chocoroles //beomjun

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-Por que no quiero, y ya.

Yeonjun odiaba cuando su mamá se ponía así de insistente. En esta ocasión, no paraba de persuadirlo para ir a la reunión familiar de la siguiente semana, reuniones a las que odiaba asistir desde niño. Siempre era lo mismo desde hace cinco años: Su madre insistía, Yeonjun se negaba y prometía ir a la siguiente, pero jamás iba.

-Yeon, por favor, sólo por esta vez, ¿hace cuánto me vienes prometiendo que esta vez sí irás? Una sola vez y te dejaré en paz.

-Mamá, ¿no crees que si no quiero ir es por algo? La abuela siempre molestando, ¡dice que parezco más omega que alfa! Mis tías insisten e insisten que debería de conseguir pareja pronto, como si no tuviera que concentrarme en la universidad.- lo que más le molestaba a Yeonjun de su familia era eso, lo metidos que podían estar en la vida de los demás, como si no tuvieran nada más importante que hacer.

-Cariño, sólo esta vez, te juro jamás pedírtelo de nuevo. Una vez, Yeonjun.

-...Ugh- no podía negarse una vez más, no cuando su madre en realidad nunca le hizo nada malo y, ¿era la última reunión a la que iría, no? -Está... bien.

Yeonjun sentía un gran temor en su pecho, como una corazonada de algo a punto de suceder, pero no se decidía si era algo malo o muy malo.

Había usado un pantalón negro ajustado y una camiseta blanca con un logo de una marca de carros y una chaqueta azul claro. Su madre se puso de acuerdo en recogerlo de su departamento y llevarlo en su carro, así el trayecto sería más llevadero y menos tortuoso para Yeonjun que ir en bus, o peor, caminando.

-¿Estás segura de que saldrá bien?- preguntó Yeonjun desde el asiento del copiloto.

-En ningún momento dije que saldría bien.- dijo entre risas su madre, mientras miraba al frente mientras manejaba.

-Ay.

-No te lo tomes mal, nadie sabe que tan mal te la vayas a pasar. Quién sabe, tal vez y te lleves bien con algún familiar.

-No quiero amigos, con los que ya tengo estoy bien, más personas solo me van a desconcentrar de mis estudios.

-Eso es lo que piensas ahora, ¿qué tal si conoces un o una omega para tí? A tu edad la mayoría ya conoce a sus parejas destinadas, tal vez estés cerca de conocer a la tuya. -sugirió su madre. Yeonjun no creía que fuera lo mismo cuando esos comentarios salían parte de su mamá que cuando venían de parte de sus familiares, más que nada por que su mamá no lo hacia para molestar.

-Mi última relación fue una tortura, casi me hace dejar de creer en el amor. -dijo Yeonjun mientras miraba por la ventana del asiento del copiloto cómo estaban cada vez más cerca de llegar a la casa de su tía, donde sería la reunión.

-El pasado es pasado cariño Además, cuando conozcas a tu destinado te darás cuenta que será completamente diferente a cualquiera que hayas conocido antes. Ah, por eso odiaba tanto a tu otro novio.- Suspiró y estacionó el carro casi enfrente de la casa al llegar.

-¡Yeonjun! Hace tanto que no te veía, te ves tan grande.- exclamó su tía en cuanto lo vió en frente de la puerta y le dió un beso en la mejilla.

Para Yeonjun, claramente estaba exagerando, se veia casi igual que la última vez que estuvo frente a su tía, pero no le diría eso. No quería que todo fuera tan incómodo, mucho menos que fuera él quien causara la incomodidad.

Por los siguientes 15 minutos, no hizo más que saludar al resto de los integrantes de la familia y soportar comentarios innecesarios y sin gracia, a los cuales no hacía más que sonreír sin una pizca de sinceridad. Sabía que se arrepentiría de esto, y no se equivocó.