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𝙃𝙖𝙬𝙠𝙞𝙣𝙨, 𝙄𝙣𝙙𝙞𝙖𝙣𝙖. 𝟭𝟵𝟴𝟯
— Entonces... ¿Dices que el tipo es de fiar, Munson? Permíteme el derecho a la duda, ¿Te usa de traficante? ¿No tienes como 17? — recelosa examinaba el contenido de la bolsa entre sus pálidas manos, impactando el plástico contra el sol sobre Hawkins con la intensión de encontrar algo inoportuno.
El muchacho de oscura cabellera permanecía sobre el muro de ladrillos detrás suyo, con los brazos cruzados sobre su pecho pareciendo (a crítica de la pelinegra) afectado por alguna sustancia. Eddie negó insistente ante sus palabras llenas de duda, viéndose insultado ante las mismas. Se conformó con la negación por su parte, la marihuana no era para ella específicamente, por tanto, poco le importo lo que contuviera la bolsa.
El BMW color borgoña del aclamado Steve Harrington yacía sobre el grisáceo pavimento del estacionamiento ubicado en la escuela secundaria de Hawkins, el castaño permanecía atento a cada movimiento de ambos pelinegros ocultos en un pasillo de las afueras del edificio, ojeando la hora de vez en cuando sintiéndose ansioso. El rey de la secundaria, el popular Steve Harrington era querido sin poner esfuerzo alguno, sabiendo cómo obtener lo que quiere sin verse completamente idiota. Katherine no tenía la reputación de Harrington y eso estaba claro, teniendo eso en cuenta y con un par de dólares de por medio consiguió el pequeño favor.
— He escuchado por ahí y es algo que no dejo de pensar, ¿Sabes jugar D&D? — el cuerpo de Munson se despegó del ladrillo permitiéndose dar unos pasos en dirección a la muchacha, demostrando desbordante interés en la respuesta. Katherine se limitó a establecer en su lugar, resguardando su compra entre su chaqueta, mismo lugar del que rebusco su billetera.
