Capítulo 13

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Eddie dispuso al muchacho con delicadeza en su regazo, él se movió de manera que su cola quedaba en cascada sobre las piernas de Eddie y hacia abajo sobre la manta. Se apoyó en la palmera y luego presionó a Frank hacia atrás para que Frank se apoyara en él. Él los quería cómodos para la conversación que iban a tener. Él abrió la boca para hablar, pero antes de que pudiera decir una palabra, Frank se había dado cuenta del contenedor de sushi y estaba haciendo manitas inquietas por ello. Eddie sabía que no conseguirían mucho de hablar hecho hasta que el vientre de su pequeño tritón estuviese lleno, así que se contentó alimentando a Frank con el sushi con la mano, mirando sus bonitos labios atrapar a los rollos de sushi de sus dedos.

Por último, una vez que estuvo lleno, pero no tan lleno que podría caer dormido, Eddie intentó de nuevo.

—Querido, ¿Qué sabes sobre el sexo?— Frank miró con confusión e hizo señas.

—¿Qué es el sexo?—

Eddie suspiró y luego se dio cuenta de que probablemente no era que Frank no supiera lo que era el sexo, lo más probable era que no conocía la palabra porque Eddie, mojigato evidente que él era, nunca había dicho la palabra delante de él o le enseñó el significado.

Él decidió comenzar con la definición más simple.

—El sexo es cómo se hacen los bebés—

Frank palmeó el pecho desnudo y le envió una imagen de un pez que ponía huevos y luego otro pez llegaba y chorreaba lo que asumía Eddie era semen todo sobre los huevos. Él negó con la cabeza suavemente.

—No, no es tan así, amor. ¿Alguna vez has visto a dos animales colocándose uno encima del otro y en cierto modo rozándose entre sí?—

El chico le envió una imagen de dos caballitos de mar con sus colas entrelazadas realizando algún tipo de giro de baile. Eddie asintió.

—Sí, muy cerca. Pero qué pasa con los delfines, ¿Alguna vez has visto a los delfines hacerlo?—

El chico asintió y envió una imagen de un mular hembra siendo perseguido por un gran grupo de delfines machos. Una vez que ella estaba acorralada, la inmovilizaron bajo el agua, prácticamente ahogándola y todos tomaron turnos, uno tras otro. Hubo un escalofrío de miedo con esta imagen y Eddie se le recordó que a veces el mundo animal podría ser tan violento como el humano.

Él sostuvo a Frank cerca y besó su oreja.

—No, no bebé, no así en absoluto. ¿Qué hay de tu pueblo? ¿Las Sirenas? Tu mamá y papá, por ejemplo, ¿Cómo lo hacían?—

Frank le envió una vaga imagen de dos sirenas que se besaban. Eddie supuso que era todo lo que sabía. Su pequeño querido puede no haber estado con su propia gente lo suficiente para saber cómo lo hacían. Eddie decidió simplemente decirle cómo los seres humanos lo hicieron, porque era bastante seguro, basado en la anatomía de Frank, que sus métodos de procreación eran similares.

Eddie lo besó de nuevo, sólo porque podía, y luego dijo:

—Déjame decirte cómo los seres humanos hacen a los bebés, y por supuesto, el sexo no es sólo para hacer bebés, también es muy agradable y es una de las maneras en que los compañeros se vinculan el uno con el otro—

¿Vincularse?— Frank hizo las señas con un dedo enganchado en signo de interrogación.

—Sí. Cuando dos personas se conocen y se enamoran, se comprometen entre sí y hacen una promesa el uno al otro para permanecer juntos para siempre. Esa es la vinculación, y parte de eso es la expresión física de la misma, que es el sexo—

Amado Fuera del AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora