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Para ella eran emocionantes las noches, pues solo en ellas podía estar con su nuevo amor.
Sin villanos, sin escuela, sin nada que les impida estar juntos...
La canción de sus audífonos la hacía bailar inconscientemente, pues su compañera de cuarto se había quedado con sus padres, por lo cual tenía la habitación completamente a solas.
Su cuerpo se movía al ritmo de la música, al igual que sus labios al paso de la letra.
Lo que ella no sabía era que cierto chico arácnido no paraba de verla a través de la ventana, sonriendo al verla así de feliz y contenta.
Abrió la ventana sigilosamente, sin perder ni un solo detalle de la pelirroja, quien se sentía en un escenario pero completamente sola.
Lentamente tocó su hombro, haciéndola enrojecer por completo.
— ¡¿Por que no tocaste?! — El calor se le había subido a las mejillas, haciéndola lucir extremadamente adorable.
— Porque era más divertido observarte...
Lo dejo pasar y se acerco directamente a abrazarlo, sintiendo como su corazón comenzaba a latir fuertemente.
— Te extrañe.
— Lo se. — Dijo de manera arrogante ganándose un golpe en su pecho por parte de ella.
Amaba estar con ella, y si, se que sonara ridículo, pues llevan poco de conocerse y apenas comenzó a fortalecerse su amor.
¿Pero acaso eso importaba?
No le importaba el tiempo qué pasó para que sintiera esto, si no la manera en como se dio todo.
Tacho a Gwen de loca cuando le dijo que Hikaru estaba interesado en ella.
Pero esa noche, con el traje de Spiderman, se dio cuenta que no era el tiempo, si no la persona.
Tomo su mano y la acercó a él, la chica parecía sorprendida pero no asustada.
— ¿Te gustan los edificios?
La chica se aferraba fuertemente al cuello del héroe, pues un movimiento en falso podía caer y eso le asustaba.
— ¿Si sabes que no te dejare caer? — Susurro al oído de la chica.
— Lo se pero aún tengo miedo...
La bajo con sumo cuidado mientras se alejaban poco a poco de la orilla, mirando la ciudad con total calma.
— ¿Esto es lo que ves siempre? — Hablo maravillada, pues se había enamorado de la vista.
— Si... Pero lo mejor es verte a ti en ella...
La chica sonrió completamente, acerco su mano a la de el y ambos se sentaron contemplando cómo las luces de la ciudad se notaban más de noche.
