Pensé que nunca te volvería a ver... Estaba tan asustado".
"Lena......."
"Lamento haber sido engañado como un idiota. Cuando te apuñalan por mi culpa..."
Las lágrimas brotaron de los ojos de Lena.
"Tenía tanto miedo que pensé que ibas a morir. Me temo que nunca volverás a llamar mi nombre........"
Kahel no tuvo más remedio que desobedecer las palabras de su padre esta vez. Secó suavemente la mejilla empapada de lágrimas de Lena.
"Yo... tenía miedo de que murieras...."
Lena frotó su mejilla en su mano, tan grande, cálida y firme como recordaba. Pensó que se había calmado mucho durante la última semana, pero eso debe haber sido una ilusión. Solo ahora tuvo una gran sensación de alivio.
"Bésame."
Sintió que la mano de Kahel se contraía.
"Eso......."
"Es, es el co, com, comando de Queen".
La voz de Lena temblaba mucho. Kahel, preguntándose en qué parte del mundo se encontraba semejante tirano, estaba dispuesto a obedecer las órdenes como las leales alas negras de la Reina.
"Entonces, como se ordenó......."
Podía sentir el aliento tembloroso en sus labios mientras se acercaba. Su conejito, a pesar de su formidable ascenso como Reina, seguía siendo tan adorable y tierno que tuvo el honor de poner sus humildes labios sobre esos fragantes labios, mientras lucha por reprimir sus instintos depredadores.
Hubo ruidos durante un rato, pero Damien, que estaba parado afuera, siguió llamando a la puerta, preguntándose si algo andaba mal. Pero los dos no podían darse el lujo de preocuparse por eso. La temperatura corporal que sentían era tan preciosa que ni siquiera sabían que Damien abrió la puerta de golpe mientras ellos se concentraban en ella.
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El duque diabólico no puede dormir
FantasíaDuke Kahel Luave, el duque desafortunado, que no puede mantener a un sirviente a su lado debido a la naturaleza diabólica que encanta a hombres y mujeres de todas las edades. Conoce a Lena, una sirvienta con una constitución rara donde los encantos...