A su precio?

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Ya después de haberse desahogado lo suficiente al día siguiente de la carta, decidió que era hora de volver a casa después de comprarle comida a su nuevo compañero de vida.

Era un día ajetreado, llegó a casa bastante tarde, así que lo primero que hizo al llegar a su vacía morada (así era como se sentía después de que Norma, su esposa, falleciera. Vacía)
Fué, acomodarse impacientemente y por último agarrar al perrito que lo esperaba en la esquina de la cama, para luego caer profundamente dormido.

Tom:

2 : 30 am.

Escuché como mi cachorro ladraba sin parar y andaba violentamente de un lado a otro en la planta de abajo. La sala de estar.

- Que pasa chico? Que problema hay? -Grité desde mi habitación para que me escuchara mientras despertaba y me levantaba de la cama lleno de cansancio.

Bajando las escaleras caí en que ya mi amiguito no hacía ruido alguno, me alarmé por un momento y entonces caí.
Fui directo hacia mi interruptor colocado en la otra jodida punta de la sala, cuando sentí que alguien por mi espalda me agarraba de la camisa para virar mi torso y cuando me tenía justo enfrente descargó un puñetazo en mi rostro que me hizo caer al suelo.

-Joder...Que coño? -No tenía ni jodida idea de quien coño era ni por qué cojones estaba aquí.

Cuando de repente sonó una voz que se me hacía conocida, pero no reconocía a quien pertenecía.

-Hola cabronazo...Te acuerdas de mi? -Dijo mi contrario finalizando la frase con una patada en mi estómago.

Joder...No era posible, el ingrato de la gasolinera con su grupito de niñatos matones. Mierda.
-Pensé.

- Cabrones. -Susurré sin miedo cuando entendí a que habían venido. Mi coche. Mi jodido coche.

-Buscad las llaves del Mustan. Ya. -
Ordenó haciendo que sus amiguitos, que tenía por esclavos se dispersaran por mi casa para buscar las llaves de mi coche.

A todo esto ellos propinaban golpes y patadas a mi cuerpo desprotegido. Y el pequeño cachorro que tan solo me llevaba haciendo compañía un par de días, cada que me veía sufrir lloraba, chillaba porque detectaba mi dolor.

-Joder haz que calle ya el puto perro.
-Demandó el hijo de puta que momentos antes estaba golpeandome sin cesar.

Cuando me dí cuenta, uno de aquellos gánsteres que irrumpieron en mi casa, pateo a mi compañero, lo único que me quedaba.
Me asusté aún más cuando me dí cuenta de que ya entonces el cachorro no hacía ruido, no lloriqueaba y menos chillaba como antes.

Iba a arrastrarme hacia él cuando entonces sentí un gran dolor en el estómago, mi razón se estaba desplomando y sentí que me iba a morir.
Las últimas palabras que escuché fueron de alguien ajeno diciendo que ya encontró mis llaves, entonces caí rendido por el dolor.

Desperté horas más tarde, pareció que mi mente hizo "click!" y mi sistema decidió despertar.
Desperté drogado y con mi preciado cachorro recién llegado enfrente.
Estábamos los dos en la misma posición pero uno enfrente  del otro, la única delgada línea que nos diferenciaba...Era que yo respiraba...
Cargué al animal en brazos aún sabiendo que estaba muerto y lloré.
Lloré como nunca había llorado, mis lamentos retumbaban por toda la casa y lo único que yo podía hacer en ese momento era abrazarme con todas mis fuerzas al que consideraba amigo.

Después de una cansada lucha mental, decidí que lo mejor era enterrarlo en el jardín junto a su peluche favorito. Eso hice.

Me quedé con su collar, sin duda. Era lo único que me quedaba.
Lo coloqué a la derecha de la única pulsera que me quedaba de Norma.

Me dirigí de nuevo hacía el piso donde todo había sucedido para limpiar todo el jodido y asqueroso desastre que esos hijos de puta dejaron en mi piso, incluyendo mi sangre y la de mi perro.

Y mientras limpiaba con un paño su sangre, solo pasaba algo por mi mente.
"No me queda nada" "Eso era lo único que me quedaba"
Mientras mis lágrimas corrían por mis mejillas.

...

Pero a Nikolay no le importaba, más bien se la sudaba lo que Tom hiciera o dejara de hacer, si no era nadie, de todos modos.
Nikolay y su grupo llegaron al taller de coches de su antes supervisor (Owen), obviamente con el coche de Tom, y las llaves en la mano agitandolas suavemente presumiendo de su "logro"
mirando a los demás por encima del hombro con prepotencia.

-De donde coño habéis sacado ese coche.
-Pregunto Owen con cierto miedo y a la vez rabia que parecía casi salirse de sus ojos.
Owen mentiría si dijera que no se sabía la matrícula de Tom hasta de carrerilla.

-Y eso que importa? Lo que importa ahora esque es mío
-Respondió Nikolay entre risas y un pequeño codazo al acompañante de su derecha.

-Fuera de mi jodido taller.

Fue lo único que el contrario se limitó a decir mientras apretaba su mandíbula inconscientemente y las venas de sus brazos se marcaban hasta parecer reventar.

-Que fuera de tu taller? Tu sabes lo que te va ha hacer mi padre? SABES QUIEN COÑO ES MI PADRE?!
-Contestó histérico Nikolay, con los nervios echos mierda.

Una risita medio ridícula salió de la boca de Owen mientras miraba hacia su derecha para acto seguido dirigir su mirada al suelo y sin previo aviso descargar con toda su fuerza un golpe con el puño cerrado en la mejilla izquierda de Nikolay.
En el mismo momento en el que su golpe casi deja caer al contrario, sonó un tercer ruido haciendo que Owen virara su cabeza hacia la izquierda viendo cómo lo apuntaban directamente con una pistola preciosa.

- A tu padre no le va a gustar nada esto Nikolay Volkov.
-Aseguró el opuesto mientras acomodaba su camisa a la chaqueta negra.

Entretanto, Nikolay ajustaba su corbata para después limpiar su labio ligeramente sangrado con su dedo corazón e hizo una seña a los demás que indicaba perfectamente como optaba por mejor, irse.


Otro Día Para Matar A Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora