-Parte 4- Aemond III.

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por primera vez Aemond se hallaba donde podrías decir; encrucijada.

podía sentir la mirada de su madre en su espalda, lo que hacia que se tendrá por completo.

pero a la vez podía sentir la mirada de su padre, por primera vez, encima de el.

—¿cual es tu opción sobre esta guerra, príncipe Aemond, hijo mío?— el rey, viserys, busco con la mirada la respuesta de su hijo, como si le dijera con extraños ojos amables, "puedes decir lo que piensas".

se siente extraño que su padre diga o demuestre otra cosa hacia el que no sea una ceja levantaba y una negativa con la cabeza.

—no estoy muy informado sobre los acontecimientos de la guerra, su gracia. sin embargo lo que puedo opinar bajo las pequeñas cosas que se escuchan en los pasillos del castillo hoy, me atrevería decir que los peldaños de hierro podría ser una cosa de la que ser consientes— dice, sin mirar a ninguno a los ojos.

es impropio para un omega, que no sea la misma reina, hablar de temas políticos cuando los omegas no hacen mas que llevar la carga de un hogar que mantener.

—ah, es lo mismo que dijo mi querida esposa Rhaneys— concuerda Lord Corlys, asintiendo.

el rey, mira a Aemond una vez mas. con un acto gentil toma el mentón del omega y lo vea, para que la mirada del príncipe pueda ver los rostros de los alfas.

—ah, la princesa Rhaenys, ella es encantadora y una guerrea en plena ley de la palabra— asiente el rey—, si ella y mi hijo dicen que podría ser un problema junto a la triárquica de entonces una fuerza a tender encuentra.

Aemond asiente con sutileza, dejando que su ojo vague rápidamente al rostro del alfa mas joven de los tres. Lucerys le mira desde su altura; posiblemente siendo mas alto y músculos por el crecimiento acelerado que presentan los alfas que tiene su rutina mas temprano de lo usual.

—¿cree usted, príncipe Aemond que los peldaños de tierra usaran esta guerra  para ponerse en una mejor situación?—cuestiona, no hay burla ni siquiera el tono que usaría para buscar una debilidad en el omega.

Aemond, a quien su madre le negó los conocimientos de la política desde hace tanto tiempo, sonrió un poco.

—creo que cualquier persona con mínimo conocimiento podría darse cuenta de lo  que ellos peldaños de piedra piensa—asiente, siente como alguien e acerca por detrás de el, se tensa ante esto . pero, como un Targaryen sigue hablando din dejar que en su rostro se note cualquier atisbo de nervios o incluso duda—. claro, excepto ellos. ¿que podría ser mejor para ellos que un trato directo con nuestro continente?. ¿hacer negocios con piratas?— pregunta retóricamente.— , se dice que donde hay piratas, reina la desgracia. 

los alfas se ríen ante la pequeña broma y Aemond no se ha sentido mas en su elemento que en mucho tiempo. es esto, el nació para ser grandes.

—si se llegase una guerra con ellos también...—dice Corlys, tomando una copa  de una sirviente quien hace un reverencia y ofrece las copas de vino.

Aemond esta a o punto de negarse , su madre ya tiene suficiente con una borracho, cuando el mismo Lucerys Velaryon toma una copa y se la tiende con un movimiento delicado.

seria vergonzoso para el y el alfa no recibirla. así que toma la copa y da un suave "gracias, príncipe Lucerys". pasa desapercibido como Viserys parece satisfecho.

—buenos, Lord Corlys. si se fuera a la guerra también con ellos, lo haríamos solo para protegerlos de ellos mismos, no lo entenderán en el momento pero lo harán con el tiempo—indica el rey, le da un sorbo a su copa al mismo tiempo en que lo hace Aemond—, ahora, ahora...— dice, dando paso a hacia atrás, eleva sus manos para que todo el mundo pueda verlo y tomar la atención que se necesita—. ¡es hora de comenzar la cena, los guerreros de este reino partirán mañana por la mañana y es hora darles la ultima comida antes de la batalla, sin embargo, cunado vuelvas victoriosos e indemnes, les esperara un banquete aun mas grande.

Me and the devil (lucemond)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora