Capítulo 4

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                      En un solo día
  (Morat)

~•Evangeline Flores•~

Entro al colegio y espero a mi mejor amiga, cuyo autobús siempre llega tarde. Le envío un mensaje para saber dónde está.

-Melody, ¿por dónde vienes?

-Cerca del semáforo, tranquila.

Mientras espero, decido leer. Este libro es mi favorito; no importa cuántas veces lo haya leído, nunca me canso. Fue el primer libro que leí, lo que lo hace especial.

Melody: Hola, ¿llegué tarde?

Evangeline: No, tranquila. Faltan solo 2 minutos para que suene el timbre. ¡Espera, ¿2 minutos?! ¡Llegaré tarde!

Melody: Yo también, bye. Nos vemos después, Evangeline.

Apenas me despido de Melody, empiezo a correr a toda prisa. Estoy muy retrasada, y finalmente llego al salón. Un chico me abre la puerta y el profesor me pregunta mi nombre, me dice que me siente al lado de James. Hoy voy a averiguar si él es el que me mira.

Me siento sin siquiera mirarlo, agarro mi laptop e inicio sesión. Veo las preguntas del examen, están difíciles, pero gracias a que estudié me siento preparada.

Analizo cada pregunta, las leo y elijo la respuesta más coherente. Así pasa el tiempo, hay más de 60 preguntas. Observo que James guarda su laptop, ¿cómo ha terminado tan rápido? Me pregunto, pero no importa, debo concentrarme en lo mío. Sigo el mismo proceso hasta que termino.

Ahora sí, es hora de relajarme. Cojo mi libro favorito y me sumerjo en la lectura, olvidándome de todo. O al menos eso pensaba. La paz dura poco, vuelvo a sentir la sensación de que alguien me mira. Volteo y veo cómo James disimuladamente aparta la mirada. No sé por qué, pero me da risa por dentro. Creo que ya sé quién me mira, al menos no es un secuestrador. Olvido el tema y vuelvo a concentrarme en mi lectura. Casualmente, estoy en una escena súper graciosa y trato de contener la risa, aunque todos están haciendo el examen.

Pasa una hora y nos tenemos que ir. Qué bien, así puedo ver a mi mejor amiga. Cojo mi bolso, guardo mi libro y me pongo mis audífonos. Cuando salgo, siento la sensación de que alguien me mira, pero ahora que sé quién es, solo sonrío mientras continúo mi camino.

Melody: ¡Por fin llegas! Me muero de hambre.

Evangeline: Perdón por la tardanza, pero recuerda que el salón queda al otro lado de la escuela, y para rematar, en el tercer piso.

Melody: Bueno, eso es verdad. ¿Y cómo te fue en el examen?

Evangeline: Estuvo difícil, pero creo que me fue bien.

Melody: ¿Difícil? ¡Si estuvo facilísimo!

Evangeline: Ay, perdón. Se me olvidó que estoy hablando con "doña dieces".

Melody: Ok, perdón. Ahora sí, ¿podemos entrar a comer? Me estoy muriendo de hambre.

Evangeline: Wow, tú con hambre. Eso es raro, casi no comes aquí en la escuela.

Melody: No desayuné, ¿ok?

Evangeline: Ah, eso explica mucho.

Melody: Ay, cállate.

Solo me río, porque sé que es capaz de asesinarme si digo algo más.

Entramos a la cafetería. Melody va a buscar comida mientras yo encuentro una mesa para nosotras, ya que mi mamá me trae la comida.

Estoy tranquila comiendo cuando llega la peor de las personas.

Evangeline: ¿Qué quieres, Emma?

Emma: Solo vine a ver qué comes. ¿Cómo es que comes tanto? ¿Vas a estar gorda o, bueno, más gorda?

La chica de la paradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora