Capitana América | Bucky Barnes

𝚅

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Esta definitivamente no era la oportunidad que estaba esperando.

— No se si lo lograré— comente, honestamente podía sentir un nudo en la garganta de los nervios.

— No te angusties, vendes unos bonos, paras balas, matamos nazis ¡BimBamBOM! — me dijo el asistente mientras se cercioraba de que tuviera todo el traje en su lugar — eres una heroína —.

— Nunca me lo imagine así — le murmure, lo cierto era que no me consideraba una, no en ese momento.

— El senador es muy influyente en el capitolio, coopera con nosotros y vas a guiar un pelotón pronto — me aseguró — Ten tu escudo —después de ajustarme bien el gorro mas ridículo que pudieron elegir y tomaba el escudo, estaba lista para el espectáculo.

Inmediatamente después corrí hacia el escenario en dónde me esperaba el publico, la música empezó a sonar y sabia que había llegado el momento.

Toda la situación me hacia sentir incómoda, la manera en la que fui vestida era denigrante, una blusa de licra pegada al cuerpo, con una mini falda roja y unas incomodas botas de tacón rojas hasta la rodilla que completaban mi atuendo.

Y ni que decir de las bailarinas detrás de mi, aunque estaba segura que la mas descubierta en el escenario era yo.

— No todos invaden playas ni conducen tanques pero tengo una idea para que todos luchen — dije al publico intentando recordar cada palabra, aunque tuviera una hoja pegada al escudo — ¡Bonos de defensa! y cada compra será una bala que será llevada por nuestros valientes soldados — mientras me movía por todo el escenario.

Era ridículo todo lo que tenia que hacer. Tomarme fotos con la gente, grabar videos con actores disfrazados de soldados y los múltiples shows cada noche en una ciudad diferente.

— Todos sabemos que debemos ganar la guerra y no lo lograremos sin balas, vendas, tanques y tiendas — dije frente al publico — con eso pueden contribuir, cada bono que compren protegerá a un ser amado — a pesar de ser mercadotecnia deseaba que cada bono que logrará vender ayudara a bucky a sobrevivir.

— ¡Detrás de ti capitana! — gritaban todos los niños.

— Ayudando a nuestros muchachos, los alemanes lo pensaran mas de dos veces antes de intentar atacarnos — y sabiendo perfectamente la Coreografía me voltee "golpeando" a "Hitler".

Eso normalmente volvía loco al publico o bueno, a casi todos.

Durante esta gira pasaron muchas cosas, me hicieron comics, grabe películas, todo lo que el senador me pidiera se hacía.
Y todo fue relativamente tranquilo hasta que me toco ir a una de las bases militares en Italia y mi público se transformo en soldados que tenían meses sin haber visto a una mujer.

— ¿Cuantos quieren ayudarme a darle a Adolfo en la cara? — Nadie hablaba, lo único que siempre estaba presente en sus rostros era la asquerosa mirada de lujuria que nunca desaparecía — ¿Entonces, algún voluntario? — pregunté siguiendo el guion esperando que la horrible tortura acabara.

— ¡Yo ya me ofrecí!, ¿qué crees que hago aquí? — me grito un soldado del publico, ocasionando que todos rieran.

— Porque no mejor te pones a bailar con las chicas — grito otro asqueroso, logrando que todos gritaran pidiendo lo mismo.

— ¡Tu puedes cielo! ¡Lindas piernas preciosa! — siguieron gritando mientras yo salía por la cortina de separación y las bailarinas volvían al escenario.