Un carro que ha simple vista se veía cajas pequeñas en la cajuela, se estacionaba al frente de una casa semi comprada por los nuevos dueños que conocían perfectamente al pueblo después de varios acontecimientos que resolvieron. Una mujer pelirroja sale del auto ganando a su esposo e hijas para observar un mejor ángulo a la casa llena de entusiasmo, creyendo que empezarían de cero viviendo en Beacon Hills.
– ¿No es encantador? El día está nublado, la casa está perfecta y la mudanza llegó antes que nosotros llegáramos. –Lydia exclamó haciendo una sonrisa confortadora hacía a sus hijas–.
Ambas chicas no respondieron ante la pregunta que le hizo su madre. Solo observaban la casa grande aun sin dejar de creer que se mudaron precipitadamente dejando su hogar en Nueva York y sus vidas que tenían allí. Una de ellas estaba enojada no solo con sus padres sino también con su hermana ya que tenía cierta culpa de mudarse todos a un pueblo -Beacon Hills-. La otra estaba decepcionada o enojada también consigo misma por haber arruinado la vida de sus padres y hermana.
Nadie respondió, pues la situación era tensa y complicada, por lo que su padre de las dos hermanas intervino ayudando a su esposa.
–Te luciste al comprar la casa cariño. –Parrish se acercó a Lydia y la abrazo de lateral, ocasionando una sonrisa de agradecimiento por parte de su esposa–.
–Bueno, bajemos las cosas y entremos. –Lydia demandó, abriendo la cajuela–.
Al entrar la casa, todos se fueron a instalarse en sus nuevos cuartos. Lo que llevo mucho tiempo acomodando todo.
En el cuarto de Phoenix.
– Cariño, ¿necesitas ayuda?. –Preguntó Lydia con voz cálida, cerca en el marco de la puerta–.
– No es necesario, ya estoy terminando... –Responde Phoenix mientras terminaba de doblar su ropa y ponerla en el armario–.
–¿te encuentras bien?
–¿encontrarme bien hablas de la mudanza o en la parte que casi mato a miles de estudiantes dentro de la escuela?. Recalcó Phoenix.
–Ambas. Dijo Lydia.
–Es obvio que no me encuentro bien, –se sienta en la orilla de la cama derrotada–. Lydia hace lo mismo agarrando la mano de su hija, –Sabes que no es tu culpa, ¿verdad?.
–Si lo es, llevamos aproximadamente tres mudanzas porque sigo sin poder controlarme aún. Lastimó mucho a las personas mamá, y este lugar no será una excepción, –exclamó con frustración, agarrando un mechón rojo salido para pasarlo atrás de su oreja–.
–Créeme cariño que este lugar será diferente, debí llevarte a Beacon Hills desde el principio, porque aquí aprenderás muchas cosas y una de ellas es saber controlar el sabueso infernal que vive dentro de ti.
Phoenix sonrió sin mostrar los dientes dejando caer su cabeza en el hombro de su madre. Estuvieron unos cuantos minutos en esa posición y ambiente cómodo de madre e hija.
–Bueno, de seguro tienes hambre, por lo que tu tía Allison nos invitó a cenar en su casa con sus hijos. –Dijo Lydia caminando hacia el armario–
–Sería genial volver a ver a mi tía y a los demás. Creo que no los he visto desde que tenía 13 años.
–lo se cariño, por eso vístete para ir a verla, –Lydia dejó ropa sobre su cama para después dejarla arreglarse–.
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𝓣𝓡𝓘𝓗𝓨𝓑𝓡𝓘𝓓 𝓓𝓡𝓤𝓘𝓓
Fanfiction"We can't be together. We are a danger to humanity". Después de que Hope Mikaelson salvó a sus amigos, comenzó una nueva vida y un nuevo romance, con un druida Kaz Brekker. Ambos eran la pareja perfecta, pero a la vez temible no solo por ellos sino...