la noche absoluta llego no tan rápido como Aemond desearía. de hecho, gustaría de que no hubiera noche y simplemente se saltara al día siguiente.
pero las luces prendidas de las velas, las voces, las risas, el olor a la comida y los deseos de buena suerte no escucharon a Aemond.
así que hace lo que le dice su madre, se queda quieto. habla solo cuando le hablan. mira cuando todos irán la misma cosa.
en otras palabras, parece un mueble, una decoración de la fortaleza. casi como un objeto maldito.
es así hasta que se anuncia la entrada de Lord Corlys y sus dos nietos; Lucerys y Joffrey velaryon.
su madre es la primera en reaccionar, se acerca rápidamente hacia el. con el porte de años de ser una reina, lo toma del brazo como si fuera una caricia pero en su voz la frialdad no se hace mas que esperar.
—Siéntate conmigo, justo a mi lado— ordena ella, mirando hacia donde Lucerys Velaryon se acerca junto a su hermano y su abuelo. los pasos son lentos a diferencia de Lord Corlys que pareciera querer sentare ya y comenzar a comer lo mas rápido posible.
—si, madre— acata el, asintiendo con la cabeza también.
puede ver desde lejos como Lucerys se acerca a su madre, a sus hermanos mayor y sus dos hermanos de cabellos blancos para darles suaves abrazos llenos de amor. después de todo es las cartas a una madre nunca van a ser las suficientemente buenas como tener a tu hijo entres sus brazos.
dirigiéndose a la enorme mesa junto a su madre chocan con nada menos que con el príncipe canalla que como siempre tiene una mano puesta en DarkSister, como una amenaza o una advertencia, nunca nadie esta totalmente de acuerdo en una de las opciones.
—Reina Alicent— Aemond aprieta la mandíbula ante el tono evidente de la burla, como si el nombre de su madre fuera un insulto—. ¿no debería estar recibiendo al nieto del rey?
Daemon echa una mirada hacia donde Lucerys avanza saludando junto a Joffrey, su abuelo se vuelve hacia el rey saludando primero a quien sea mas importante en la habitación, sin embargo sus nietos parecen tener dificultes para llegar a el.
—no creo que mi...nieto extrañe mi presencia a su lado, le saludare cunado todos nuestros invitados decidan dejarle un momento para la familia.
Daemon sonríe de lado, siempre actuando como un bastardo sin respeto por la corte.
—ah, claro. por supuesto— dice, mirando a Aemond esta vez. su madre aprieta su brazo con fuerza—. ¿que hay del príncipe Aemond?, ¿o es que piensa actuar como una mesa de decoración durante toda la cena de despedida?— el se ríe, su madre desvía la mirada unos segundos hacia Aemond por solo unos segundos.
—el príncipe y yo le saludaremos después...
—claro— asiente Daemon, parece querer irse a saludar a su hijastro, pasando por un lado de Aemond solo para detenerse dos segundos después—. Aemond solo esta mostrando la mala educación que recibió de su madre, no se puede esperar mas del hijo de una hightower.
—mi madre nos ha educado de la mejor manera posible, Príncipe Daemond— gruñe Aemond, como siempre incapaz de quedarse callado o de devolver el golpe del enemigo.
—por supuesto que si,— asiente—si sigues así, muy pronto tu educación te llevara a ser el mejor florero de la sala del trono. ¿te gustaría sostener Begonias o Dalias Rojas?
su madre lo suelta por fin pero lejos de aliviarlo no agita un poco puesto que sabe que ha hecho algo mas, su madre a sido insultada a través de el y el mismo no fue visto como nada mas que un...florero.
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Me and the devil (lucemond)
De Todola noche en que Lucerys le arrebato el ojo con una daga a Aemond targaryen fue la misma noche en que pago su deuda en cuanto el omega; Aemond, recién presentado le mordió y marco como su pareja.