¿que es este sentimiento?

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Mikey suspiró, aún secándose el cabello con la toalla mientras miraba a Senju esperando su pregunta.

—¿Por qué me trajiste aquí? —dijo Senju finalmente, con una mezcla de curiosidad e incomodidad en su voz—. No me acuerdo de casi nada, pero... ¿por qué un hotel?

Mikey detuvo el movimiento de la toalla por un momento. Esa era la pregunta que él también se hacía, pero no tenía una respuesta clara. ¿Por qué no la llevó al dojo? ¿Por qué actuó impulsivamente?

—No lo sé —murmuró Mikey, dejando la toalla caer sobre sus hombros—. Supongo que pensé que era lo mejor en ese momento.

Senju arqueó una ceja, cruzando los brazos. —¿Lo mejor? Estás raro, Mikey. Nunca te imaginé así... tan... ¿cuidadoso?

Mikey resopló, tratando de disimular su nerviosismo. —No me acostumbro a verte borracha y fuera de control. Además, no iba a dejar que hicieras alguna locura por ahí —respondió, desviando la mirada.

Senju sonrió ligeramente. —Ah, entonces sí te preocupas por mí. Interesante...

Mikey frunció el ceño, aunque sabía que Senju estaba jugando con él. Era cierto que la situación lo había puesto en una posición incómoda. No era común que alguien lo descolocara de esa manera, y Senju parecía tener ese efecto sobre él, desde el primer momento que la conoció.

—No te hagas ilusiones —respondió Mikey secamente—. Solo te estoy cuidando para que Sanzu no me mate por perder de vista a su hermana.

Senju lo miró fijamente, con una chispa de diversión en los ojos. —Claro, claro... siempre es por mi hermano, ¿no?

Mikey sintió una punzada en el pecho. Sabía que había más detrás de esa respuesta, pero no estaba listo para admitirlo, ni para sí mismo ni para Senju. No podía permitirse esos sentimientos. No cuando tenía tantas responsabilidades y enemigos al acecho.

—Deja de decir tonterías —replicó finalmente—. Anda, ve a bañarte antes de que se haga más tarde. Tienes que regresar al dojo, y yo también.

Senju asintió, pero antes de dirigirse al baño, se detuvo junto a Mikey, mirándolo de reojo.

—Gracias... —dijo en voz baja—. Por todo. Aunque no lo parezca, aprecio que me hayas cuidado.

Mikey se quedó en silencio, observando cómo Senju desaparecía detrás de la puerta del baño. Apretó los puños. ¿Por qué todo se sentía tan extraño con ella? No era como las demás personas en su vida. Algo en Senju lo hacía sentir vulnerable, y eso lo asustaba más de lo que estaba dispuesto a admitir.

Sacudiendo la cabeza, Mikey se sentó en el borde de la cama, mirando su teléfono. Tenía que volver al dojo, pero ¿cómo iba a enfrentar a Sanzu? Y peor aún, ¿cómo iba a explicar lo que había pasado? No sabía ni que decir

Una vez más, el sonido de notificaciones inundó su pantalla. Emma y Takemichi seguían intentando localizarlo, y seguramente Draken también estaría metido en esto.
Mikey estaba desesperado por regresar pronto y al mismo tiempo solo le pedía a dios que ninguno de los chicos le hiciera preguntas

—Diablos, tengo que regresar pronto... —murmuró, mientras se pasaba las manos por el rostro.

De pronto, la puerta del baño se abrió un poco y Senju asomó la cabeza, su cabello empapado y su rostro serio.
Mikey quedó maravillado era acaso un sueño?se veía tan sexy con el pelo mojado

—Mikey... una última cosa antes de que regresemos al dojo. ¿Por qué realmente no me dejaste sola anoche? No parece que sólo te preocupes porque soy la hermana de Sanzu... —su mirada era penetrante, como si intentara leer los pensamientos de Mikey aunque sabía que lo hacía inútilmente pues Mikey no era esa clase de persona que se dejará leer los sentimientos..

Él la observó por unos segundos, sin saber qué decir. ¿Cómo podía explicarle algo que ni él entendía por completo? No quería admitir que algo en ella lo atraía más allá de la razón. Pero tampoco podía dejar que ella se diera cuenta de eso. Mikey no era alguien que dejara ver sus sentimientos tan fácilmente y menos en su imaginación

—Como te dije, no pienses demasiado en eso —contestó finalmente, poniéndose de pie—. Vamos, es hora de regresar antes de que Sanzu enloquezca más y haga alguna estupidez

Senju frunció el ceño, pero no insistió más. Algo en la expresión de Mikey le decía que no conseguiría una respuesta clara por el momento.

Mientras ambos se preparaban para salir del hotel, Mikey sintió una inquietud creciente en su interior. Lo que había sucedido en esas últimas horas era diferente a cualquier cosa que hubiera experimentado antes. Y mientras caminaban hacia la salida, no podía evitar preguntarse qué significaba realmente todo esto...

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⏰ Última actualización: Sep 28 ⏰

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