》Secretario •°Itadei°•

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【🥀】

—¿Es cierto que el maestro odia a los omegas?— le pregunté a la misma mucama que me acompañó por todo el recorrido de la mansión, aún pienso que me perderé por lo menos un mes.

La mucama me miró curiosa, luego suspiró.

—Es verdad— colocó una de sus manos en su mejilla y cerró los ojos decepcionada.

—¿Porqué?

—No es muy apropiado que te cuente, pero es muy raro que ver un alfa que no le guste tener algún omega a su alrededor.

Pero en este caso es más que nada porque el maestro aun no tiene pareja y tal parece que las feromonas de omega tiene mucho efecto en un alfa sin pareja, por lo que es algo peligroso si se llega a vincular con un omega de terrible linaje— me seguía explicando.

Por eso todos los empleados son betas.

—Oh.

—Y como se sabe, el enlace no es algo que se pueda deshacer fácilmente o que tenga consecuencias positivas, pero eso es algo que los betas como nosotros no comprendemos.

Yo solo asentí.

Claro, los betas conforman la mayor parte de la población, son personas comunes que no sienten las feromonas y tampoco son atacados por algún celo, viven una vida feliz y tranquila.

Caminamos hacía la cocina en silencio, entramos y me dio una bandeja que se encontraba en la mesa.

—Toma, llevárselo al maestro— me sonrió cálidamente.

Genial, ahora para saber como llegar.

【🪐】

El quejarme de su mal carácter es una actividad que ya la adopté como hábito, cada vez que terminaba algo que nos viera involucrados, descubría otras 50 cosas que odiaba de él, después de trabajar una semana con él, y cuando hablo de trabajar, es solamente llevarle comida a su habitación y muy a veces transportarlo a algún lado, la función de secretario no la he puesto en práctica, terminé siendo más un chófer y una mucama que un secretario.

—Kamizuru, por favor, lleveme a la casa de mi abuelo— su voz me hizo dar un brinquito en el lugar donde estaba.

Mis pensamientos me habían consumido que olvidé que me encontraba a un lado de maestro.

—Como guste, iré por el coche— hice una pequeña reverencia antes de irme.

Él me ignoró, como siempre.

Odio su carácter.

Me dijeron que el trabajo iba a ser fácil, pero cada vez que convivo más con este malnacido siento que me voy a volver loco.

Fui por el coche y lo paré en la entrada de la gran mansión, esperé al jefe de los Uchihas.

Hacia frío, me gusta.

Respiré el aire helado de la zona y exhalé sintiendo el pequeño ardor en mi nariz.

La nieve iba cayendo de poco en poco hasta convertir el paisaje verde en uno totalmente blanquecino.

El maestro entró al coche sin decir ni una sola palabra, en sus manos aún se encontraba el hojerio de su trabajo, ¿Será tan difícil ser el líder de los Uchihas?