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Junio 2023 Manchester
ME SIENTO HORRIBLE, es asquerosa mi actitud y mi forma de ser últimamente. Rechacé a mi familia, novio y a mis amigos, que son las personas que más amo en todo el universo, pero parecía que mi cuerpo actuaba en mi contra, por alguna razón no pude agarrar el telefono, como si fuese un pecado.
Ver como todos me odiaban fue el golpe más bajo que pude tener en toda mi vida y carrera, aunque el colmo haya sido que mis propios seguidores les creyeron a los medios de comunicación antes que a mi. No escuché el álbum, no vi los mensajes de felicitaciones, la reseñas seguían en notificaciones y cancelé todo lo mediatico que tenía en las últimas semanas.
No encontré forma de escaparme de todo lo que sentía y mi cuerpo estaba en automatico, no supe todo lo horrible que hice hasta que Julián me dijo que me dedicó un gol que hizo casi en el noventa y yo no fui a apoyarlo por miedo a que me abucheen.
El rechazo social que tuve es inexplicable, sabía que mucha gente que nunca dijo nada de mi iba a aprovechar para hablar mal de mi persona o carrera. La primera vez que agarré mi celular en un tiempo pude ver que era verdad mi teoría, hasta la tarada de Kendall Jenner dijo que fui mala amiga, cuando gracias a todos los cielos nunca me la crucé.
Tenía cosas para contestarle, obvio que si y podría humillarla sin necesidad de usar las malas palabras con las que según ella me describió, pero ni siquiera para eso serví.
Taylor salió a mi favor, publicó una foto deseando que me recuperase para ser su princesa en lo que nos queda a ambas de carrera musical. Mis dos cuñados subieron historias a Instagram conmigo deseandome lo mejor. Mis hermanos y papás subieron, me mandaron mensajes y vinieron a visitarme. Sin embargo, eso no fue suficiente aliento para poder levantarme con el pie de piedra por el yeso.
Son las cinco de la mañana y mi novio iba a viajar con todo el plantel del Manchester City para ver a Harry, quien estaba espérandome todavía. Según entendí dejó el setlist abierto hasta la última canción de él por si cambiaba de opinión.
Escuché la valija de Julián yendo de acá para allá y a él hablando por telefono, siempre pasando lo más cerca de mi posible para aunque sea acariciarme el pelo o darme un beso en la cabeza. Soltó un pesado suspiro antes de agarrar una de las llaves que teniamos y acercarse a mi.
—Bueno, mor. Ya me tengo que ir— me abrazó por atrás y no me moví; ni yo sé por qué— Cuidate, por favor, vuelvo apenas amanezca mañana.
Por último antes de que cruzara la puerta saludó a nuestros hijos y me armé de valentía.
—Te amo— dije, deseando una respuesta y sabiendo la posibilidad de otra.
—Y yo a vos, amor de mi vida— volvió a acercarse y dejó muchos besos en mi mejilla derecha— Te traigo algo de allá si las enamoradas de Harry me dejan caminar aunque sea.
