Débil por ti.

04

Gaby

El señorito famoso quedó en el casting, era de esperarse.

En unos días empiezan las grabaciones, y aunque me gustaría asistir a todas, no puedo.

Tengo que trabajar.

Si, y bueno, tengo que editar un libro en proceso.

Me tomaré mi tiempo para poder hacerlo con paz.

Siempre aprovecho el invierno para relajarme y escribir lo que quiera salir de mi mente.

El tiempo estos últimos meses han pasado demasiado rápido, estoy ansiosa por ver como quedará la película.

Aún no la comienzan a grabar y ya quiero verla lista.

Creo que ese es mi mayor defecto, querer que todo se haga ahora mismo.

Ahora mismo estamos en una especie de celebración, todos los de la película están aquí, y se supone que esto es para que tengan interacción previa, y así poder que las cosas en cámaras no se vean forzadas.

Esta será la última fiesta antes de meterme de lleno al trabajo.

Una llamada entra en mi celular, cosa que me sobresalta.

—¿Hola, con quien hablo?—contesto.

No se oye más que una respiración.

De inmediato la llamada se corta, y un mensaje me llega.

"Extrañaba tu voz"

Oh no.

No, no.

Yo corté contactos con esa persona hace un buen tiempo.

(...)

Igor.

La veo, está un poco alterada, y se ha bebido cinco shots de tequila.

Después de que miró su teléfono la noto muy nerviosa.

Algo le sucede.

Cuando me estoy acercando, ella me ve, y se levanta, la veo ir a buscar a un tipo, que si no me equivoco es el guionista.

Este tipo parece gustarle algo que le dice al oído, porque la toma de las caderas y empieza a bailar con ella.

Me hierve la sangre.

Busca a un simple guionista, ¿pero a mí me ignora?

Joder.

¿Acaso no me ha visto?

Soy apuesto, millonario, famoso, soy todo lo que le gusta a una mujer.

Pero a ella solo le interesa un tipo cualquiera.

Un tipo que seguramente no tiene ni carro.

Un tipo que apuesto que no podría satisfacer sus antojos.

Eso me molesta.

No estoy acostumbrado a que me ignoren.

Esta mujer me vuelve loco.

Desde que la conocí me pareció atractiva.

Tengo que hacer que me vea, lo voy a hacer.

Dispuesto a eso con mi mano rompo él baso donde está mi trago. Al instante la sangre empieza a brotar, no me duele, al menos no tanto.

Con la mano destilando en sangre me acerco a ella.

El tipo me dedica una mirada de desprecio, pero me vale mierda.