-1-

265 19 3
                                    


No sé por dónde empezar esta nota, pero tratare de ser lo más directa posible, aunque por dentro de esto hay tantas cosas que quiero anotar, tanto que quiero sacar, soltar y gritar que no creo poder ir al grano o tan siquiera lograr resumirlo todo tan rápido como quisiera.

Tan rápido ya había olvidado este diario y pensé que ya no lo volvería a verlo jamás, puesto que pensaba que había plasmado en palabras todo lo que tenía que plasmar... releí la primera y última entrada y como si estuvieran enjaulados aquellos sentimientos se volvieron a desatar y atacarme como si de bestias se tratasen. La ira, la pena y tristeza nuevamente se apoderaron de mí e invadieron mi mente con impulsos negativos tan grandes que incluso llegue a pensar en cometer suicidio... un acto del que no me perdonaría nunca, pero ya no lograron hacerme tanto daño como lo que sufrí hace algunos días, no sé si sea algo bueno o no, pero aquí estoy otra vez, soltándome nuevamente.

Todo empezó hace más de un mes.

Finalmente había concluido mi primer trimestre de embarazo, la visitas al doctor y al psicólogo se volvieron un pan de cada día, los días se volvían más grises con el pasar del tiempo, las clases más pesadas y estresantes, aunque supe cómo ponerme al margen para la seguridad de mi bebé pues el estrés no es nada bueno...

- Mierda, estoy divagando mucho - Dijo para ella misma mientras se regañaba y detenía su lápiz. No quería que esto fuera tan largo como una novela, pero necesitaba sacarlo todo para estar en paz con ella misma, o al menos esas eran las palabras de su psicólogo.

Nunca les dije nada a mis padres, y peor, aún no lo he hecho todavía. Todos los gastos van de mi propia cuenta y hasta le he tenido que robar de la billetera a mi padre para pagarlo todo desde mi gineco obstetra hasta el pseudo psicólogo con quien es el único que hablo sobre esto, no estoy orgullosa, pero en estos momentos es lo mejor que se me ocurrió. En momentos desesperado medidas desesperadas.

Todo era más pesado, la carga en mis hombros se volvía peor y mi único medio de olvidarme de estos problemas ya no era más una opción.

Enterré para siempre el manto de Ghost spider, un simple accidente fue todo lo que necesite para que las personas pensaran que ya estaría muerta, no más vigilante, no más Spider Gwen... pero realmente lo necesitaba en aquel momento, necesitaba aquella sensación de liberación una última vez, el viento en mi rostro y la adrenalina en mis venas.

Simplemente espere que fuera de noche, las calles más tranquilas y las luces menos visibles, aunque en Nueva York era un deseo imposible. Tome el coraje que tenía en ese momento y saque desde las entrañas de mi armario mi traje blanco y solo salí por la ventana, columpiando nuevamente por las calles menos transitadas de Nueva York. Todo aquello fue tan reconfortante y liberador, sentirlo me hizo olvidarme de mis problemas momentáneamente.

Tuve que mantenerme al margen y limitar varios de mis movimientos habituales a la hora de columpiarme. Mi traje de Spider Ghost hacia que se volviera más notorio mi abdomen hinchado, cuatro meses y medio de embarazo se vieron más evidentes en aquellas licras super ajustadas, pero lo que más me molestaba era que mis pechos se estrujaran contra el traje, demonios, esas cosas sí que estaban creciendo y temía que en algún momento rompieran mi traje y me dejaran expuesta. Como si antes no tuviera que preocuparme por las miradas de los pervertidos.

Como sea, había sido una noche hermosa y perfecta para olvidarme de todo. Pude sentirme liberada del peso aquella fría noche, Sentada en una pequeña cornisa, mirando al vacío, viendo a la poca gente nocturna pasar por debajo, rezando por ser invisible y mi gran vientre, que tapaba algo de mis vistas aéreas, lo acaricie... recordando con amor y nostalgia al hombre que me había robado el corazón y de quien sería el padre de nuestro primer y único hijo, Peter... ¿qué estaríamos haciendo ahora si aun estuvieras a mi lado?. Serias un gran hombro en el que llorar, me harías sentir menos sola y tal vez tendrías puesta tu cabeza en mi barriga esperando sentir o escuchar a tu hijo, antes de besarme y prometerme una nueva vida feliz en familia.

Aquellas últimas palabras escritas se vieron manchadas y deformadas lentamente por lagrimas cayendo de los ojos de Gwen Stacy hacia el papel.

No quiero llorar más, pero tampoco quiero olvidarte. Tu recuerdo me lastima y simplemente no puedo...

Al final de todo eso, solo me fui de aquel sitio. No me percate del tiempo que había permanecido allí, pensado en ti en... nosotros, hasta que vi los primeros rayos de sol aparecer y tuve que retirarme.

Columpiándome una vez más por los callejones oscuros, ocultándome lo mejor que pudiese de las personas, pero lo que paso después fue que...

Nuevamente detuvo su escritura. Gwen trato de hacer memoria para recordar que había pasado en aquel momento y como describirlo.

Todo paso tan rápido que mi mente no tuvo tiempo de analizarlo. De un momento pase de estar columpiando por los callejones a ser absorbida por una especie de agujero de gusano y aparecer en el techo de un edificio en el centro de Nueva York, pero no mi Nueva York... este era otro, otro universo...

Mi error fue querer quererte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora