Careless-Rindou Haitani

Tres: Cascarón

-Pues bienvenida a nuestra humilde residencia y-

El mayor de los Haitani no termina de decir su frase en cuanto Rose solo emite un "permiso" y pasa de largo ignorando al chico de cabello suelto y largo recién salido de la ducha.

-Será una noche larga, ya me estoy arrepintiendo- dice Rindou quitándose la chaqueta para colgarlo

-Hm.. pues no esta de mal tener compañía femenina aquí- Ran no perdía la vista de Rose que estaba en medio de su sala -Además es por un bien mayor- apoya su mano sobre el hombro el menor-Tu bien mayor-

La sonrisa sarcástica de Ran solo hizo que Rindou le diera otra jaqueca, quería terminar cuanto antes, no le agradaba la presencia de Rose en la escuela y ahora tenía que soportar su presencia en su propia casa.

Mientras que Rindou se fue a su habitación a tomar los libros necesarios, el otro hermano se dispuso a entablar una conversación con la fémina como objetivo, asi que se acerca a ella y toma asiento en su sillón recorriendo con la mirada la silueta de la peliblanca.

Pronto se dio cuenta que ella no despegaba la vista del gran ventanal que filtraba la vista de la ciudad de Ropongui aún estando en uno de los últimos pisos del edificio.

-¿Linda vista no?- pregunto el mayor, sin embargo no obtiene respuesta -¿Te apetece algo de tomar? Mi especialidad son los tragos frescos o la limonada casera-

Ni siquiera pestañeo la peliblanca, lo que hizo que Ran torcieron una sonrisa aún más "relajada" y se levante del sillón para pararse junto a ella.

-Te estoy hablando~ trato de llamar su atención

Solo recibió un suspiro por su parte

-¿Tu madre nunca te dijo que es de mala educación ignorar cuando te hablan?-

-¿Tu madre nunca te dijo que es delito acosar a alguien?-

-¿Que te hace pensar eso?- Ran no se inmuta- ¿Te crees tan interesante para mí?

-Yo no soy la desesperada que quiere mi atención y dejó el cierre de su pantalón abierto-

Al decir eso Ran de inmediato se da cuenta que en efecto su cierre estaba abierto confirmando las palabras de la femina. Se da la vuelta para arreglarlo pero esta vez sin su sonrisa yacente.

Sin embargo el contraatacaria con un aplomo demasiado característico de el.

Su ego.

-Vez más allá~Tanto así que no despegarse la vista de mi pantalón- creía que ponerla nerviosa mientras el se acercaba a su rostro seria su carta de triunfo.

-No es muy grande la vista- responde Rose haciendo énfasis en esa palabra que dejó desconcertado al Haitani captando la indirecta-Mi dedo meñique le gana-

Ran trato de responder cuando aparece Rindou interrumpiendo el tenso ambiente entre Ran y el desinteresado aire de Rose.

-¿Enpezamos ya?- cuestiona Rindou con voz demandante

Ambos se alejan de la sala dejando al mayor en la sala.

Un silbido invade el ahora desolado lugar por parte del mayor.

-Que niña más desesperante....Me agrada-

...........

-En resumen si el límite no se aproxima a nada, entonces no existe-

Rose termina dejando el lápiz sobre la mesa sin mirar a Rindou que estaba terminando de apuntar lo que dijo ella. Ya habían pasado cerca de tres horas desde que empezaron a estudiar, Rindou se había hecho una pequeña coleta para que no estorbara sus mechones, de igual manera Rose tenia una coleta alta dejando caer sus ebras blanquecinas. Ambas miradas desinteresadas por el otro era lo común que compartían, no se molestaban en entablar una conversación más allá de sus estudios, sobretodo que estaban separados a una distancia prudente, básicamente frente a frente sin obstruir el espacio personal.