°Roier-one Shots° [+18]٭

~°32°~♡

Gran hombre.

Se suponía que solo buscaría algunas vallas para el picnic... Pero termine en medio del bosque, sin saber cómo mierda regresar.

Caminaba y caminaba, parecía que solo daba vueltas en círculos...
A lo lejos, pude ver humo en el cielo, probablemente vendría de alguna cabaña, no debería ir... Asi empiezan las películas de terror.

Pero ya estaba anocheciendo... Y era eso, o ser tragada por un lobo u otra cosa que habite este bosque.

Me dirigí corriendo hacia aquella cabaña, escuche un ruido por ahí, me escondí detrás de un árbol y mire con atención...
Era un chico, estaba talando un árbol... Y la verdad... Se veía muy sexy haciéndolo.
Su cuerpo era ni tan delgado ni tan fornido... Me encantaban así.
Su cuerpo lleno de sudor...
Agitado y agotado...
Me excitaba tanto.

Sentí algunas gotas caer sobre mi piel... Había empezado a llover.
Vi como el chico entraba a la cabaña, mire el cielo y ya estaba oscureciendo.
Un gran aullido resonó por todo el lugar, sentí como mi sangre se helaba ante eso... Corrí hacía aquella cabaña.

Al ya estar enfrente de la puerta, dudé unos segundos si tocar o no... Hasta que por fin me decidí.

Toque un par de veces la puerta, algunos segundos pasaron hasta que por fin abrió.
Me miro extrañado, yo empecé a temblar... Por el frío y por miedo.
Era un hombre algo alto y... Fornido.

-¿Necesitas ayuda, pequeña? - preguntó...
Su voz... Dios, me he vuelto loca.

-Lo siento... Estaba con mis amigos pero me perdí... - dije, lo vi dudar... Me sentía algo avergonzada.

Se hizo a un lado para dejarme pasar, con algo de duda lo hice.
La casa era muy bonita por fuera y por dentro, pero... ¿Qué no le dará miedo vivir en medio del bosque?.

Me ofreció sentarme y yo con algo de nervios acepté... Se dirigió a su cocina para después salir con dos tazas de té entre sus manos, me ofreció una taza y gustosa acepté.

-¿Cómo dijiste que habías llegado hasta aquí? - me preguntó y yo le empecé a contar, era una historia muy corta... Pero a él pareció interesarle.

Estaba lloviendo algo fuerte, los relámpagos resonaban por todo el lugar... Empezaba asustarme por los fuertes ruidos.
Él me había traído una cobija por el frío, me tenía abrazada y tapada...

Siento que estoy en un momento cliche... Pero mierda, ¿a quién le importa?.

Un gran estruendo resonó por toda la casa, junto a él un trueno.
Solté un pequeño grito, escondiéndome en el pecho de aquel hombre... Él solo acariciaba mi espalda con delicadeza, eso me provocó tranquilizarme.

Me acomode aún más en su pecho, me sentía tan cómoda y cálida que no quería separarme de él.

-Te sientes muy helada... - me dijo, no respondí, estaba muy tranquila como para hablar -puedo calentar tu cuerpo. -