°Roier-one Shots° [+18]٭

~°21°~

•˙linda boda☼

Pov Sebastián:

Estoy muy pero muy nervioso... Hoy le pediré a Elizabeth ser mi esposa! Pero me preocupa que no me acepté...

¿Y si estoy llendo muy rápido?

¡Llevamos años juntos! Pero...

¿Y si no me acepta y quedo en ridículo?

¿¡O quizás me empieza a odiar y no me vuelve a hablar!?

O...

Tengo que tranquilizarme... Quizás solo estoy sobre-pensando todo y en realidad nada de eso pasará! Yo se que ella me ama y jamás me rechazaría! Se que llegaremos a ser una linda familia! No tengo porque preocuparme.

Un ligero golpe en la puerta provocó que el joven saliera de sus pensamientos.

-cielo... Te encuentras bien? - pregunto Elizabeth, su novia.

-aamm.. S-si, ya casi salgo... Podrías esperarme en la sala ? Porfavor- le dijo algo nervioso.

-claro! Pero no tardes más! - fue lo último que me dijo para después irse.

Yo me volví a mirar en el espejo, inhale y suspire, mire hacia la puerta y y me dirigí a ella, la abrí y salí de la habitación.

Me dirigí a la sala y ahí estaba ella... Tan hermosa y reluciente como siempre ♡

Y... Mierda, los nervios habían vuelto una vez más.

La vi voltear hacia mi, me sonrió y empezó a caminar hacia mi, los nervios comenzaban a invadir mi cuerpo aún más... Mis manos temblaban, estaban sudando... Al parecer ella vio esto.

-cielo... - me habló con esa voz suave y linda que me enamoraba cada vez más -¿porque estas tan nervioso? ¿Quieres que mejor nos quedemos? - me dijo, agarrandome de la cara con sus suaves y frías manos, esas manos que tanto me encantaban besar y acariciar...mi mirada se dirigió al suelo, negué levemente con la cabeza mientras seguía agachada... Ella aún con sus manos en mis mejillas levantó mi cabeza para mirarla, eso hise, mire esos ojos color ___ [el color de tus ojos] esos bellos ojos que me Imnotisavan cada vez que los veía...
Ella acerco su rostro al mio y beso mis labios dulcemente.

-esta bien... Ya me siento mejor- ella me sonrió, yo le devolví la sonrisa, la tome de la mano y nos dirigimos hacia la puerta, salimos, cerramos con seguro y fuimos hacia el coche, le abrí la puerta del copitolo y ella subió, le cerré la puerta y me metí al lado del conductor.

Paso el tiempo y por fin habíamos llegado.
La había traído a un bello parque, aunque en realidad contaba como un bosque, pero igual era muy hermoso.