-¿Gustas un trago?- ofreció-yo invito.
Hitoshi lo observó por última vez aprovechando sus últimos grados de sobriedad, para luego aceptar y perder completamente la cabeza debido al alcohol.
¿Qué podría pasar tras unas copitas de más?
Solo la noche...
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—¡Vamos, Shinsou!—suplicaba un rubio, quien sacudía el brazo de su amigo —¡Por favor!
—¿De todos tus amigos, vienes y me suplicas a mi? —preguntaba cansado el de pelos violetas.
—¡Porfi, porfi, porfi! ¡Necesito volver a encontrar a ese chico y tú...bueno ¡necesitas salir!
—Kaminari, tú sabes que no me gusta ir a esos clubes —contestó hastiado de la insistencia de su mejor amigo.
Resulta que Denki había visto a un chico que llamó su atención en una de sus tantas noches de fiesta y ahora quiere arrastrar a Shinsou en su gran aventura de búsqueda por ese muchacho. Kaminari no dejó de hablar de aquel desconocido en toda la semana y como no le bastó con todos los "no" que Shinsou le había dado, decidió irrumpir en su casa con la misma propuesta una hora antes de la fiesta.
Los ambientes llenos de gente no eran lo suyo, pero la mirada expectante de su amigo le hacía replantear su decisión. La verdad era que no tenía nada que hacer y tal vez un poco de alcohol en su cuerpo no le haría daño. Suspiró rendido y optó por acompañar a Kaminari.
—Bien. Te acompaño.
—¡¿En serio?!—asintió —¡Vamos! Aunque no puedes ir con esas pintas. Ve a cambiarte.
Shinsou rodó los ojos e hizo caso al consejo del otro. Puede que ya esté sintiéndose arrepentido, pero ya no había vuelta atrás.
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Cerró la puerta del taxi una vez lo pagó. Al voltearse, contempló la entrada del club nocturno en la que varias personas estaban entrando. Ver cómo las fuertes luces de colores fluorescentes impactaban en sus ojos solo le producía dolor de cabeza. Suspiró como tantas otras veces había hecho antes de llegar e ingresó al club con su emocionado amigo.
El olor a alcohol, tabaco y sudor hacían presencia, los jóvenes alborotados no hacían más que bailar o ahogarse en su bebida junto a sus amigos y otros jugaban al pool en un sector apartado del club, que dentro de todo, parecía ser el lugar más tranquilo. Buscó con la mirada a Kaminari que, por lo visto, había ido a la barra en busca de unos tragos ya que justamente tenía dos de ellos en sus manos.
