30: Sólo Hermanos

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Hablar es un arte, evidentemente, Su Yao no lo dominaba.

Esa pregunta dejó al sonrisa de Bai Yue completamente congelada en su rostro.

Respiró hondo un par de veces, tratando de reprimir las ganas de regañar. Cuando levantó la cabeza de nuevo, volvió a ser el caballero refinado, dijo: "No te preocupes, me golpearon en la frente, esa zona no tiene pelo, así que ni siquiera tuvieron que afeitarme para ponerme puntos, no voy a quedarme calvo."

Su Yao suspiró aliviado.

Pero al segundo siguiente, como si recordara algo, volvió a ponerse nervioso y preguntó con preocupación, "Si es en la frente, ¿entonces tu cara...?"

"Tampoco me quedaré desfigurado, puedes estar completamente tranquilo", la sonrisa de Bai Yue casi no se sostenía, "El doctor me dijo que la herida no es profunda, si me cuido bien, pronto no se notará"

Solo entonces Su Yao se tranquilizó por completo.

Recuperando su sonrisa radiante, dijo: "Eso es bueno, hermano, no sabes cuánto me asusté cuando me dijeron que estabas hospitalizado"

Después de eso, pensó un momento y cambió de tema: "¿Deberíamos informar al tío sobre esto?"

El tío que mencionó se refería a Bai Zhi.

Por supuesto que Bai Yue lo entiende.

Sacudió la cabeza rápidamente, rechazando la idea de Su Yao con una sonrisa forzada, "No es gran cosa, los exámenes están todos normales, así que no es necesario preocupar a la familia, si mi padre se entera de que me golpearon por un problema amoroso, ¿Cómo podré levantar la cabeza en casa?"

Su Yao ladeó la cabeza, lleno de interrogantes.

Bai Yue no ocultó nada y lo explicó con un tono más sutil: "Yan Chen piensa que nosotros dos estamos juntos, y no se lo aclaré, incluso lo provoqué un poco, pensé que no sería tan impulsivo, parece que lo subestimé"

Todo lo que había sucedido antes fue resumido en unas pocas palabras, aunque no entró en detalles, no mintió.

Su Yao escuchó la explicación de Bai Yue y pensó por un momento, luego mostró una expresión extraña, ladeando la cabeza y preguntando con duda: "Hermano, ¿por qué no le dijiste simplemente que somos solo hermanos? Si se lo dijeras, dejaría de atacarte, ¿no?"

Algo tan simple, incluso Su Yao, con su cabeza inocente, lo entendía, no podía creer que alguien tan inteligente como Bai Yue no lo comprendiera.

Como era de esperar, al escuchar esa pregunta, Bai Yue frunció el ceño.

Tras un momento de silencio, sacudió la cabeza y dijo: "Lo hice por ti, si le hago creer que estamos juntos, dejará de molestarte, aunque esta vez lo subestimé, no lo volverá a pasar"

Cuando Bai Yue dijo esto, pareció sentir que el tema se volvía incómodo y señalo la jarra de agua a un lado, pidiendo a Su Yao que le sirviera un vaso.

Pero Su Yao no se movió.

Bai Yue levantó la mirada y se dio cuenta de que en algún momento, el pequeño empezó a llorar de nuevo, con los ojos llenos de lágrimas, miraba a Bai Yue con una expresión de gran tristeza.

Bai Yue, lleno de dudas, pregunto, "¿Por qué lloras de nuevo?"

Su Yao se frotó los ojos y, esforzándose por parecer serio, le aseguró: "Hermano, eres tan bueno conmigo, no te preocupes, no dejaré que tu sufrimiento sea en vano"

Los ojos de Bai Yue todavía estaban confundidos.

Pero una sensación de mal presentimiento lo invadió, sospechando de lo que Su Yao planeaba hacer.

Antes de que pudiera reaccionar, Su Yao ya estaba afuera de la habitación marcando el número de Yan Chen, cuando Yan Chen contestó, ni siquiera le dio tiempo para saludarle con entusiasmo. Le gritó de inmediato: "Yan Chen, te lo advierto, mi hermano y yo solo somos hermanos, no creas que todo el mundo es tan sucio como tú, nosotros somos completamente puros, si vuelves a tratarlo como un enemigo y le haces daño, no te lo perdonaré"

Dicho esto, colgó el teléfono.

Se sintió increíblemente heroico.

Al regresar a la habitación y ver la expresión de asombro en el rostro de Bai Yue, Su Yao, orgulloso, se irguió y dijo: "Hermano, ya le expliqué todo a Yan Chen, si quiere venir a molestarme, que lo haga, no me importa, pero no dejaré que te lastime otra vez"

Tras decirlo, miró a Bai Yue.

En sus planes, Bai Yue debería estar alabándolo.

Pero para su sorpresa, la expresión de Bai Yue era una mezcla de emociones complejas. Sin lo lentes para ocultarlo, Su Yao pudo ver claramente la desdicha y la frustración en sus ojos.

Su Yao no entendía por qué Bai Yue reaccionaba así.

Antes de que pudiera preguntar, Bai Yue ya se había recostado de nuevo, dándole la espalda.

Esa reacción fue tan inesperada que Su Yao se preocupó y nervioso preguntó: "¿Hermano, estás enojado?"

Bai Yue no respondió.

Estaba un poco enojado, aunque no podía precisar si era por su propia impotencia o por la forma en que Su Yao había destrozado su mentira anterior sin dudarlo.

Era como si un payaso recibiera un balde de agua en medio de su actuación, algo que Bai Yue nunca había sentido en sus más de veinte años de vida.

Sabía que Su Yao lo había hecho por su bien.

Pero, ¿por qué destruir la mentira? Aunque era peligroso y podría resultar herido, ¿no podía seguir viviendo en esa ilusión un poco mas?

Bai Yue apretó los puños.

Al menos en ese momento, pudo confirmar que le gustaba Su Yao.

Su Yao lo llamó otra vez, su voz dulce y melosa, como siempre, con un toque de sollozo.

Bai Yue respiró hondo.

Pensó que no debería seguir siendo tan melodramático, debería volverse y enfrentarse a Su Yao.

Ese pequeño es tan delicado que si no lo atendía, seguro volvería a llorar.

Bai Yue pensó y se dio la vuelta.

Justo cuando estaba a punto de girar, la puerta de la habitación se abrió, la voz llena de alegría de Yan Chen resonó: "Su Yao, ¿hablaste en serio por teléfono?" 

" El sustituto volvió a llorar "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora