Roier era un castaño que no estaba pasando por los mejores momentos de su vida. Tenía una linda novia que lo engaño, su mejor amigo lo traiciono, su abuelo estaba al borde de la muerte y en este momento estaba bajo la lluvia buscando un lugar para refugiarse de la tormenta que había empezado a caer.
Entre la neblina y las miles de gotas de lluvia que caían pudo divisar un bar, le pareció extraño ya que estaba técnicamente en el medio de la nada pero al verlo corrió no tan rápido para no caerse y abrió la puerta del lugar entrando con velocidad y cerrando su paraguas.
Sus ojos color marrón pasaron por todo el lugar, era muy bonito, demasiado bonito. En la barra, un híbrido de oso negro que conocía muy bien están atendiendo a un rubio de pelos largos que hablaba en portugués.
El híbrido dirigió sus ojos violetas al chico para luego hacerle una seña para que se acerqué.
– Hola Roier, Que raro verte por estos lados– Saludo el oso con un acento argentino muy notable.
– Hola Spreen– devolvió el saludo decaído.
Spreen era aquel amigo, era el que lo traiciono, pero por suerte había arreglado bastante las cosas con el.
– ¿Querés algo pa' tomar wacho?– Pregunto amable el oji-violeta.
– Bueno, está bien...– Roier suspiro agotado.
Spreen se dio vuelta para prepararle un trago. El castaño se sumió en sus pensamientos con velocidad pero algo lo saco de estos.
La vista de Roier se posó en un pelinegro que vestía un precioso traje lleno de colores y decoraciones de flores, una máscara de calavera y unas maracas Arcoiris en sus manos que tocaban una dulce melodía. El chico reía y cantaba mientras sus maracas tocaban la melodía que él quería.
– Toma capo– Spreen le dejo el trago sobre la barra frente al contrario.
– Gracias– Roier agradeció sin quitar la vista del otro joven.
El híbrido noto esto y levantó una ceja.
– Se llama Missa– Le contó.
– Ah...–
– Es mi hermano– Roier al escuchar eso dirigió la vista a otro lado mientras se llevaba su bebida alcohólica a la boca.
Spreen río ante eso.
El llamado Missa se subió a una mesa vacía terminando su baile luego de un suave movimiento de maracas para luego quitarse la máscara dejando libre un lindo rostro lleno de quemaduras y unos ojos negro noche.
>>– ¡ESE ES MI HERMANO!– Spreen aplaudió y seguido de eso todos los que estaban allí repitieron el gesto.
Roier se quedó mirando al rostro del muchacho, era muy atractivo para el.
– Seh, yo soy su hermano...– hablo con la voz entrecortada Missa bajando de la mesa.
El pelinegro se fue junto a su hermano a la barra y se apoyo en esta.
– ¿Un trago?– el híbrido le pregunto.
– Si porfavor– Missa pidió.
El castaño se quedó viendolo hipnotizado. Spreen noto esto y sonrió malicioso para luego tocarle el hombro a Missa.
– Ey, este es Roier, es amigo mio– presentó el oso.
– Oh, hola– Missa saludo dulce.
– Ah... Oh... Uh Hola– Balbuceo.
– Soy Missa– el pelinegro estiró la mano para estrechar la con la del contrario.
Roier acepto el gesto y le sonrió.
– Dime, ¿De donde sacas tanto talento para las maracas?– pregunto.
– Ah, mucha practica– respondió el pelinegro.– ¿Quieres que te enseñe?–
Missa tomo sus maracas y las movió creando una linda melodía. Spreen dejo el trago del chico frente a el.
>>– Gracias– El pelinegro tomo el vaso y tomo un trago.
– ¿Me das otro trago Sprite?– Pidió Roier.
– Dale–
La noche transcurrió, Roier y Missa hablaron y hablaron mientras bebían. El castaño era de preguntar mucho pero se reservó las preguntas que tenía sobre las marcas de la cara del contrario.
El híbrido de oso sonreía y escuchaba la conversación de los chicos mientras les traía tragos, los dos ya estaban bastante borrachos ya que se reían diciendo cosas sin sentido.
La lluvia había cesado pero Roier seguía ahí a pesar de que Spreen ya le haya avisado. Su vista pasaba de el vaso a Missa, examinaba bien sus ojos, su pelo, su piel... Era simplemente perfecto.
– Oh, puta madre– Spreen se fijó la hora.– Miss, tenemos que volver a casa–
– No, no quiero– El pelinegro se apoyo en la barra.
– Pero... acuérdate de Papá– El híbrido llamo la atención de Missa.
– Cierto– El menor acarició su cara recordando.– Lo siento lindo, me tengo que ir–
– Está bien, yo tambien– Roier se paró de la silla tambaleando.
Missa se paró y reacciono rápido en cuanto Roier cayó para atrás, lo tomo de los brazos y evitó que se estrelle contra el suelo.
>>– Perdon– el joven se levantó rápido.
– No pasa nada– el menor se sonrió.
Los dos hicieron contacto visual por unos segundos pero Spreen lo rompió tomando el brazo de Missa y separándolo.
– ¡Adiós!– Roier saludo.
– ¡Chao!– Missa devolvió el saludo.
Spreen se llevó a Missa fuera del local y Roier se quedó quieto por unos segundos para luego reaccionar e irse. Se dio vuelta y se dio cuenta de que las maracas Arcoiris que llevaba Missa seguían en la barra, sin perder tiempo las agarró.
Salió del local corriendo y busco a los pelinegros con la mirada pero no había nadie. Le pareció raro por que apenas habían salido hace unos segundos pero decidió ignorarlo y guardo las maracas en la mochila, se las devolvería otro día.
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Holaaaa
Como andan?
Bien?
Eso espero
Bueno, les vengo a presentar una nueva historia: “el baile de las maracas”🤑🌹
Es una historia que pues no sé de dónde salió pero bueno.😸
Y otra vez... Missa es hermano de Spreen pq amo eso 😻✨
Hace tiempo que quería hacer una historia de Roier × Missa pero no se me ocurría nada 😔
Ya voy a ver cómo haré con los caps pq tengo otra historia, capaz que haga un día y un día no sé 😊🗡️
Bien, sin más que decir
Se me cuidan y perdón por el cap corto 🤗Charo aro🍓-
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El baile de las maracas- Roier×Missa
Acak[AU] Roier llega a un bar/comedor bastante peculiar en donde conoce a Missa, un chico que suele husar ropa colorida al cual le encantaba tocar las maracas al ritmo de cualquier música. ❤️🧡💛💚💙💜 ____________________________________ Hola, pues e...