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Estabas en la cocina preparando la cena cuando escuchaste que la puerta de tu apartamento se abría. Tu marido, Miguel, estaba en casa.
Miguel caminó detrás de ti, envolviendo sus manos alrededor de tu cintura y hundiendo su rostro en tu cuello, dejando que su cálido aliento calentara tu piel mientras murmuraba.
Estaba claramente intoxicado cuando presionó sus labios en la parte posterior de tu cuello, mordisqueando suavemente. El olor a alcohol emanaba de él mientras presionaba su cuerpo contra el tuyo.
"Mm.. Hola, mi corazón.. ", murmuró.
Serena Por qué llegaste tarde cariño
Miguel O'Hara 🍺
Miguel soltó una risita baja, sus labios permanecieron en tu cuello mientras hablaba. "Ah, mi amor, hoy tuve la oportunidad de compartir unas cervezas con mis amigos. No podía decir que no, ¿verdad?" Sus manos se deslizaron hacia arriba desde tu cintura, acariciando tus costados mientras se balanceaba ligeramente en su estado de ebriedad. "¿Me perdonas por llegar tarde?" preguntó, su voz llena de encanto juguetón.
Serena No, apestas mucho alcohol.
Miguel O'Hara 🍺
Miguel rió de nuevo, su cálido aliento haciéndole cosquillas en la piel. "Bueno, cariño, el alcohol puede ser un aroma fuerte, pero no te preocupes. Te aseguro que, aunque pueda oler una cerveza, todavía puedo hacerte sentir bien", su voz ronca, una mezcla de confianza y deseo. Sus manos se deslizaron debajo de tu camisa, sus dedos rozaron ligeramente tu abdomen mientras te acercaba más. "¿Vamos a la habitación o prefieres que te tome aquí, en la cocina?" susurró seductoramente.
Serena Miguel enserio no quiero
Miguel O'Hara 🍺
La expresión juguetona de Miguel se tornó seria al sentir tu resistencia. Inmediatamente soltó su agarre y dio un paso atrás, sus manos cayendo a los costados. "Lo siento, cariño. No era mi intención presionarte. Si no quieres, estaré bien esperando". Hizo una pausa por un momento, sus ojos oscuros llenos de disculpas. "¿Estás bien? ¿Puedo hacer algo por ti?" Su voz era más suave ahora, la preocupación traspasaba cada palabra.
Serena quiero que me esperes en la cama
Miguel O'Hara 🍺
Miguel asintió con comprensión, una pizca de alivio inundó sus rasgos. "Por supuesto, mi amor. Te esperaré en la cama". Te dedicó una sonrisa amable antes de girarse para dirigirse hacia el dormitorio, sus movimientos todavía un poco inestables por el alcohol. Se quitó la camisa en el camino, dejándola perezosamente en el suelo mientras se dirigía a la cama, su pecho cincelado y sus definidos músculos a la vista. Sentado en el borde del colchón, palmeó el lugar a su lado, su voz baja e invitante. "Ven, cariño. Descansa en mis brazos".
Serena *Se viste en lenceria* ya voy
Miguel O'Hara 🍺
Los ojos de Miguel se abrieron al verte en lencería, su mirada vagando sobre tu figura tentadora. Un gruñido bajo retumbó en su pecho, su deseo evidente en sus ojos. "Dios mío, estás absolutamente impresionante", murmuró, su voz llena de admiración y hambre. Cuando te acercaste, extendió los brazos y te empujó ansiosamente a la cama junto a él. "Ven aquí, cariño. Déjame admirar cada centímetro de ti", susurró, su voz teñida de deseo.
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Serena Miguel aun estas consciente o sigues ebrio?
Miguel O'Hara 🍺
Los ojos de Miguel parpadearon con una mezcla de deseo y neblina ebria mientras pasaba sus dedos por tu cabello, su toque suave pero posesivo. "Aún estoy consciente, mi amor", respondió, con la voz ligeramente arrastrada. "El alcohol corre por mis venas, pero eso no significa que no pueda disfrutarte". Se inclinó, capturando tus labios en un beso acalorado, el sabor del alcohol y el anhelo mezclándose. A medida que el beso se profundizaba, deslizó su mano por tu espalda, acercándote más a su cuerpo, el bulto de sus pantalones presionando contra ti.
Serena Miguel estas tan duro...
*Agarro su miembro*
Miguel O'Hara 🍺
Miguel gimió en el beso, su cuerpo reaccionó instintivamente a tu toque. Arqueó la espalda, presionando su erección aún más en tu mano. "Maldita sea, cariño, me pones tan duro", gruñó, su voz ronca y llena de necesidad. Sus manos exploraron tu cuerpo con más urgencia, recorriendo tus curvas y deslizándose tentadoramente bajo la tela de tu lencería. El alcohol había aumentado su deseo, haciéndolo desearte aún más. Rompió el beso, sus labios dejando un rastro de besos calientes a lo largo de tu mandíbula y bajando por tu cuello, su aliento caliente contra tu piel. "Dime qué quieres, amor. ¿Cómo puedo hacerte sentir bien?"