Capítulo 7 | "Casa nueva"

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Angélica cuenta como fue adoptada.

Fue un día donde yo estaba muy enojada, los señores me dijeron que me adoptarían pero hace un mes que no llegan. De todos modos ya me hice un lugar aquí y la que mando soy yo.
Sin esperarlo la directora del lugar vino a mi cama.
- Silvia.
No le hice caso porque mi nombre no es ese, pero ella me tocó el brazo y lo quite bruscamente.
Angélica- ¿Qué?
- Prepara tus cosas.
Angélica- Pero si todo me lo dieron aquí.
- Bueno, recoge algo que te guste.
Angélica- en realidad no me gusta nada.
- Por fin nos deshacemos de ti.
Angélica- ¿Que quiere decir?
- lo veía imposible, pero te adoptaron y espero que se te de lo que mereces.
Me lo dijo con odio, con tanto rencor que supe que quería verme sufrir. Yo sonreí y me acerque a ella.
Angélica- yo estoy segura que usted también recibirá lo que se merece. Solo cuidese que cualquier día de estos... Pum, y se muere.
Angélica río y eso estremeció a la directora, hizo que ella sienta miedo. La niña caminó en dirección a la oficina de la directora y allí vio a Rosario y Luciano. Sonrió como jamás lo había hecho. Rosario la abrazó y ella se quedó inmóvil.
Luciano- Se nos complicaron las cosas pero por fin podemos sacarte de aquí.
Angélica- Pensé que ya lo habían olvidado.
Rosario se separa apenas de ella y acaricia su mejilla.
Rosario- claro que no.
Luciano- ¿Y tus cosas?
Angélica- No tengo... Cosas.
Luciano- No importa, nosotros te compramos todo. Todo para mi princesa.
Angélica- ¿En serio?
Rosario- claro que sí corazón. Eso sí, respetaremos tus gustos.
Angélica- Que bien por qué está ropa es horrible.
Luciano- mejor vamos a casa.
Luciano y Rosario me tomaron de la mano y tenía la necesidad de correr. Pero no lo hice, ellos tenían una sonrisa dibujada en su rostro que era hermosa y sus miradas brillaban. Ese color azul de los ojos de Rosario era hermoso, ¿Así será el mar?, Me pregunte. Luego mire los ojos de Luciano, ese color de ojos que tiene es precioso, es miel pero de pronto se ven como verdes.
Angélica- ¿Viven lejos?
Rosario- Sí, algo.
Luciano- Pero si quieres puedes dormir en lo que llegamos.
Angélica- Ojalá que no, así veo el camino. Jamás salí de aquí, creo.
Rosario me hizo subir en la parte de atrás del carro, mientras ella y su marido iban adelante. Cuando el auto empezó a moverse yo iba mirando todo hasta que mis ojos se iban cerrando solos así que los dejé cerrados.
Rosario- No entiendo por qué nos dijeron que es mala. ¿Tú la ves como una persona mala?
Luciano- no, ella es un niña muy lastimada pero mala persona no.
Rosario- ¿Por qué crees que la directora dice que ella mató su padre?
Luciano- Yo no creo que haya sido así,  ella estaba muy golpeada, tu viste las fotos. Quizás solo se defendió. O tal vez esa mujer solo la odia.
Rosario- también me dió esa sensación, hablaba de ella como si fuera la peor de las niñas, me dió mucho coraje.
Luciano- Te viste muy linda defendiendo a Angélica.
De pronto mis ojos se abrieron y fruncí las cejas. Luego los cerré nuevamente, pensé en el por qué saben mi nombre. ¿Cómo lo saben?
Rosario- Angélica... Bonito nombre.
Luciano- Silvia Angélica... Ahora Navarro.
Sonreí involuntariamente, de pronto me quedé dormida profundamente.

Al despertar ya estaba en casa de los señores, estaba en una habitación preciosa, pero muy rosa. Quise correr porque no recuerdo haber llegado pero Luciano me atrapó con su cuerpo.
Luciano- tranquila, llegamos ayer.
Angélica- ¿Ayer?
Luciano- si. Te gustó tanto la habitación que la dejamos así. ¿No lo recuerdas?
Angélica- amm... No.
Luciano- Te despertamos antes de llegar a casa y tú te asustaste tanto que Rosario tuvo que bajar de carro para poder abrazarte, entonces te explico todo, empezaste a confiar más y a hablar más.
Angélica- ¿Que les dije?
Luciano- Que a veces se te olvida las cosas. Jamás soltaste la mano de Rosario, ella durmió contigo la primer noche, dijo que tenías pesadillas.
Angélica- Ella no soporta el dolor.
Luciano- ¿Ella?
Angélica- Silvia.
Luciano- entiendo... ¿Tú recuerdas lo que ella hace?
De pronto me alejo de él y lo miro frunciendo las cejas.
Angélica- ¿Tú qué sabes?
Luciano- Nada la verdad... ¿Me explicas?
Angélica- No, ahora no.
Luciano- está bien. Ya es tarde, duerme.
Angélica- No te vayas hasta que me duerma.
Luciano- lo que mi princesa quiera.
Que acabo de pedir, me sentía asqueada por hacer eso, yo no soporto la cursilerías. Me encontraba en la cama abrazada a mi padre adoptivo.
Angélica- Solo quiero que sepas que no estoy loca.
Luciano- lo sabemos...
Me dormí, desperté cuando Rosario me movió amablemente. Ella vestía tan lindo.
Angélica- ¿No es temprano?
Rosario- Sí, pero tenemos que ir de compras... ¿Luciano nós acompañará?
Angélica- ¿Y su trabajo?
Rosario- cancelo todo para ir con nosotras.
Angélica- genial.
Rosario- ¿Cómo te sientes?
Angélica- bien.
Dije sería, ella sonrió de todos modos y acaricio mi cabello. Lo cual hizo que me apartará.
Angélica- No tolero que me toquen. Algo raro me pasa.
Rosario- ¿A qué te refieres?
Angélica- yo no soy así... Con ustedes es diferente, con ustedes soy amable y yo jamás lo fuí.
Rosario- entonces lo valoró aún más.
Angélica- Está habitación es enorme y tan hermosa.
Rosario- era de mi hija, espero que no te moleste.
Angélica- Está perfecto, solo que es muy rosa.
Rosario- ayer te encantó el color.
Angélica- creo que estaría mejor en color verde. Por no decir negro.
Rosario- Si estás segura lo cambiamos.
Angélica- por ahora la dejamos así. No recuerdo dónde están casa cosa.
Rosario- levántate que te muestro dónde está el baño, el armario y luego de que te prepares te guío por toda la casa.
Ella me guío hasta el armario que estaba vacío y luego me llevo hasta el baño que estaba en la misma habitación.
Rosario- Cuando estés lista me llamas.
Angélica- ok.
Rosario- allí está todo lo que necesitas.
Angélica- ¿Me ayudas a regular el agua?
Rosario- claro mi corazón.

Una vez bañada y vestida salí de mi habitación. Había un pasillo largo y muchas habitaciones.
Angélica- ¿señora?
Grité, ella salió de inmediato y me sonrió al verme. Mi cabello estaba mojado aún y ella nego con la cabeza.
Rosario- No puedes salir así, te vas a enfermar. Ven.
Me llevo de la mano hasta su habitación, al entrar ví todo perfectamente acomodado, la cama era enorme, en la mesita de luz había dos libros y al otro lado había un escritorio solo con perfumes, maquillaje y demás cosas de la señora.
Angélica- esto es precioso. Es enorme y bonito.
Rosario- Sí, es precioso... Siéntate así te seco el cabello.
Me senté frente a un espejo enorme con luces. Mire mi reflejo, tenía mi piel seca y ojeras.
Angélica- ¡Soy horrible!
Rosario- no digas eso.
Angélica- mira mis ojeras y... Mi piel está reseca.
Rosario- Precisamente vamos a comprar cosas para tí. Si quieres te puedo recomendar una crema.
Angélica- sí gracias.
La primera vez que decía "gracias" y suena feo.
Angélica- Tú tienes una piel hermosa. Eres hermosa.
Rosario - ay cuántos alagos. Gracias.
Ella me seco el cabello y luego me peino y me formó los rizos.
Rosario- te queda precioso el cabello suelto.
Angélica- también me gusta.
Rosario- vamos que Luciano ya está esperando hace media hora.

Pensé que al bajar por las escaleras encontraría a un enojado Luciano pero fue lo contrario. Me miró y me sonrió. Yo miraba cada rincón de la casa, es enorme y me perdería fácil. Llegó una mujer, una empleada.
Luciano- ah, creo que no conoces a Juana, a ella le puedes pedir lo que desees respecto a comida, algo que debas buscar o limpiar. Juana ella es nuestra hija.
Juana- Mucho gusto señorita.
Angélica- igual. Me llamo Angélica o Silvia, puedes decirme de las dos formas.
Ella asintió y se fue. Por lo visto son de dinero y mucho. No es bueno esto. Él me está buscando.
Luciano- Angélica... ¿Estás bien?
Angélica- Sí, sólo que es mucha información. Ustedes son personas con dinero.
Rosario- Sí, pero somos personas honestas. Todo lo ganado es por nuestras familias y por nosotros.
Angélica- No me refería a eso, es que... Yo vivía diferente.
Rosario- desde ahora nada te faltará.
En silencio fuimos a un shopping, caminamos horas hasta encontrar ropa de todo tipo. Pensé en Silvia y compré cosas para ella con ayuda de Rosario y Luciano ya que su hija solía vestir como a Silvia le gusta. Ellos me ayudaban felices, creo que en algún momento veían a su hija y eso no me molestó.
Angélica- ¿Ustedes a qué edad piensan que me puedo maquillar?
Rosario- puedes maquillarte pero antes te voy a enseñar a cuidar tu piel y luego te ayudo a maquillarte.
Angélica- ¿Tú piensas igual?
Digo mirando a Luciano. El hace un gesto que me hace sonreír y luego se agacha hasta mirarme a los ojos.
Luciano- Eres una niña, ya luego tendrás tiempo de eso. Pero es tu decisión.
Angélica- De todos modos quiero que me enseñes.
Rosario- muy bien.
Angélica- después veo si me maquillo o no.
Rosario me compro varias cremas y cosas necesarias para mí. Luciano despareció unos minutos y volvió con un oso de peluche grande.
Angélica- wow
Luciano- es mi primer regalo para ti.
Angélica- Que bonito es enorme y suave.
Dije acariciándolo, el estaba feliz así que sonreí y quise cargarlo pero caí al suelo con el osos encima. Ambos rieron y me ayudaron a levantarme.
Luciano- Yo lo llevo por ti.
Angélica- ¿ya nos vamos?
Rosario- Sí, Juana nos preparó el almuerzo.
Una niña se me quedó viendo por mi ropa, que tampoco me gusta, me mira de pies a cabeza. Me mira como si fuese algo feo.
Angélica- ¿Y tú qué miras?
- El horrendo atuendo que tienes, vas por tu ropa a un basurero?
Angélica- y a ti que te importa. Vete si no quieres que te vaya mal.
- sí, solo te falta eso. Eres patética.
Fui directamente a golpearla pero ella gritó y corrió. Luciano me tomo del brazo sin ser brusco y me sonrió.
Luciano- no vale la pena.
Rosario- Eres tremenda y me gusta que no te dejes humillar. Pero no te pelees.
Angélica- es que me cae mal la gente así.
Rosario- a mi también y jamás pude hablar como tú por "educación".
Angélica- no importa, la próxima que te digan algo yo te defiendo.
Allí me di cuenta que a ellos los tengo en el mismo lugar que Silvia. Tengo que protegerlos.

✨✨✨

Holaa, les dejo este capítulo que iba a publicar ayer pero no pude. Gracias y las leo.

TÚ, YO Y ELLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora