Admiró frente a sus ojos el hermoso paisaje que le brindaba el enorme bosque, estando. De cierta forma, felíz, resopló y giró hacía du casa, una que estaba en medio de éste bosque, alejado de todo el estúpidos y ruidoso pueblo. Amaba la tranquilidad y el silencio, odiaba.
Realmente odiaba y odia, el ruido que llega a ser molesto, incluso ella misma, solía aveces, realizar actividades sin ruido alguno. ¿Por qué los demás no pueden hacer lo mismo? Era demasiado, por lo que prefirió comprarse una gran parte del terreno público del bosque, y construir aquella gran casa allí, con una pequeña granja de animales. Cómo, gallinas, algunos patos, pollitos, algunos chanchos y cerdos en parcelas ubicadas de distinta localización, obviamente separados por razas.
Tres caballos potrillos, en resúmen. Una pequeña granja, limpiar todo obsesivamente era una de sus tareas favoritas, apesar de que en los corrales de los cerdos y chanchos sea mayormente barro y comida asquerosa que ellos amaban. Fuera de ello.
Todo era limpio, el cesped verdoso y fresco a partir de cada corral, hacía una vista bonita. El mini jardín de flores también daba una buena vista, agradecía que todo el gran terreno que compró lo hayan cellado con unas bayas de piedra dura, incluso ocupando mucho espacio, aún sobraba demasiado lugar y eso le encantaba.
Soltó un suspiro tranquila, acababa de volver de dejarla la última comida a los animales y peinar a los caballos, sacándose las botas sucias sentada en el primer escalón sin querer ensuciar.
Tomó las botas y se adentró a su casa, las lavó y las dejó listas para el día siguiente. Ya era tarde. Pensó mirando la hora marcada en el reloj 11:23 pm. Sus manos una vez lavadas y desinfectadas, agarró las verduras e ingredientes. Comenzó a cortar las verduras, (luego de lavarlas, claramente).
Exactamente a las 12:40 ahora ya. AM, la sirvió en un plato y tomando unas llaves del porta llaves abrió una de las puertas lejanas en el tercer piso, algo cansada de subir los tres pisos de la casa. Una vez abierta la puerta una cabeza pelirroja se asomó por la gran cama, la habitación era simple pero decorada de manera infantil de un azúl pastel.
La otra mujer sonrió en cuánto vió a la de cabello azabache con la comida.
— Ven aquí ..— llamó a la otra con indiferencia.
— Luego bañate, dormiré aquí. Quiero que huelas bien. Está bien? — levantó sus cejas un poco observándola con atención recibiendo un bajo sí antes de que se metiera el primer bocado. — buena chica... sí, buena chica...— asintió mirando un punto fijo.
Se levantó repentinamente de la cama sobresaltando a la mujer que comía tranquila y ésta la miró parpadeando, algo asustada. — Iré a bañarme yo también, luego vendré, termina, bañate y acuéstate.— ordenó a la mujer, quién asintió sin querer desobedecer algo.
...
Sus ojos brillaban de pura furia mientras corria por el enorme bosque, esa maldita mujer. Ni siquiera entendía el por qué la había dejado viva desde un principio, sólo quería jugar más tiempo.
Escuchó un quejido cuándo frenó y sus ojos rosados fucsia miraron hacía dónde lo oyó, tras correr unos kilómetros frente a ellos apareció la mujer pelirroja quién gritó del miedo agudamente y trató de irse a rastras.
Caminó lento mufandose de la otra persona con diversión y trás estar detrás suyo la tomó del cabello con una pequeña sonrisa de lado. Sin que ésta llegue a sus ojos. Con el fuerte agarre en el cabello ajeno la hizo hacía atrás oyendo un grito ahogado y le hizo una seña de silencio la cuál la otra respondió con un asentimiento casi con desesperación.
Y luego, sin esperarlo.
La llevó a rastras por toda la tierra de aquél enorme bosque hasta llegar a la mansión sin hacer caso a los quejidos contrarios y algunos chillidos de miedo cuándo afirmaba el duro agarre en su cuero cabelludo. Al llegar y una vez abierta la puerta la tiró dentro, y ésta cayó al suelo. Colocándose encima suyo mientras la mujer intentaba defenderse y sólo cuándo la azabache dió un gruñido animal dejó de moverse lentamente.
— Mhm..— resopló y la tomó del cuello con rudeza y sin esperar más clavó sus colmillos entre su hombro y cuello, escuchando un fuerte grito de dolor luego sentir a la otra retorcerse intentando alejarla.
— Morirás aquí. No ruegues demasiado...— susurró con una sonrisita desde su boca llena de sangre y la besó a la fuerza hasta que la mujer pronto se rindiera, correspondiendo sumisamente y enrrollando los brazos en su cuello.
Tampoco es que mentía con decirle aquello, era una asesina, sí, pero asesinaba con las últimas horas llenas de placer.
ESTÁS LEYENDO
The psycho | Hermanas Denali
Fanfiction⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀[ . Sólo quería un lugar tranquilo, ⠀⠀⠀⠀ para poder matar sin peligro, lo gracioso. Es que ella el peligro. ✷ 𝗡 : the cover is mine . ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ...