Narra David
Mi trabajo era algo que me apasionaba y en estos momentos estoy con ello, me encantaba ayudar a las demás personas a que volvieran a caminar después de haber sufrido un accidente y que quedaran paralíticos.
En estos momentos estoy aqui dentro de una alberca ayudando a un paciente mío, era prácticamente un niño no tan pequeño, pero corto para su edad, se veía asustado y es normal, pero claramente no dejaría que algo le sucediera, por algo estoy aquí
David: El agua te ayudo con tu peso, aquí es mucho más fácil que muevas tus piernas que en la calle ¿okey?
X: Si
David: Perfecto, dime como te sientes?
X: Como una tortuga
David: ¿Como una tortuga? -solte una risa, este niño si que sabe como poner de humor a alguien- ¿y acaso sabes que las tortugas pueden ganar una cerrara?
X: ¿En verdad?
David: Pues claro que si, no te estoy mintiendo es más -mire al niño y después a un chica que estaba sentada en la orilla con los pies en el agua- ¿quieren que les cuente un cuento de la ciencia ficción? Los dos no tienen que dejar de creer, yo solamente soy una muleta en su rehabilitación porque realmente quien hace todo el esfuerzo son ustedes
X: Esta bien
David: Y recuerden si ustedes no pueden, nos levantamos juntos que no? ¿Ya pudiste nadar?
X: Muy bien ahora es tiempo de volar fuera
David: De acuerdo
Y sin siquiera pensarlo una mujer había entrado donde David se encontraba con los niños, pero en cambio ella no sabia de quien se trataba, pero esas palabras hizo que tuviera un recuerdo del pasado, un recuerdo cuando ella era Marena y estaba con su mejor amigo Adrian, su soporte, el cual había muerto ese día en el accidente con sus trillizos, pero al parecer no todo es como parece ya que sin saber, iba a volver a encontrarlo, solamente que ahora con diferente identidad, ya que si, David es Adrián su mejor amigo.
Marra Leona
Después de ese recuerdo que tuve algo me motivo y metí a la alberca donde se encontraba el joven que acababa de ayudar al niño a salir, nade hasta la orilla y por unos segundos volví a sentirme viva, segui nadando hasta que en medio salí a la superficie y unos segundos después ese joven estaba también ahí enfrente de mi, el es un muchacho de cabello negro con barba, realmente no sabía que decir, sus ojos, sus ojos me eran muy familiares.
X: Yo te conozco...
Esa voz... esa voz esto ya no es parte de mi imaginación.
Leona: No lo creo, no creo que nos conozcamos yo apenas acabo de llegar a la Ciudad, yo... me inscribí aquí a esta alberca como terapia
X: Valla que coincidencia yo soy terapeuta y trabajo con niños en un centro de rehabilitación y pues hay muchos que no llegan y pues aquí les doy terapia
Leona: Parece que te gusta tu vocación
X: Me apasiona desde que era un chamaco