Una historia Omegaverse, dónde dos lobos están destinados a salvar a las manadas pero no todo será fácil para ellos, además, ¿Podrá su amor ayudar a la profecía?
Una historia de mi completa autoría.
Contenido +21.
No acepto copias ni adaptaciones.
A...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
*
Danrah
Después de desayunar Jungkook me sacó a pasear por la aldea, poco a poco me iba presentando a las personas que significan mucho para él, dónde queda la casa del panadero, dónde comprar verduras y frutas, dónde están los carniceros, dónde queda el centro médico y el lugar donde están las parteras.
—El pueblo es hermoso y sumamente grande, creo que es la manada más grande de las Cuatro Naciones —Jungkook se detuvo.
—Así es, es el más grande y es nuestra responsabilidad reinar con seriedad pero con misericordia, ya tengo el respeto de cada una de las personas aquí y se que pronto ellos también te verán como yo te veo, como una loba digna para el Alfa —mis mejillas se volvieron rojas y mi corazón se aceleró, Jungkook con sus palabras puede hacerme sentir una montaña de emociones en segundos.
—Aun no sé si podré hacerlo, temo que las personas aquí no vayan a aceptarme, ya no sería extraño para mí sentir tanto rechazo, pero no podría aceptar que eso te pueda afectar y termine por bajar tus status de Alfa que tanto te costó conseguir —los ojos de Jungkook estaban fijos en mí y sin decir más sus manos fueron hasta mis mejillas y unió nuestros labios en un beso bastante apasionado.
La mezcla de emoción, felicidad, lujuria y vergüenza estaba escrito en mi rostro, la vergüenza era debido a que estábamos frente a la manada, en todo el centro de esta. Después de unos minutos de sus labios en los míos, él se separó, no podía abrir mis ojos, ya mi cuerpo cada vez me responde menos, a este paso podrá marcarme para la fecha de nuestra boda.
—Estoy feliz con la diosa, cada vez que hablas o actúas me enamoras aún más, no puedo esperar el día que seas mi esposa ante todos. ¿Tú no estás feliz de haberme encontrado?
—Siempre quise encontrar a mi mate —comencé a caminar y él me siguió— Mi madre solía decirme cada noche cuando miraba la luna preguntándome si alguien podría ayudarme, ella decía que cuando encontrara a mi mate, ya no me sentiría de esta manera, que mi hombre me protegería pero que por los momentos tenía que ser fuerte y no depender de más nadie, solo de ella y de mi futuro mate.
—Y ahora que me has encontrado, ¿Por qué aún siento que no confías en mí? Créeme que no te forzaré a nada de lo que no quieras pero siento que soy el más emocionado por haberte encontrado.
—Perdona si le he ofendido de alguna manera, pero muchos llegaron a mi lado y me traicionaron, algunos de maneras sutiles, otros de las maneras más viles que pude sufrir, estoy dañada y herida, esas cicatrices quedaron en mí, si aún así está dispuesto a aceptarme entonces no se preocupe que poco a poco se ganará mi corazón como hasta ahora lo ha estado haciendo.
Él no dijo nada, tampoco tuvo que decirlo y no necesité estar marcada para sentir como le dolía el hecho de que yo haya pasado por todo eso y él no haya estado para protegerme, seguramente debe culparse.