Capitulo 1 - ¿Una ciudad de la Amistad?

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Desde que tengo memoria siempre he sido muy callado y tímido, mis padre solían decirme que debía ignorar eso, ya que no necesitaba amigos. En un principio lo tome bien, era entendible que no tenia manera de tratar con chicos de mi edad, lo comprendía perfectamente.

Consecuentemente con el paso del tiempo una sensación de soledad comenzó a carcomer mi consciencia, un estado de necesidad de tener amigos, como tal vez se den cuenta solo me pongo filosofo por un rato, ¿La razón? Un novato con el que trabajo dejo de revolver la mezcla y tuvimos que para con nuestro trabajo.

_ Lo siento... - él chico agachaba la cabeza apenado -

Obviamente tomaron esto como una gran desgracia, la mezcla es muy importante a la hora de construir, dejarla secar significa tiempo y esfuerzo desperdiciado, una maquina hormigonera seria lo mejor pero por desgracia nadie trajo así que tenemos que hacerlo en el suelo. Mis compañeros son mayores que yo y por eso critican duramente al novato, me recuerda un poco a mi cuando empece con esto, un chico débil de voluntad con ojos llenos de esperanza y que al final poco a poco son consumidos por la realidad, ese pobre chico debió hidratar bien la mezcla mientras podía, en lugar de eso se distrajo en lo cual hizo que terminara en esta situación.

Minuciosamente me escabulli evitando su quilombo, al menos yo intentaba buscar una solución para remediarlo, en lugar de eso, los viejos de mierda regañan al joven novato por no aprender en un día lo que ellos les tomo décadas en hacer, ancianos culiados. Me quejo de eso por qué he vivido muchas de esas situaciones más de una vez, una sola cosa que hagas mal y te terminan puteando de muchas maneras, es por eso que la gente joven no dura mucho en estos trabajos, uno debe dejarse pisotear para sobrevivir en este mundo, yo pude salvarme un poco de eso ya que aprendí mucho de mi tío. Él me enseño sobre albañilería y me proporcionó las herramientas necesarias para trabajar por mi cuenta, tengo capacidades para valerme por mi mismo, así fue desde hace dos años.

Inusualmente el joven novato me miro como un colega antes de trabajar aquí, quizás pensó que tendríamos el mismo nivel de experiencia, ahora solo pienso en dale una mano. Desde que tengo memoria me ha gustado ayudar a los demás, sin recibir nada a cambio, mis padres me enseñaron eso y debo decir que es duro, siempre tengo que tener cuidado de no involucrarme mucho debido ha que por el solo hecho de ayudar abusan de mi confianza, ya me ha pasado antes, pero hoy es diferente.

Me dispongo ha echar un balde de agua en el cemento y con la ayuda de mi pala comienzo a mezclar, los demás chusmeaban o capaz pensaban que estaba loco por mover tremenda mierda bien durísima, ¿y saben qué? Tenían toda la maldita razón, esa cosa estaba como una piedra y parecía haberse acabado ahí, pero no me di por vencido, saque una fuerza de la mierda y logre moverlo con éxito. Literalmente mis brazos liberaban chorros de transpiración e humo, lo cual capaz era el sol, pensaba hacerlo solo, no obstante ese novato tomo un balde de agua y me dio una mano moviendo el cemento, al final, logramos darle vida una vez más y los muchachos festejaban.

_ ¡Mira vos! - un viejo de cabellos blancos me felicito con un golpe en la espalda, el dolor fue peor, maldito viejo, yo trataba de disimular mi enojo con una sonrisa - Como siempre Alex resolviendo los problemas de los novatos y por supuesto también los nuestros ja, ja, ja

_ Na si el Alex es re capo, aunque debiste dejar que ese pelotudo lo resolviera solo, ya que fue su problema - su halago ha mi fue arruinado por un regaño hacia el novato, aunque parecía no importarle ya, su risa mientras seguía remojando la mezcla lo demostraba -

Afortunadamente mientras no haya pasado días es imposible que la mezcla se seque por completo, con una cantidad apropiada de agua se podía remediar, en ves de hacer eso los viejos insultaron al pobre chico. Por desgracia no puedo involucrarme mucho, la razón es que trabaja para uno de estos viejos que lo insultaban, tratar de defenderlo haría que pierda su trabajo, sin embargo, creo haber hecho lo suficiente.

La Ciudad de la AmistadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora