13. Abril

32 12 15
                                    

No sé cuanto rato estuvimos así, abrazados y callados pero me habría quedado toda la vida entre sus brazos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No sé cuanto rato estuvimos así, abrazados y callados pero me habría quedado toda la vida entre sus brazos. Sin embargo él decidió que ya era suficiente y con delicadeza me apartó un poco para poder sostenerse la mano que tenía algo magullada.

—Mierda —se quejó mirándose los nudillos ensangrentados—. Es la primera vez que doy un puñetazo y duele más de lo que creía.

Le cogí la mano y se la sostuve entre las mías mientras pasaba un dedo por encima de sus nudillos. La tenía caliente y algo hinchada, así que debía dolerle bastante.

—Nunca es tarde para empezar a ser un chico malo.

Le sonreí y él me devolvió la sonrisa. Estábamos a oscuras en aquel lugar y el único punto de claridad era la luz de emergencia que había justo encima de nosotros. A pesar de la oscuridad que nos envolvía pude ver como sus ojos brillaban como dos grandes estrellas. Me quedé absorta mirándole y por un momento pensé que quizás él se iba a lanzar pero... no pasó nada, de hecho se apartó sin dejar de mirarme con aquella intensidad que hacía que me temblara todo el cuerpo.

Carraspeé y me volví a acercar un poco más a él, eliminando la distancia que había entre los dos.

—Gracias por... por esto.

—No me las des —contestó colocándome un mechón detrás de la oreja—. Supongo que ese era el Imbécil.

—Supones bien. No sé qué hace aquí, no sé como...

Me tembló la voz y noté como mis ojos se llenaban de lágrimas, Drew me cogió el rostro con las dos manos y rozó sus labios en mi frente provocando que un fuerte escalofrío recorriera toda mi columna vertebral.

—Me alegra haberle dado un puñetazo, espero haberle roto el pómulo o algo así.

No pude evitar echarme a reír y aquello pareció relajar a Andrew.

—No pensé que fueras tan macarra.

—Oh sweetie, aún hay mucho Andrew por conocer.

Me había llamado sweetie, como aquella noche que se había quedado conmigo hasta que me quedé dormida. Se me enrojecieron las mejillas y vi que él también estaba rojo. Quizás se había arrepentido de decirlo o quizás era más vergonzoso de lo que pensaba. Nos quedamos un buen rato mirándonos fijamente, como si quisiéramos hacer algo que ninguno de los dos nos atrevíamos a hacer. Pero Drew volvió a romper el hechizo y se alejó para encender la luz de aquel sitio.

—Bienvenida a nuestro nuevo local de ensayo.

Di un vistazo a mi alrededor y me di cuenta que la sala era bastante grande; al fondo había un escenario con varios instrumentos encima. Batería, teclado, guitarras... aquel era su santuario.

Observé como Drew se quitaba la camisa de dentro de los pantalones y se desabrochaba otro botón más mientras resoplaba. Subió al escenario y se acercó al teclado, dio unos golpecitos en el banco justo a su lado para que me sentara y me coloqué a su izquierda. No me miró en ningún momento mientras empezaba a acariciar las teclas de aquel teclado que empezó a crear una melodía que conocía bastante bien.

Siempre nos quedará Londres #1  #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora