—La policía está afuera.
—No bromees.
—¡No bromeo! ¡Están hablando con la chica de recepción!
De repente, se oyeron tres golpes en la puerta, y la chica que amablemente les pedía salir.
—¡No jodas, no jodas!— Kaminari se sobresaltó tanto que hizo caerse y romperse el plato con su milanesa. —¡¿Qué hacemos?!
Debían pensar en algo, pero era difícil concentrarse con los golpes de fondo que no cesaban. Algo rápido era hacer dos más dos igual a cuatro: la ventana.
No era muy alto, y si se tiraban caerían en la piscina, luego restaba solo dar la vuelta hasta salir y encontrar el auto.
Denki se mostró histéricamente reacio ante la idea de caer a la piscina, y no fue sino hasta que el otro se ofreció a tirarse primero y atraparlo que aceptó. Así, al mismo tiempo que la puerta empezaba a ser forzada, Hitoshi se tiraba valientemente, aterrizaba con el agua amortiguando cualquier posible golpe y esperaba por su esposo, quien tardó un poco más hasta lanzarse, y verlo aterrizar fue como cuando intentas bañar a un gato: gritó, arañó y salió del agua como alma que lleva el diablo. Así, todos empapados y dejando un camino de gotas detrás suyo dieron toda la vuelta hasta encontrar la salida y subirse al auto resistiendo el impulso de idiotez de tocar la bocina para burlarse de los policías cuando se entregaron nuevamente a la ruta.
En lo que se alejaban de ese hotel en el que habían comenzado su luna de miel, y los minutos se transformaban en una hora, las nubes en el cielo ocultaron por completo el sol, el camino se tornó gris y Denki alcanzó a tocar ese botón mágico que convertía el auto descapotable en uno con techo para protegerse de la lluvia cuando esta empezó a caer. Ya estaban lo suficientemente lejos cuando decidió estacionar al lado de una tienda de conveniencia en la que refugiarse si caían rayos, o en la que pudieran comprar más paletas si Hitoshi se terminaba la suya a mordiscos.
—¿Qué te sucede? Deberías de chupar en vez de morder, te vas a romper un diente.— le dijo preocupado, pues lo veía nervioso. Entonces un trueno retumbó tanto que temblaron los vidrios de las ventanas, y lo vio retraerse en el asiento como un niño asustado. —¿es por la tormenta?
Shinso respiró profundo y se acomodó, sentándose bien.
—Los truenos me ponen nervioso.— explicó, casi avergonzado del hecho. Vaciló un momento antes de decir: —Tronaba muy fuerte el día que me fui de casa.
—¿Te fuiste de tu casa? ¿Por qué?— Denki preguntó descuidado, pero cuando de respuesta solo recibió una mueca titubeante supo que fue muy imprudente. Ocultó sus labios formando una línea con la boca, y dijo: —También hubo una tormenta como esta la última vez que ví a mi hermana. No pasa nada si no quieres hablarme sobre cosas tan privadas de tu pasado. Así como a ti te asustan los truenos, a mí me encantan los rayos, pero tampoco puedo decirte porqué.
—Gracias por entender, Kaminari.— Shinso dijo con tranquilidad. La repentina idea de estirar el brazo y despeinar el cabello ajeno hizo que le picara la mano, pero se limitó a sonreír con suavidad y girarse a mirar por la ventana.
El sonido de la lluvia cayendo sobre el auto cubría el silencio en que los dos habían quedado, hasta que Shinso volvió a hablar sin mirar al otro y con su tono preso del hastío.
—¿Hasta cuándo crees que seguiremos con esto? Es cansado estar huyendo todo el tiempo.
—Pues, depende de hasta cuándo quieras seguir estando casado conmigo.— respondió Denki en un tono gracioso, pero rascándose la nuca y ladeando una sonrisa incómoda, sintiéndose culpable de toda esta idea suya. —Oye, no vamos a vivir así para siempre, esto ya va a pasar... ¿Por qué no prendemos la radio y escuchamos un poco de música, eh?
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Hit the road, Toshi! ✧ ShinKami
FanfictionDonde la decisión de dos chicos se convierte en el efecto mariposa de una revolución contra un gobierno corrupto y homofóbico.⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ✨ Personajes de Boku No Hero Academia pertenecientes a Kohei Horikoshi. © R-REDRI0T.