Daddy! - MinSung (Sin editar)

12. Cake

Jisung reía animadamente junto a otros cocineros que la veían tierna.

Estaba en la cocina ayudando a hacer de comer a los otros. La verdad era que estaba muy aburrida, su papi había salido hacía 2 días y se quedó sola. Así que, como no sabía que más hacer, preguntó si podía ayudar en la cocina.

Quería hacer algo para Minho, pues le habían dicho esa misma tarde que por la noche regresaría a la casa. Se puso muy feliz porque realmente lo extrañaba.

—Señorita, está llena de harina en toda la cara... —Jisung asintió mientras se seguía riendo. Se estaba divirtiendo jugando con la harina que instantes antes se le había caído en toda la ropa y en las manos. Se intentó sacudir antes con sus manitos, pero terminaron llenas de harina y no se dio cuenta hasta que se rascó. Una cocinera le dijo aquello y ella se lo intentaba quitar con las manos, termino llena en todo el rostro.

—B-bueno... —Dio una última risa. —¿Qué otra cosa llevaba el p-pastel? Quiero hacerlo boni-to para m-mi papi Minho. —Dijo animada.

Las otras cocineras le ayudaron y le fueron diciendo los ingredientes y cómo irlo haciendo. También le ayudaron a decorarlo.

Al final, el pastel a los ojos de Han quedó perfecto, así que lo llevó al refrigerador para esperar hasta cuando su mayor llegara para dárselo ella misma.

—¡Muchas gracias por a-ayudarme! —Les hizo una reverencia a todos sonriendo ampliamente. —Me divertí mu-mucho. A mi Papi le g-gustará mucho. Ahora me retiro a m-i habitación. —Les hizo unas señas con las manos en forma de despedida mientras se iba muy contenta.

—¡Papi! —Jisung corrió rápidamente hasta la puerta donde acababa de llegar Minho quien sonrió al escucharla.

Jisung lo abrazó fuerte y luego sintió como Lee la tomaba de los muslos y la hacía ponerlos alrededor de sus caderas mientras se abrazaba a su cuello. Volvió a sentir ese calor en el pecho y el estómago revuelto al ver a Han de nuevo, pero lo ignoró en ese momento. El mayor mantuvo sus manos en sus muslos acariciándolos sintiéndolos incluso más suaves que antes.

Se besaron suavemente y al separase la menor habló:

—L-lo extrañé mucho, papi... ¿Está bien? ¿A-a dónde fue? —Preguntó preocupada y con un puchero que Minho besó.

—Fui a resolver unos negocios un poco lejos de aquí. Estoy bien, no te preocupes. ¿Qué hiciste mientras no estaba, mmh? —Preguntó sonriente. Entonces Han recordó el pastel que le había hecho por la tarde.

—¡Le hice un p-pastel, papi! —Le dijo muy contenta. —¿Tiene ha-hambre? ¿Quiere probarl-o? —Minho asintió y la fémina sonrió más. Le pidió que la bajara para ir a la cocina por él y así lo hizo y fue corriendo por el pastel.

Minho suspiró encantado viéndola. Esperen, ¿Dijo encantado? ¡No! Quiso decir contento, sí...

Caminó hasta la sala y a los enormes sillones para sentarse, y justo cuando llegó, Han apareció sonriente con un pastelito no muy grande en sus manos.

—¡Mire! Lo hice y-o misma para usted p-papi. —Lo dejó en la mesa frente a los sillones y se agachó para empezar a cortar el pastel y servirle a su mayor que estaba atrás de ella apreciando su perfecto trasero.

Jisung por fin volteó con un plato para Minho. Éste mismo palmeó sus muslos dando a entender que se sentara ahí, así lo hizo.

—Muy bien, papi... A-ahora abra la boca. —Tomó un pedazo con un tenedor y lo acercó a la boca del hombre. Al principio la miró raro, pero al ver su insistencia y su cara muy contenta hizo lo que le pidió.

Y así se pasaron hasta tarde en la noche (ya que de por sí había llegado medio tarde, a las 11 de la noche), hasta que Jisung se quedó dormida sobre el mayor. Éste la cargó de los muslos, tratando de no despertarla y la llevó hasta la habitación.

Minho logró olvidar en todo el rato todo el estrés de su viaje estando junto a Jisung. Y por primera vez en mucho tiempo, logró dormir fácil y cómodo junto a ella.

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