Pasaban días que mis ataques eran horribles pero siempre estabas ayudándome... tenía miedo de que te fueras... tenía miedo de aburrirte, de estresarte. Porque en primer lugar no tenías que hacerte cargo de eso.
Me cuestionaba todos los días "¿Estará bien que permita que me ayude?" Miles de preguntas rondaban por mi cabeza y no me dejaban en paz, empece a sentir un comodidad con tu presencia cerca. Hablábamos de muchas cosas, reíamos juntos, la que más hablaba era yo, mientas tu solo escuchabas. Pero algo me decía que no estaba del todo bien.... ¿Por que será esa sensación?... ya lo se, porque aunque tu me escuches, aunque me ayudes, solo tu ayuda seria como caridad, aunque me dijeras varias veces que te quedaste ayudándome porque era tu decisión... en el fondo sabía que solo querías que todo terminará... aunque nunca empezamos nada... y eso es lo que me destroza el corazón todos los días.