0. Ahora o nunca

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La parte favorita de Denki en su trabajo en la heladería no era atender gente que se tardara diez minutos reloj en elegir dos sabores, ni mucho menos tener que lidiar con niños berrinchudos que le mancharan con helado hasta la nariz… Su parte favorita eran los descansos, tiempo que podía tomarse para sentarse y recordar cómo se veía Hitoshi cuando lo conoció la primera vez que cruzó la puerta de entrada del local.

Ese día de frío, Hitoshi venía solo, tal como andaba por la vida. Poca gente iba a la heladería en invierno, y especialmente, poca gente pedía el sabor de crema arcoiris. Aquello no tardó ni un segundo en llamar la atención de Denki, quien insistió con ser el que fuera a su mesa para darle personalmente su helado.

—¿Qué traes?— le cuestionó Shinso al notar que el muchacho no se iba un largo rato después de servirle su orden y jugaba con los dedos como niño inquieto que tenía algo que preguntarle.

—¿Te gustan los hombres?

—¡¿Perdona?!— De repente el cliente se ahogó, de repente el helado estaba muy frío y su cara caliente hasta las orejas. —¡¿Cómo me preguntas algo así?!

—Pediste la crema arcoiris. ¿Acaso no sabes lo que el arcoiris significa?

—¿Pero qué…? ¡Ese es un estereotipo ridículo!

—¿Eres gay o no?

—¡Baja la voz!— Shinso giró la cabeza para todos lados fijándose que nadie haya oído, mientras Kaminari rodaba los ojos. —Aparte, ¿Por qué tanto interés, eh? ¿No serás tú el gay?

—Bisexual, de hecho. Mi nombre es Denki Kaminari, ¿Y el tuyo?

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Pensándolo bien actualmente, casi dos meses después, eso pudo haber salido muy mal… ¡pero las risas no faltaron! Y ahora esperaba que se terminara el día para ir a ver a su… conocido con derecho, las cosas no podían ir mejor y nada podría arruinar esta calma.

Nada podía arruinar la calma, pero alguien sí: Minoru Mineta, su algo irritante compañero de trabajo, lo trajo de vuelta a la tierra .

—¿Oíste lo que dijo el presidente, Kaminari? Es hoy.

—¿Es hoy quien?— cuestionó con pesar, apoyando el codo en el mostrador y su mentón en la palma de la mano, abultando los labios como niño aburrido.

—¡El día en que nos consiguen una esposa!

—¡¿Ah?!— tal fue la sorpresa ante esa frase sin anestesia que su codo falló y su mentón fue a parar contra la superficie firme, creando un ruido de golpe seco.

—¡Uy! ¡¿Estás bien?!

—¡Repite lo que dijiste!— Exigió el recién golpeado incorporándose y tomando al pequeño hombrecito por el cuello del uniforme de trabajo como si nada, pues su sorpresa era mayor que el dolor que pudiera sentir. —¡¿El día que qué?!

Mineta abrió la boca pero el timbre de entrada sonó antes de que pudiera decir algo. Ambos chicos voltearon hacia la puerta viendo entrar a Kyoka, la chica que los padres de Denki siempre quisieron se casara con su hijo. Los oscuros ojos de la fémina pasaron por todo el lugar como si fueran rayos equis escaneando cada esquina con tal de encontrar a "su prometido", pero este fue rápido y se tiró al piso quedando oculto tras el mostrador, casi rezando por no ser visto, como si se estuviera protegiendo de un tiroteo.

Hit the road, Toshi! ✧ ShinKamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora