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Lágrimas amenazaban con salir de mis ojos, pero no me permití llorar, no iba a volver a llorar por un chico.

Sé preguntarán que pasó para estar llorando, pues de vez en cuando soy muy sentimental y me enteré que Bryan se va a casar con Mariana.

-Hey-Teo me agarró - que te pasa

-Me conoces muy bien Teo- suspiré

-Tal vez- me dedicó una sonrisa- ven te compro un helado para que te sientas mejor.

Nos dirigimos al puesto de helados y me compró uno de almendras (mi favorito) y luego compró uno de chocolate, obviamente para Britt.

Su relación es tan hermosa.
Si, me pregunto si tendré alguien que me quiera así.

Teo y yo nos separamos, yo me dirigí hacia el salón de clases donde estaba Mariana, y solo verla me dieron ganas de llorar.

-Hola Bety- me dijo con su irritante voz

-Bety es como me llaman mis amigas y tu no te incluyes- me senté en mi asiento

-Y por qué no puedo ser tu amiga? Que tienes contra mí?- se hizo la víctima

-Que tengo contra tí- reí falsamente - todo, tus ojos, tu voz, que vivas, que existas, que respires

-Esto es por Bryan ?- tenía que meterlo en la conversación - no te sientas mal, pero no te puedes comparar conmigo, tengo mucho de lo que solamente tú puedes soñar- sabía perfectamente que se refería a su dinero, su popularidad y su buen cuerpo.

-Tienes razón no me puedo comparar contigo, eres tan falsa, tan mentirosa que no sabes que es tener verdaderos amigos

-Si sabes que el odio que me tienes es mutuo- ella sonrió

-De eso no me cabe la menor duda- la miré fijamente

-Este juego acaba de empezar Bety- ella me sostuvo la mirada- y ya voy ganando yo

El timbre que inicia las clases sonó y el salón ya estaba lleno. Laura se sentó a mi lado (como siempre) y con solo verme su expresión cambió a preocupación

-Que te pasa - ella limpió unas lágrimas de mis mejillas

-No es nada- mi mirada cayó en Mariana, lo hice con un propósito Laura no es tonta

-Que te hizo - uy su mirada refleja furia

-Despues te cuento todo- el profesor de matemática llegó así que nos callamos, era el último turno y luego nos podríamos ir

-Beatriz necesito que te quedes- habló el profesor mientras todos se iban

-Algun problema profesor - le pregunté

-Tú eres mi problema Beatriz - el se acercó a mí - Eres mi dolor de cabeza, te deseo

-Alejese por favor - por qué seguía siendo amable

-No Beatriz ya no me puedo aguantar las ganas - yo empecé a retroceder hasta que mi espalda chocó contra la pared

¿ Ahora que hago?

El avanzó hasta quedar demasiado cerca de mí. Intenté alejarlo pero no lo lograba. Maldita sea por qué soy tan débil. Sus labios se acercaron a los mios...

Amor Prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora