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Beomgyu ahora definitivamente no sabía que hacer. Sentia que su cabeza tuvo un glitch y se congeló ante sus palabras. ¿Qué haría? Lo que sea que eligiera, no podía salir bien. No podía dejarlo ahí y esperar a que se calmara, había visto lo desgraciado que podía ser el celo de parte de algunos amigos o incluso en su propia madre cuando se le olvidaba que su celo estaba a punto de llegar y la interrumpia en cualquier cosa, incluso en el trabajo. Dejarlo ahí a su suerte no era buena opción, mucho menos cuando no sabia en qué momeno llegaría su hermana.

Si se acercaba demasiado, ¿que podría pasar? Yeonjun era omega al final, Beomgyu como alfa tenía más fuerza y si trataba de hacer algo, podia alejarlo, y tambien necesitaba preguntarle si sabía algun remedio casero para el celo. Sólo esperaba que su alfa no hiciera nada.

—Yeonjun, hey...— se acercó poco a poco, evitando que su lobo actuara impulsivamente —Disculpa, realmente lo siento mucho pero no logro encontrar los supresores. ¿Sabes algún...— su pregunta quedó en el aire cuando una nueva oleada de aroma a chocolate llenó la sala. Era muy fuerte, y lo tomó más desprevenido de lo que admitiría. El lobo de Yeonjun pareció aprovechar esa noticia de la falta de pastillas para conseguir lo que tanto quería: ser reclamado por el lobo de Beomgyu. Lo peor para él era que estaba funcionando.

—Ven.— dijo a pesar de que Beomgyu estaba justo a su lado. Lo estaba persuadiendo, mirándolo a la cara con esa mirada que no indicaba más que el deseo de tenerlo justo con él, y estaba funcionando. —Por favor, alfa...

Beomgyu no podía más, no con esos ojos entrecerrados por el dolor de parte de Yeonjun y el deseo de parte de su omega interior, no podía más y nada, ni su lado más razonable lo pudo detener cuando el omega en el colchón abrió sus brazos, olvidando el dolor de estómago que causaba su celo, invitándolo a estar entre sus brazos. Era como si su lobo por fin hubiera ganado la batalla entre el sí o el no, posiblemente era eso exacto lo que estaba pasando, pero ya no le importaba, ya había dejado a su lobo ganar y no encontraba marcha atrás.

No es como si no hubiera querido hacerlo, por como se encontraba Yeonjun no quería aprovecharse del pobre omega, para él era como si estuviera borracho o drogado, no podría hacer eso con alguien en ese estado, pero ahora ambos estaban en las mismas condiciones, ambos estaban igual de drogados por la mezcla de aromas entre naranjas y chocolates que no podían pensar en algo más, sus lobos no se los permitían. ¿Qué mas les importaba a sus lobos el poco o nulo tiempo que llevaban de conocerse? Se necesitaban el uno al otro, y eso era todo lo que necesitaban saber.

Se lanzó entre sus brazos y el omega lanzó sus manos sobre sus hombros, casi enrollando su cuello. Yeonjun parecía haber conseguido lo que deseaba por el no tan sutil gemido que soltó en cuanto sintió las yemas de los dedos de Beomgyu recorrer suavemente su nuca.

—Dime, dímelo ahora, ¿qué es lo que quieres, lindo?— oficialmente había perdido el sentido común. No es como si lo pudiera mantener mucho tiempo en la situación en la que estaba, menos con esa mirada tan fija de Yeonjun sobre él.

—Alfa...— balbuceó. No podía formular alguna cosa lógica en esos momentos, a ese punto ya había perdido la fé de que Beomgyu respondiera a su llanto. —Alfa...

—Si no me dices que quieres que te haga, entonces no lo haré.

—Beomgyu...— esta vez se dirigió directamente a él, por su nombre; eso lo  desconcertó un poco, hasta ese momento pensó que el llamado era hacia su lobo, no hacia él. —Cógeme, por favor. Házlo, no me importa dónde, pero házlo. Te necesito.

Y Beomgyu jamás se había sentido menos fuera de sí. Sujetó a Yeonjun de sus brazos y lo levantó para enrollar sus brazos alrededor de su cintura. Por instinto o algo más que no sabía que es, Yeonjun enrolló sus piernas al rededor de las caderas de Beomgyu y dejó que lo cargara libremente. Con una mezcla entre rapidez y delicadeza, Beomgyu lo llevó en esa posición hasta su habitación, no planeaba hacerlo suyo en ese sillón, necesitaba algo más grande y suave para poder hacerlo.

chocoroles //beomjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora