Apparently by Chance, at Precisely the Right Moment • [ls ; traducción]

Capítulo 1

Toda buena historia comienza con un nuevo comienzo.

Historias de amor, en particular. Renunciar a un trabajo para perseguir un sueño, dejar a tu pareja o tomar un nuevo camino en su vida. Para Louis Tomlinson, este nuevo comienzo fue Oxford.

Sintiéndose extrañamente atraído por la ciudad desde que podía recordar, por razones que aún no entendía, decidió que era el lugar perfecto para que el omega se estableciera y comenzara su nueva vida desde cero.

Es posible que aún no sepa nada sobre cómo funciona el mundo, pero eso lo motiva aún más a buscar esta nueva aventura. Al fin y al cabo, ¿qué es la vida sino aprender a levantarse y sacar algo positivo de tus propios errores?

Louis estaba decidido en conquistar la ciudad, encantar a todos los ciudadanos con sus celestiales productos horneados, ya fueran dulces ancianos, profesores gruñones o estudiantes colocados, y ser el escritor de su propio cuento de hadas en esa pequeña y acogedora ciudad de ensueño. Como siempre había soñado.

Todavía no sabía por qué, pero Louis tenía una idea bastante buena de que Oxford era el lugar donde sus sueños descansaban en suelo fértil, esperando pacientemente a ser regados por la pasión de Louis y brotar del suelo en una tarde soleada.

Cuando Louis recoge su última maleta antes de abordar el avión, un vistazo dividido de su muñeca le recuerda que tal vez, en el fondo, sabía la razón por la que Oxford ha estado llamando su nombre desde que tiene memoria.

Cuando Louis estaba en su último año de instituto, todo lo que soñaba era cumplir dieciocho y finalmente ver esa marca buscada iluminada en su muñeca, indicando la distancia exacta de él y su alma gemela. Pero cuando alcanzó la mayoría de edad en medio de la ciudad del amor, con la torre Eiffel iluminándose con magia cuando el reloj marcó la medianoche justo detrás de él, Louis se llevó la decepción de su vida, al ver que su muñeca permanecía sin brillo y apagada. Como siempre lo había estado.

Pero Louis sabía que no debía dejar que un bache en el camino arruinara su momento, por lo que celebró con sus nuevos amigos de cualquier manera, mientras los fuegos artificiales iluminaban el cielo nocturno parisino. Después de todo, solo significaba que su alma gemela no vivía en París ni en ninguna ciudad circundante. Louis podía vivir con eso.

Y lo hizo. Empujó este pequeño inconveniente a la parte de atrás de su cabeza y continuó con su otro verdadero amor; la confitería.

A la edad de veinticuatro años, Louis había terminado la escuela de pastelería en una de las más aclamadas de París, llegando a ser el primero de su clase, y estaba listo para abrir su propio pequeño café gourmet y pastelería en la ciudad de sus sueños después de haber trabajado bajo las alas de los mejores chefs en todo el país culinario de Francia. Esta realización lo hace sonreír.

Louis está cargando sus maletas en el compartimento sobre su asiento cuando siente un aroma desconocido, pero reconfortantemente agradable detrás de él, así como una mano fuerte y suave que toca suavemente la parte baja de su espalda mientras el extraño intenta cruzar el pasillo en el avión lleno de gente. Un Alfa.

—Aquí, déjame ayudarte—, ofrece el extraño antes de quitarle las bolsas a Louis y empujarlas todas juntas sin esfuerzo dentro del compartimento antes de meter sus propias bolsas allí también. Louis sonríe y murmura un pequeño agradecimiento antes de que el alfa se gire y le muestre a Louis una sonrisa cortés—. Veintiuno be. Parece que nos sentamos juntos.

—Parece que si—, sonríe Louis cortésmente de nuevo antes de arrastrarse a su asiento, el alfa lo sigue. Una vez sentado, Louis se vuelve hacia un lado y extiende una mano—. Louis.

—Matt—, el alfa, Matt, le devuelve la sonrisa y acepta el gesto de Louis, estrechándole la mano. Su piel es clara, tiene el pelo negro y una ligera barba oscura se comienza a formar en su rostro junto a una gran y nacarada sonrisa. No es exactamente el tipo de Louis, pero no está mal. No está mal.