Casas, plazas, parques, edificios, plantas, autos, perros durmiendo en la calles, gatos peleando en los techos, etcétera, estaban por ser iluminados por el deslumbrante sol de la mañana y ya se hacia notar la gente que se levantaba a buscar pan. Alrededor de esto un joven muchacho seguía sin despertar, ya ni la alarma ponía orden, pasaban las horas y parecía que este no despertará, hasta que un ruido molesto lograba escucharse afuera. La puerta de chapa solo presentaba un inconveniente cuando aparecía alguien a tocarla, el insistente golpeteo acompañado del ruido retumbante de la puerta hacían perder la paciencia al joven que dormía, al final, no podía seguir manteniéndose en cama aun cuando su cuerpo le exigía no levantarse. Primeramente trataba de limpiarse las lagañas de los ojos con las manos, este poco a poco abrió los ojos, parecía estar listo para el siguiente movimiento, mientras seguían tocando la puerta.
Continuaba por las piernas, saco la sabana que los cubría para facilitar la movilidad al moverlos hacia afuera de la cama, hasta aquí todo en orden, siguió con las pantuflas las cuales daban justo en la dirección donde iban sus pies, lo único que hizo fue bajarlos hasta que solos se colocaron, la puerta seguía sonando.
_ ¡Hijo de mil puta, deja de golpear así la puerta! - la ira de sus palabras llego a los oídos del que estaba afuera, ya que se detuvo -
Con bronca se levanto para ir hacia la puerta del frente, parece que la acción que estaba haciendo antes la hacia en cámara lenta, por lo tanto quiere decir que esperaba ha que el de afuera se largara al tardar tanto. Resulta que al abrir se encontró con un joven bastante animados con una mochila en su espalda, este estaba de pantalón corto gris y una camiseta de color negro, tenia una musculatura bastante obvia y un corte de cabello corto aunque no se notaba mucho por la gorra que traía, desde lejos podían notarse el color verde de sus ojos, y en cuanto al calzado... bueno, venia de ojotas, aunque es natural vestir así por el calor.
_ Ya era hora Alexander - insinuó riéndose - Llevo media hora esperando que salgas
_ Sam, eras tu el del ruido, ¿Sabes que hora es gil? - decía Alex mientras se limpiaba los ojos -
_ Pero si es la una de la tarde mi loco - decía mientras con la mirada señalaba el sol que estaba muy fuerte y la gente pasando, sin duda era muy tarde -
_ ¿Ves? Todavía es hora de dormir gil - grito Alex golpeando de mentiras a Sam -
_ ¡Maldito vago! - le contestó Sam haciendo que Alex grite enfadado - Bueno vayamos al grano, vine a comer un asado aquí, invitame.
Alex miraba serio ha Sam y haciendo un gesto de negación.
_ No voy a hacer un asado Sam, además por qué vienes si no te invite desgraciado
_ Pero escuche que instalaste una parrilla en el patio de tu casa - Sam se le acerco a Alex con un ceja levantada -
_ Bueno...
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La Ciudad de la Amistad
RandomUna ciudad en donde a pesar de todo tiene su lado buen, gente trabajadora, vagos, malandras, entre otros. Hasta parece todo normal, pero inesperadamente sucede algo que cambiara el destino de toda esta gente, ¿premio o premio?