08: Nació para ser rey

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Después de que Bai Yue dijera estas palabras, se dio la vuelta y fue a arreglar otra cosa.

Su Yao se quedó congelado en el sitio por un momento, sólo cuando volvió en sí sonrió y honestamente fue a sentarse en la silla que Bai Yue acababa de señalar.

Realmente no pensó que Bai Yue tomaría la iniciativa de protegerle.

Este conocimiento hizo que Su Yao se distrajera por un momento, mostrando inconscientemente un risita y sentándose allí riéndose.

Por suerte, la gente a su alrededor estaba ocupada y nadie podía notarlo. Después de casi una hora, el escenario estaba casi listo para el montaje entre bastidores y el vicepresidente subió al escenario para dar su discurso a los nuevos estudiantes.

Todas las demás personas esperando en la parte de atrás del escenario, y Su Yao miraba la silueta del vicepresidente desde lejos, y después de un rato, sintió que el respaldo detrás de él era presionado.

Cuando Su Yao se dio la vuelta, Bai Yue estaba de pie detrás de él, mirando al vicepresidente en el escenario con él.

Sintiendo la mirada de Su Yao tampoco bajó la vista. Sólo enganchando las comisuras de sus labios, dijo: "¿Qué te parece, la gente que traje sigue siendo muy buena, verdad?"

Su Yao asintió.

Se dio cuenta de que, muy a menudo, los discursos de apertura se dejaban en manos del vicepresidente. Con una inclinación un tanto curiosa de su cabeza, Su Yao le preguntó a Bai Yue: " Hermano, ¿por qué no haces este tipo de cosas de mostrar la cara tú mismo?"

"Por que no creo que tenga sentido". Bai Yue sonrió mientras decía: "Al principio, me gustaba bastante la sensación de mostrar mi cara. Luego pensé, es un poco engorroso, después de todo, no me faltan oportunidades como esta para que la gente me conozca,¿no crees?"

Claro que sí.

¿Quién más en esta escuela no conocía a Bai Yue?

Su Yao sintió que había hecho una pregunta muy poco interesante, pero a Bai Yue no le importó mucho. Simplemente se acercó y acercó otra silla a su lado y se sentó codo a codo con Su Yao, observando en silencio el espectáculo de fuera.

El espectáculo de Bai Yue era el gran final, así que se sentó junto a Su Yao y vio casi todo el espectáculo con él.

Sólo cuando empezó el penúltimo acto, Bai Yue se levantó, se arregló la ropa, acercó su guitarra y empezó a hacer los últimos ajustes.

Su Yao observaba sus movimiento, en silencio y sin molestar.

No fue hasta que Bai Yue hubo terminado sus ajustes y levantó la vista a empezar a calcular su tiempo de actuación cuando Su Yao dijo con una sonrisa: "Hermano, lo harás bien más tarde, estoy deseando que llegue".

Bai Yue levantó la comisura de los labios: " No hace falta que digas eso, cantaré bien".

Al pronunciar estas palabras, uno de los espectáculos anteriores llegó a su fin. Bai Yue se levantó y se arregló la ropa, luego giró la cabeza hacia Su Yao y le pregunto: "Mira otra vez, ¿hay algo malo en mi atuendo?"

Su Yao le miró seriamente durante un momento, luego se levantó y enderezó el cuello de la chaqueta de Bai Yue.

En ese momento, aunque sólo llevaba una camiseta y una chaqueta de lo más corriente, con su guitarra se sentía como un príncipe que se hubiera extraviado entre los mortales.

Cuando el maestro de ceremonias cerró el telón, Bai Yue sonrió a Su Yao y subió al escenario con su guitarra.

Desde donde estaba sentado, Su Yao podía ver lo que pasaba en el escenario, pero no podía ver nada de lo que pasaba fuera del escenario. En ese momento, cuando Bai Yue subió al escenario, sólo pudo escuchar una montaña de aplausos. De hecho, no había necesidad de mirar, podía adivinar lo lacas que estaban esas chica en el escenario.

Por supuesto, ¿quizás había algunos chicos como Yan Chen entre ellas?

Mientras Su Yao pensaba en su mente, Bai Yue por allí ya había pulsado las cuerdas de su guitarra y había empezado a cantar para la noche.

Tal vez porque todos temían perderse una nota, desde el momento en que apareció la melodía, todo el público bajo el escenario guardó un silencio unánime.

Todos esperaban la canción de Bai Yue, incluido Su Yao entre bastidores, que podía sentir claramente cómo contenía la respiración anticipándose al sonido que imaginaba que surgiría.

La voz de Bai Yue era muy hermosa, y la sensación que daba en ese momento no era la misma que la que había escuchado en la oficina del sindicato de estudiantes.

En aquel momento, Su Yao sintió que Bai Yue era como su verdadero hermano, sereno y apacible bajo el sol de la tarde.

En ese momento, estaba en el escenario, tocando la guitarra y cantando una sencilla y relajante canción de amor.

Parecía un poco desajustado, pero entonces apareció esta imagen en Bai Yue e hizo que todos los desajustes cobraran sentido.

Parecía la forma en que debía ser.

Había nacido rey y debía ser admirado por todos por cada uno de sus movimientos.

Su Yao no negaba lo que pensaba en su interior, y por eso, estaba claramente seguro de que mientras escuchaba la canción, tenía lo que él llamaba un latido en el corazón.

Entendió la razón por la que Bai Yue era tan popular, y también entendió por qué dentro de es novela, Bai Yue se convertiría en la única luz de luna blanca de Yan Chen.

Era porque este tipo de dios que estaba por encima del resto debía ser adorado por todos los humanos.

En cuanto al Su Yao de la novela, que era tan retrógrado y no podía ser alejado, era demasiado pequeño y humilde bajo la luz de Bai Yue.

Respirando hondo, Su Yao apartó de su mente todos esos pensamientos que le distraían. Escucho en silencio la canción de Bai Yue hasta el final de la canción, cuando se levantó siguió al público en el escenario, aplaudiendo a Bai Yue en el escenario.

Bai Yue se levantó y colocó su guitarra despreocupadamente sobre su silla. Esbozó una sonrisa hacia el público antes de tomar el micrófono y hacer un resumen final de las actividades de la noche.

Aparte del resumen del evento, todo era sobre las perspectivas de las próximas actividades del Consejo Estudiantil. Para decirlo si rodeos, todo era una retórica formulista, y después de escucharla durante un rato, Su Yao no tuvo ningún motivo para volver a retirar su atención.

Lo que seguía en su mente era el canto de Bai Yue.

Era realmente un buen cantante.

Si se convirtiera en un ídolo en el futuro, sería del tipo que se convertiría en un éxito, ¿verdad?

Su Yao reflexionó en silencio hasta que el discurso de Bai Yue terminó y el público se dispersó, entonces parpadeó y se levantó para reunirse con Bai Yue, que había bajado del escenario.

Los dos caminaron hacia la entrada del backstage casi al mismo tiempo.

Sólo Su Yao estaba dentro y Bai Yue fuera.

Cuando le vio llegar, Bai Yue se quedó helado un momento.

Luego sonrió y se burló: "¿Qué pasa, que sales a darme la bienvenida?"

A Su Yao le hizo tanta gracia su comentario que también se rió. Sacudiendo la cabeza y señalando los desordenados bastidores a sus espaldas, dijo: "Esperando a que vuelvas para guiar la limpieza de la casa".

Con una sonrisa, Bai Yue asintió y entró.

El consejo estudiantil también tenía que ocuparse de la escuelas y, como presidente, nunca se le había dado bien ser directo.

Encargándose de que todos ayudaran a ordenar los bastidores, Su Yao tambien se arremangó y ayudó a ordenar.

Acababa de mover la mesa de su lado cuando otra persona levantó el otro extremo.

Su Yao miró hacia arriba.

La expresión de Yan Chen no sabía si era de agravio, más bien o impotencia. Suspirando, dijo :"En esto, siempre puedo ayudar, ¿verdad?"

" El sustituto volvió a llorar "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora