Los chicos y yo habíamos decidido pasar un día tranquilo, un día en la playa, lejos de la prensa, y evadiendo a casi todo el mundo.
- Estate pendiente del teléfono Brittany, seguramente te tendremos que dar la noticia de tu vida- me dijo mi representante por llamada.
- ¿Qué te pasa?- preguntó Bill, ya que no pudo descifrar mi cara de, “que mierda me tendrán que decir, no he hecho nada importante ”.
- Mi repre me ha dicho que esté pendiente de las llamadas de mi teléfono, ya que seguramente me digan una noticia muy importante, en fin no sé, solamente estaré pendiente y ya está - le contesté.
- Alomejor la noticia importante es que te han nominado a los Óscar -dijo Tom entrando a la conversación.
- ¿Y por qué me iban a nominar a mí?, Mi actuación no fue para tanto en aquella peli, y además hay gente que actúa cien veces mejor que yo- le dije a Tom, y este me miró con ojos divertidos, como si no se creyese lo que había dicho.
- La persona más egocéntrica, y narcisista que conozco me está diciendo que puede haber gente que haga algo mejor que ella, no me lo creo- Dijo Tom acercándose a mí.
- Además, creo que la parte de tu actuación en la que tu personaje llora como si su vida dependiese de aquello, en la parte en la que mata a hachazos al asesino de su amigo, y en muchas escenas más, creo que no hay nadie que nosotros conozcamos que lo pudiese haber hecho mejor que tú- añadió Bill.
- Además de que tú película salió hace un mes y todavía sigue en cines, admítelo nena, eres una estrella, pero no mejor que yo claro- dijo el egocéntrico de Tom.
- Si vosotros lo decís, así habrá sido- dije yo poco convencida.
- Hey chicos,, la furgo ya está, podéis ir subiendo, y el que no lo haga, se queda en tierra- dijo Gustav sonriente.
- Ahora vamos- le contestamos Bill y yo al mismo tiempo.
Los tres cogimos nuestras cosas, un poco de comida, crema solar, del factor más alto que haya, agua y un poco de dinero.Finalmente, terminamos todos sentados en el coche que más o menos parecía una furgoneta, Gustav iba conduciendo, Gregorg sentado en el asiento del copiloto, y atrás ibamos nosotros, Tom en una ventana al igual que Bill y yo estaba apretujada entre los dos.
- Yo creo que me voy a dormir - les dije a los que tenía al lado.
- Pero si ya no queda casi viaje- se quejó Gustav.
-¿Y eso que más da?- le pregunté, acurrucando me en el hombro de Tom, quien de buena manera se ofreció a ser mi almohada, y poco después me quedé sopa.
- Pues yo me voy a echar crema en la cara, que luego me quemo y estoy feo- dijo Bill.
- Tu siempre estás feo- le contesto Tom, haciendo que Bill le mirase muy mal.
Al final, Bill termino de echarse la crema en la cara, y tuvo la magnífica idea de echarme la a mí también.
- Hey Tom - le llamó.
- Qué - le contestó secamente el otro.
- Sujeta le la cara a Britt, la voy a echar un poco de crema solar- dijo Bill con cara de pillín.
- Pero solo un poco eh, y si pregunta de quién ha sido la idea ha sido solo tuya- le dijo Tom a Bill, agarrándome la cara.
- Como sea, voy a decir que ha sido idea de los dos- le contesto Bill, y de pronto sentí un pegote de crema en mi cara, lo que hizo que me despertase.
- ¿Quién ha sido el iluminado que me ha tirado medio bote de crema en la cara?- pregunté, quitando un poco del pegote que me habían echado en la cara.
- Tom- le echo la culpa Bill.
-! Qué , no, claro que no¡- se defendió él, agarrándome la cara suavemente para expandir lo que quedaba de crema en mi cara.
- Gracias - le agradecí, con una sonrisa y un leve color rojo en mis mejillas.
- Ya hemos llegado- dijo Gustav aparcando el coche, cada uno salimos del coche, y cogimos nuestras cosas, que anteriormente habíamos dejado en el maletero.
Yo cargaba con las toallas y un pequeño flotador deshinchado, Gustav y George cargaban con las sombrillas, y Tom y Bill iban ocupados buscando el mejor sitio para dejar nuestras cosas.
-Aquí - dijeron los gemelos al mismo tiempo, y allí dejamos nuestras cosas.
George y Gustav se dedicaban a poner las dos sombrillas, Bill y Tom se dedicaron a poner las toallas, mientras que yo inflaba el flotador con forma de Donut.
Cuando nuestro mini campamento estaba montado llegó la hora de ir al agua.
Mientras que me seguía echando crema por las rodillas, y las piernas, podía oír a Bill quejarse de por qué me echaba crema el las piernas si ahí no me daba el sol.
- Cállate, y échame crema en la espalda anda- le ordené dándole el bote, el cual fue rápidamente cogido por Tom, quien empezó a esparcir me la crema por la espalda.
- Yo no me voy a echar crema, que me quiero poner moreno- soltó Gustav, a lo que yo pensé, Ole tu polla, pero no lo llegué a decir.
- Te va a dar cáncer- le soltamos los hipocondríacos de Bill y yo.
- Sois unos exagerados, que lo sepáis- nos dijo Gustav, quitándose la camiseta, y dirigiéndose al mar.
- Ya está, te toca - me susurró Tom en el oído, pasándome el bote de crema solar a mis manos.
- Date la vuelta anda- le dije amablemente, y cuando estuvo de espaldas le comencé a esparcir la crema por su espalda y sus hombros.
- Ale, vamos al agua- le dije a Tom, que era el único que quedaba junto a mí, guardé el bote de crema, y saqué un reloj que estaba conectado a mí teléfono, precisamente para saber cuándo me estaban llamando.
Cuando estábamos todos en el agua Bill y yo nos empezamos a salpicar, haciendo que Tom se enfada se un poco, por qué no le gusta que le salpicasen.
- Parad- dijo Tom irritado, y empezamos a salpicar más, poco después de la queja de Tom, George también se unió a nosotros, y al mismo tiempo se nos unió Gustav.
- Venga Tom- le llamé entre risas, él solo bufó, y se alejó de nosotros, hasta que nos calmasemos un poco. Poco después solo quedábamos Bill y yo, que ahora estábamos sumergidos bajo el agua, viendo a algunos peces pequeños que había.
De un momento a otro había alguien que me había agarrado la cabeza y no me dejaba sacarla, de verdad que odio las aguadillas.
Y en otro instante, ya podía respirar, bueno respirar a trozos, por qué si no me había tragado cinco litros de agua no me había tragado ninguno.
- ¿Quién ha sido?- pregunté tosiendo, y cuando giré mi cabeza le ví a él, con su sonrisa de, “yo no he hecho nada”.
- Yo no he sido- dijo Bill riéndose, y provocando a Tom, quien poco después le estaba cogiendo la cabeza y sumergiéndose la en el agua, tal y como había hecho conmigo.
De mí solo salían risas, al igual que de Gustav y Gregorg.
- Esperad aquí, creo que me están llamando - les avisé viendo mi reloj, el cual no paraba de vibrar.
Poco a poco pude salir del agua, que también te digo, costaba un poco, así que después de caerme por las olas al salir, ver el raspado de mis rodillas, por qué me había comido la mitad de la orilla con mis rodillas, y ver a los demás reírse, fui a donde nuestras cosas se encontraban.
Con una toalla se sequé un poco la cara y las manos, cogí la mochila en la que llevábamos las cosas de valor, y saqué delicadamente mi teléfono.
En él pude ver dos llamadas perdidas de mi representante, quien ya estaba acostumbrado a que no le cogiese el teléfono, y le devolviese las llamadas.
Y, así hice, le llamé de vuelta, y poco después fue él quien me cogió el teléfono.
- Hola- le saludé alegremente.
- Adivina qué - me saludo también él.
- ¿Qué, que ha pasado, me han nominado a algo?- le pregunté.
- Te han nominado a los Óscar- soltó él el bombazo.
- Que dices anda, deja de fumar, si fuesen otros premios todavía, pero a esos, ni de coña- le contesté sentándome en la toalla, y llamado la atención de los que todavía estaban en el agua.
- No es broma, te han nominado dos veces- dijo él super feliz.
A lo lejos pude ver cómo los chicos salían del agua para hacer su tarea de ser unas viejas cotillas.
- Eso es bueno ¿No?- le pregunté, ya que todavía no me lo creía.
- Buenísimo Britt- me dijo él contento.
- Bueno bonita, te dejo que tengo cosas que hacer, cuando lo asimiles me llamas, tenemos que pensar todo, que te vas a poner, ect- me dijo él colgando la llamada, dejándome sin palabras, con el teléfono en la mano y los tres chicos delante mía.
- ¿Qué tal?- preguntó primero Tom.
- Bien- les dije todavía asimilando la noticia.
- Estás blanca como la pared, creo que nos vas a tener que contar algo más que ese simple "bien"- me replicó Gregorg.
- Resulta que teníais razón - les dije, dirigiéndome hacia la bolsa para guardar mi teléfono y volver a echarme crema en la cara.
- Me han nominado a los Óscar- les solté el bombazo como anteriormente me habían hecho a mí.
Los tres chicos se quedaron como yo me había quedado, congelada, menos Tom claro, que él ya lo sabía, me lo había dicho antes.
- No me jodas- habló el primero Tom.
- Además, dos veces- les comenté.
Bill de repente se puso a saltar de la alegría, y Tom, como lo digo, me dio un buen morreo, uno como dios mandaba, como decía él.
- Bien, lo sabía, te lo dije antes pero no me hiciste caso- me dijo Tom sosteniendo mi cara entre sus manos.
- Joder tía - dijo Bill, brincando de alegría.
- Ahora sí que voy a decir que soy mejor super estrella que vosotros- les dije a los chicos.
Gregorg y Gustav se acercaron y me dieron un abrazo, mientras que Bill seguía brincando, de verdad que no se de dónde saca tanta energía.
- Bueno, ¿Quién juega a las palas?- les pregunté sacando cinco palas de playa y una mini pelota.
- Todos- contestó Tom, agarrando su pala.
- Los equipos serán así, Brittany y Tom, a un lado, frente al sol, a ver si os ponéis morenos, y Gregorg, Gustav y yo, al otro lado- nos mandó Bill, y por no discutir le hicimos caso.
Estuvimos un rato jugando con las palas, otro rato corriendo a por la pelota, que pasaba más tiempo en el suelo que en el juego, y otro rato, Bill se dedicó a volver a cambiar los equipos.
- Vamos a volver a hacer un cambio de equipos, por qué vaya por dios, solo saben jugar Britt y Tom, nosotros somos unos inútiles - volvió a quejarse, y volvió a cambiar los equipos.
- Ahora serán así, Gustav y Tom, a un lado, y nosotros al otro- volvió a mandar él.
- Vale ya con cambiar los putos equipos - me quejé yo.
- Si bonito, ya me estás mareando - se quejó también Tom.
Finalmente estuvimos jugando otro rato, hasta que el hambre apareció, asi que, paramos de jugar, guardamos las palas, y nos sentamos en un círculo alrededor de la bolsa en la que llevábamos nuestra comida.
- De qué serán - se preguntó Gustav a sí mismo.
- Yo lo quiero de queso - dije yo agarrando el primer bocata que se puso delante mía.
- Vaya, no es de queso, es de chope, ¿Quién era al que le gustaba la mierda esta?- me quejé.
- Es mío - levantó la mano Tom.
- No sé cómo te puede gustar la cosa esa, si es como la mortadela pero en pocho- le dije dándole el bocata.
- Está bueno - intervino Gustav.
- No hace falta que le defiendas, el chope está asqueroso - intervino Bill en la conversación.
Así nos pasamos todo el rato hasta que terminamos de comer, discutiendo si el chope estaba bueno o estaba malo.
Después de comer estuvimos jugando unas partidas al uno, a las que siempre perdía, por qué terminaba con más de diez cartas en mi manos, pero bueno, yo confío que en algún momento ganaré.
- No me voy a chupar ocho cartas- se quejó Tom.
- No mis huevos- le contesté riéndome de él, así que le dí yo las cartas.
- Toma, ocho cartas, justamente las que te chupas- le dije amablemente con las cartas en la mano.
- No te voy a decir que me vas a chupar- dijo él, y enseguida puede notar un leve color rojo en mi cara.
Después de otras pocas partidas, me empezó a entrar sueño, así que, me tumbé en mi toalla, y cerré un poco los ojos.
El resto de la tarde pasó rápido, volvimos a jugar a las cartas,nos volvimos a bañar en el mar, intentamos cazar mini pececitos, nos volvimos a echar crema, aún que ya estaba muy quemada, me volví a caer, y merendamos.
- Tengo hambre, pero hambre de algo rico ¿Sabes?- me preguntó Bill.
- Y yo, me apetece algo rico- intervino Gregorg en la conversación.
- Si queréis podemos comprar helados- les propuse.
- !sí¡- dijo enseguida Tom.
- Pues ale venga, coged dinero - les dije levantándome.
Cerca de nosotros había un chiringuito, que supuse que tenía helados, estaba claro vaya, así que, compramos un helado cada uno, Bill se compró un frigo pie.
- No había helado más raro- dijo con ironía Gustav.
- El mío es el mejor- les dije enseñando mi helado, el cual lógicamente era de chocolate blanco y vainilla.
- Oye- nos llamó un chico por detrás.
- ¿Pasa algo?- le pregunté dándome la media vuelta.
-¿Eres la de la película “Corred”?- preguntó el super ilusionado.
- Si- le contesté alegremente.
- ¿Puedo hacerme una foto contigo, porfi?- me preguntó él.
- Sí, claro que sí, ¿Es un selfie, o quieres que nos hagan la foto?- le pregunté.
- No me importa la verdad- dijo el chico indeciso.
- Trae el teléfono, yo te hago la foto- nos dijo Bill agarrando el teléfono del chico.
- Gracias - dijo el chico posando a mi lado, hasta que el click de la foto sonó, indicando que la foto estaba hecha.
- Gracias - me agradeció el chico.
Para cuando nos habíamos terminado de comer el helado, varias personas habían venido, y nos habían pedido fotos a todos, así que, para evitar problemas, recogimos nuestras cosas, y nos fuimos al coche, para finalmente irnos a casa.
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Historias sueltas.
RandomMe gusta escribir, aquí podrás encontrar historias sueltas. Estás historias son mías, no las he sacado o copiado de otra persona. No se pueden hacer adaptaciones, o copiar ninguna historia.