Prologo

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Esto en realidad no tiene nada de prologo pero ignoremos eso xD.

Quiero aclarar que lo unico que investigue mientras escribia esta historia, fue el nombre de los equipos que usan los caballos, fuera de eso, todo salio de mi imaginacion, por que si intentaba hacer esto realista, me iba a bloquear y por ende, no iba a terminar la historia, ademas de tener el tiempo en mi contra, asi que nada, ya pueden leer el fic.

PD: aun que haya revisado esto muchas veces, estoy mas que segura que con idiota que suelo ser + el sueño, seguro igual algo se me ha pasado, pido perdon de ante mano, ahora si, pueden leer el fic.

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Kirari había comprado un recinto y opto por ella hacerse cargo en lugar de dejárselo a alguien más, esto fue porque el lugar se iba a cerrar para siempre y posteriormente sería demolido, sin embargo Kirari le vio potencial para generar ingresos, así que lo reabrió.

Era un recinto para carreras de caballos, por lo que contrató gente para que repararan lo que estuviera dañado, en poco tiempo el recinto empezó a retomar sus funciones y luego de cinco años ya era un famoso lugar para apostar por los caballos ganadores.

Ririka ocasionalmente se quedaba a mirar las carreras mientras supervisaba como iban las apuestas online, eso fue solo unos meses, hasta que apareció un nuevo jinete con su caballo tomando la delantera, para la peli plateada eso fue algo nuevo, ya que no solía prestar atención a los nuevos, pero aquel caballo se lo había ganado.

Después de algunos meses en los que vio que aquel caballo empezó a ganar bastante seguido, le surgió el deseo de querer apostar por aquel animal, aunque lo que también la motivó a hacerlo, fue el querer tener sus propios ingresos apartados de los ingresos de Kirari.

Un dia que estaba mirando a los caballos desde lo alto de un lugar que era el único sitio por donde se podía ver a los animales, ya que los establos era un lugar restringido, Ririka sintió que el caballo por el que siempre apostaba relinchaba, penso que quizas no le gustaba estar en el establo sin su dueño, pero solo estaban allí para ser preparados para la carrera.

Aquello siguió ocurriendo cada vez que ella se acercaba a mirarlos, así que aun en contra de las indicaciones y reglas que Kirari le había dejado más que claro, la curiosidad de Ririka fue mayor debido a que el caballo relinchaba cada vez que se acercaba a esa zona.

Así que en algún momento se dirigió a los establos pero antes de traspasar la barrera, se aseguro de que no hubiera nadie y fue directamente hacia el caballo, el cual al verla relinchó más fuerte asustando un poco a la peli plateada, pero se calmó rápido cuando el caballo gentilmente acercó su cabeza a ella, lo que la hizo sonreír.

Se acercó con cuidado, extendiendo su mano lentamente hacia el animal, pero este no se movió demasiado más que para acercarse a la mano de Ririka, quien al sentir el contacto con el caballo se alegró.

—Hola bonito— le dijo subiéndose la máscara para que pudiera escuchar su voz normal.

Se volvió a poner la máscara para luego quedarse acariciándolo

—¿Quién es usted señorita?— escucho una voz masculina que la hizo dar un pequeño salto del susto.

—Oh, señor Saotome, que susto— se puso una mano en el pecho sintiendo su corazón acelerado.

—¿Me conoces?— preguntó el hombre.

—Si, suelo apostar por su caballo— miró al animal.

—Veo que mi muchacho te permite acariciarlo, debes tener un don con los caballos— comentó sonriendo mientras lo acariciaba.

De Amores y ApuestasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora