Narrador.
Los rayos del sol iluminaban ligeramente el rostro de un adolescente vikingo, acababa de amanecer y se lograba escuchar cómo el barullo fuera de su cabaña incrementaba. Una nueva mañana, un huevo día. Los padres de nuestro protagonista ya se habían ido a su misión en conjunto de un montón de guerreros y el jefe de la tribu, Estoico. Se supone que hoy, el viejo Bocón, daría comienzo al entrenamiento para cazar y pelear contra las feroces bestias escupe fuego.
_____ balbuceo un par de palabras poco entendibles hasta que más luz ingresó a su habitación, alumbrando por totalidad aquel rostro adormilado y cansado. Su pecho subía y bajaba lentamente, despreocupado, ya se encontraba semi-despierto pero deseaba quedarse un poco más en aquella cómoda superficie de suave material. ¿Qué le dirían por llegar tarde al primer día? No mucho, o al menos eso esperaba, pasar de ser percibido cuando sea hora. Un golpeteo llegó a su ventana, ubicada exactamente sobre su cama. Pareciera que el mundo y dioses conspiraban contra aquel chico que sólo buscaba descansar un poco más, resignado por lo que perjudicaba su intento de descansar al menos 5 minutos más, se levantó y vistió apropiadamente. Botas hasta casi las rodillas, flexibles y calentitas, un pantalón acompañado de su cinturón adornado por huesos de dragón y el emblema de su familia.. También su camisa de tela, semi abierta en la zona del pecho dejando lucir parte de su pulido cuerpo y algunos que otros accesorios que le brindarían protección en brazos, hombros, manos.
Cuando terminó de vestirse, bajó rápidamente las escaleras hasta llegar al comedor encontrándose con una pequeña sorpresa. Había una nota acompañada de una filosa espada, curioso, tomó la nota entre sus manos para leer lo que decía. Supuso por unos momentos que sería por parte de sus padres, pues, nadie más vivía con él.
" _____, amado hijo. Tuvimos que partir antes de tiempo y antes de irnos decidimos dejarte un regalo, una reliquia de la familia Khasgen. Sabemos que no es lo mejor que podemos dejarte pero, fue hecha para ti hace varias lunas atrás. Forjada por nuestras propias manos, te amamos. Esperamos que hagas nuevos amigos y logres disfrutar al menos un poco tu entrenamiento.
Pd: Mamá te adora con todo su corazón."
Luego de leer la nota, el joven sonrió y guardó la carta en uno de sus bolsillos, tomando la espada entre manos para mirarla de cerca. Se trataba de una hermosa y filosa espada plateada, con el símbolo de la familia Khasgen en la parte del mango inferior. La hoja era delgada, fina y cortante como el mismísimo viento. Pulida como si el herrero de Thor la hubiese mandado a hacer. Sin duda, era un gran obsequio.
P.O.V
______ Khasgen.No logré evitar sentir una calidez en el pecho debido al detalle dado por mis padres, hace ya bastante tiempo no recibía algo así y me tomó desprevenido. Ahora, con mis padres fuera debería de empezar el entrenamiento.. Después de esto, no quiero que se sientan mal porque yo no asista. Quizás no sea tan malo, al menos pasaré un tiempo viendo de cerca a esas criaturas más que de costumbre y como mucho me ganaré alguna que otra buena cicatriz.
(...)
Después de un corto período de tiempo, me encontraba ingresando al campo de entrenamiento. Tras una mirada a ambos lados reconocí a varios de los que estaban aquí, aunque, he de admitir que me sorprendió ver a Hipo ingresando. Cómo de costumbre, uno que otro mal comentario fue dirigido hacía él pero preferí no decir nada al respecto. No es mi problema. Cabe aclarar que nadie dijo algo sobre mí, sólo escuché a lo lejos como Patán hablaba con Astrid sobre mi presencia en el lugar y nada más. Nada que me importe realmente.
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Mi atardecer. [Hipo x Male reader]
Fanfiction' ' Nunca creíste que llegarías a tal grado de incluso, mostrarle a ese chico lo que eres realmente. Él te otorgó su mano, y tú le brindaste lo que nadie le había jurado hace años. Amor, un amor sincero y libre de mentiras. Pero.. ¿Realmente nadie e...