¡Hola! les comparto un nuevo fic que acabo de hacer. Me emociona porque es algo completamente nuevo que nunca antes hubiera hecho. Esta redactado como especial de halloween. Espero de todo corazón que les guste.
Las advertencias y demás las pondré a continuación. ¡Muchas gracias! ¡Los quiero mucho!
Advertencias generales: Incesto, yuri, lemon, lime, sexo lésbico, sexo hetero, lenguaje fuerte u obsceno. Drama, comedia, dolor, suspenso, oscuro, festivo. Escenas fuertes. Aptas para personas +18.
Parejas: Elsanna, Kristanna, Kristelsa, Kristelsanna.
Extra: Los personajes no me pertenecen, todo es propiedad de Disney.
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Nadie en su sano juicio imaginaría que el tranquilo pueblo de Arendelle podía esconder enredos aparte de la magia de la antigua soberana, quien, por cierto, ahora tenía una vida plena y llena de prosperidad en el bosque encantado.
¿Y quién no? No todos somos capaces de hallar nuestro propósito en la vida, o para lo que realmente fuimos hechos. No, no todos. Algunos lo logran y otros no. Algunos demoran y otros simplemente quieren mandar a la mismísima patagonia haber elegido quienes decidieron ser.
Sí.
Y aquí viene la contraparte.
Nuestra querida Anna.
Pasar de cuidar a su hermana a tener que hacerlo con un pueblo entero no era necesariamente lo que estaba en sus planes. ¿Arrepentida? Claro que no, lo adoraba.
Hasta cierto punto y con sus debidos momentos.
Pero no, la vida de una reina no siempre es lo que se aparenta. No siempre es fácil. Y, solo en esos pequeños instantes, podía decirse que añoraba el lugar de su hermana.
Dios... si tan solo aquello lo hubiera sabido antes de aceptar el cargo. Si tan solo, hubiera leído las letras pequeñas de todo lo que aquello significaba. Quizá y solo quizá, no estaría tan estresada como lo estaba ahora. Porque, claro, a su ver, todos tenían una vida justa,
Su hermana, su esposo.
Todos.
Menos ella.
Tratados, viajes, firmas, reuniones con aliados comerciales, decisiones importantes...
Había veces en las que se valía querer renunciar y mandar todo por la borda. Días, tardes, noches. Y esta, no sería la excepción a la regla.
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— ¡¡Gerda!! — Anna llamó, en un grito y totalmente exasperada. Su retaguardia carecía de la raya por tanto tiempo sentada en la silla del bendito despacho.
— ¡¿Majestad?! — Gerda entró, tan agitada como siempre, ya acostumbrada a las peticiones de la reina. ¿Miedo? Oh, no... si Anna era su niña. Solo tenía cansancio y un poco de preocupación. Las peticiones de Anna habían cambiado curiosamente desde que esta tomara la corona.
— ¿Dónde está Kristoff? — preguntó, sin despegar la vista de unos documentos.
— Pues... — Gerda hizo memoria, recordando la última vez que lo vio —. Salió, majestad — y completó —, de nuevo.
— ¿Es en serio? — Anna no podía creerlo, y no es que necesitara de su marido para los deberes reales. No, no. El era mejor para "otras cosas" —. Es el colmo, a veces no sé con quien me case.
— Majestad, si me lo permite — Gerda se atrevió a comentar —, debería tomarse un descanso.
— ¿Descanso? — Anna había tocado el punto máximo de su paciencia. No pudo contenerse más, sin percatarse que su principal oyente esa tarde era su nany. Se levantó de su asiento y dijo —: Lo que yo necesito es sexo, Gerda. — escupió, sacando todo lo que guardaba —. Todos están teniendo su maldita vida, su maldito tiempo libre, y yo... — y se derrumbó —. Yo estoy bien gracias, no pasa nada. No es que estos deberes me estén volviendo loca, ¿sabes? no, no...
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Como cuando el estafador resulta estafado
Fiksi PenggemarDos hermanas, un marido, y un encuentro que nunca debió haber pasado... Kristelsanna - Frozen fanfic.