1~ First Meeting

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“Organization for the Preservation of Wild Species" o también conocida como “Organización PWS”, era la organización qué se dedicaba a buscar la protección de las especies de híbridos salvajes de la sociedad, los cuales se perdieron en un porcentaje del 85% en la actualidad por problemas de retención de instintos y contaminación.

Actualmente, varios de los híbridos salvajes habían logrado adaptarse a la actualidad, más eran de los menos peligrosos para la sociedad.

En esta organización habían ayudado a esos híbridos para adaptarse y ahora, se encontraban con su mayor desafío.

Hace años habían tenido en cuarentena a un chico híbrido de pantera, el cuál nació allí porque intentaron mantener con vida a su madre, más esta murió tiempo después del nacimiento de su cachorro.

Era una triste realidad para los híbridos salvajes, siendo tratados prácticamente como animales sin ideales ni muchos derechos a libertad u opinión, pero era el costo de que se adaptarán y sobrevivieran en el mundo actual.

Aquella pantera llevaba un collar con el nombre que le brindó su madre antes de morir, el cual se llamaba “Trollino”. Ojos celestes y un cabello negro como carbón, claramente sus orejas y larga cola de pantera y como recién se había descubierto, un omega.

Podía y se mantenía en su forma totalmente animal, de todas formas no tenía permitido comentar nada con los supervisores.

Era una situación confusa, tratado como un animal, pero recibiendo la suficiente educación para cuando pudiera salir, un completo desastre de proyecto si se pensaba a profundidad.

Actualmente se encontraban en lo que podría ser una excelente solución a estos problemas con la especia del chico y su vida actual.

Este recién había cumplido 20 años, llegando a su madurez sexual y en la necesidad de una pareja para procrear, era lo que tarde o temprano pasaría y para lo que tenían una excelente idea.

Dos semanas después de notar el crecimiento del chico azabache, llevaron un nuevo residente al sitio, un tigre vengala que habían tenido en la mira desde hace ya unos años y nunca habían logrado atrapar, pero que finalmente lograron capturar ya que este se encontraba herido de su pata.

Lo ayudaron a sanar esta, y aun en recuperación para evitar que atacará al azabache, lo dejaron dentro de una jaula y esta fue metida en la hábitat de la pantera para que tuvieran su primer encuentro.

El de cabellos azabache miro confundido aquella jaula, se acercó con tranquilidad hasta que reconoció lo que había dentro, tomándolo inmediatamente como un invasor.

Los que se encargaron de meter la jaula, la abrieron para que el tigre saliera, obviamente no estaban seguros de lo que sucedería.

Al ser tratados como animales desde sus inicios, era ridículo pensar que ahora se tratarían de una manera respetable, el chico pantera creció con un par de estudios, pero conocía mejor las ordenes y las cadenas, mientras el chico tigre creció de manera salvaje, al menos podían agradecer qué sabía hablar.

—Estás en mi territorio —; Habló con molestia el de orejas negras sin terminar de acercarse con un gruñido qué resonó mientras hablaba.

—“Que miedo”, tranquilo niño, no me interesa salir, respeto tu territorio y yo tampoco quería venir a este ridículo lugar —; Respondió desde la jaula en su forma humana, sentándose mejor y sujetando con cuidado su brazo izquierdo herido.

—Gracias, al menos respetas eso, ¿Qué haces aquí?.

—Ni idea, si fuera mi decisión no estaría aquí y seguiría libre.

—¿Libre?.

—Si, yo estaba en una selva tropical bastante alejada de aquí, me di cuenta que pase un par de días para llegar hasta haca, ¿Y tu cuánto tiempo llevas aquí?.

—Toda mi vida, no sabía que se podía estar afuera.

“Al parecer se están llevando bien, no tardarán mucho en aparearse”.

Comento una voz femenina en las salas de observación, más no notó qué poseía los megáfonos encendidos y haciendo que los dos chicos escucharán, la pantera comprendió de inmediato, creció con esos términos, más el de cabellos azules no escucho bien, apenas empezar a sonar sus oídos dolieron a tal punto que no escucho bien ni comprendió.

—Mierda, entonces por eso lo trajeron —; Susurro para si mismo la pantera, se dio la vuelva y corrió para subirse a un árbol y recostarse en una rama de árbol. —Ni loco me dejaré coger por ese tipo.

Dejaron pasar dos horas, el peli-azul se quedo dormido en la jaula y el azabache seguía vigilando al invasor desde la distancia.

Al ver que no avanzaban, uno de los cuidadores decidió lanzar dos trozos de carne, esto para tentar al semi tigre a salir de la jaula, más no sucedió, el azabache bajo rápidamente en su forma animal y tomó los dos trozos de comida y se alejo para comer.

—No entiendo, el tigre no ha comido desde ayer, ¿por qué no se acercó o intento atacar? —; Preguntó el que lanzó el alimento.

—Es un tigre, idiota, no intentará entrar a territorio ajeno estando herido, además de que es salvaje, no se dejará alimentar ya que solo confía en lo que él consigue por su cuenta —; Le explico una de las encargadas qué llego a ver los sucesos. —Esto no resultará así, lo mejor será llevar a ambos a un territorio qué no le pertenecía a ninguno, si llevamos a Trolli al territorio del tigre solo lograremos qué cambien de papeles.

—¿Está segura de eso?, es arriesgado.

—Si, ya estamos hablando al respecto, los llevaremos a la misma selva dónde encontramos al tigre, pero en el área sur donde no hay ningún otro híbrido salvaje.

Dicho y hecho, ambos híbridos fueron llevados a este lugar una semana después de su primer encuentro, fueron dejados uno al lado del otro y con unos collares de rastreo para poder saber bien que sucede con estos y claramente su ubicación.

—... ¿Estamos afuera? —; Preguntó el azabache recién despertando y bajando sus orejas algo nervioso.

—Creo que es algo obvio, con permiso, tengo que ir a buscar algo de comer, me muero de hambre —; Habló con tranquilidad el chico peli-azul, se levantó y limpio el polvo de su ropa para luego empezar a alejarse.

—¡¿Me vas a abandonar aquí?!.

—Si.

—...

los últimos {Trollimba}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora