8~ Omega

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La situación era tensa, aquel alfa de cabellos azules rápidamente se coloco frente al omega con la intención de protegerlo, su instinto le hacia cuidarle rápidamente, incluso olvidando que debía realmente defenderse y pelear de ser necesario.

—Iba a echarlos de aquí, pero me has traído un delicioso obsequio~ —; Se escuchó que hablo el dueño de ese territorio con un tono obsceno.

—Aléjate, ya nos vamos de aquí —; Respondió con autoridad el de ojos grises y guiando a su compañero omega para irse del lugar, el cuál se encontraba nervioso, pero ya con las garras listas en caso de tener que defenderse.

—No, no... Quietos allí, dejaré que tu te vayas si me dejas a tu compañero, me será muy útil —.

—¡Ni hablar!

—Te lo estoy pidiendo a las buenas, pero si deseas pelear por él, no dudaré en hacerlo.

—Antes de amenazar deberías al menos mostrar la cara ¿no?

Vaya error cometió al reconocer otro chico pantera frente a él, un alfa de cabellos y ojos negros, ahora tenía tanto sentido su interés en su compañero de ojos azules, a parte de ser un omega que recién había pasado aquella etapa de apareamiento, sino que también era de su misma especie.

—Perfecto, ni siquiera tiene marca~

—Muérete —; Fue la única respuesta del chico omega, se mostraba valiente, más era evidente el porqué, estaba siendo respaldado por el chico que su omega interior prácticamente tomó como su alfa.

Una gran pelea se desató en aquella parte de la selva, ambos alfas peleaban por aquel omega, lo que cambiaban eran sus razones.

El tigre peleaba para protegerlo y por el cariño que le había tomado los últimos días juntos, mientras que el otro alfa... Aquel otro chico pantera solo lo deseaba para satisfacerse en aquel momento de apareamiento.

Trollino solo observaba la pelea, claro que deseaba defenderse, más Timba había tomado en control de la decisión y le prohibió interrumpir la pelea, con mucho sentido pues Trolli tenía casi imposible las de ganar contra un alfa que con únicamente su voz podía hacer que él se sometiera.

Aunque era interesante para su omega, ver como dos alfas peleaban por él era algo que podía aumentarle el orgullo de no ser por las intenciones lujuriosas de uno de ellos.

Timba tampoco era un santo, en su momento de celo también lo utilizo, más Timba se tomó la delicadeza de apoyarlo y cuidarlo mientras se adaptaba al lugar y a lo que debía hacer.

Zarpados, gruñidos y muchos golpes se repartían entre ambas fieras, dejando sin palabras al joven azabache presente.

Finalmente no hubo más por hacer, ninguno ganó directamente la pelea, pero Timba tiro entre un rio al atacante y sin más tomó a Trollino en brazos para salir corriendo del lugar.

No era la acción más valiente, pero a momentos desesperados, medidas desesperadas.

El azabache omega se sintió mucho más seguro cuando llegaron a lo que era su territorio, más algo era claro, no podía seguir así, Timba tenía razón en algo muy serio, no podía ser un omega sin dueño por allí, era visto como carnada.

—¿Te encuentras bien? —; Le preguntó al tigre que se dedicaba a limpiar la tierra qué le cayó mientras estuvieron en su escape, un poco de esta cayó en sus heridas.

—Si... Por poco no la cuento, ¿cómo está mi pantera? —; Preguntó con un apodo algo especial al chico más joven.

—Perfecto, no alcanzo a tocarme... ¿Quieres que vayamos al estanque para que lavemos tus heridas?

—Si, pero en un rato, ese tipo podría encontrarnos allí, así que quedémonos en el territorio por un momento.

Un silencio se formó luego de ese comentario, el azabache de ojos cielo ya no podía más con aquella situación.

—Marcame.

—¿De qué hablas, niño? —; Preguntó con extremada confusión el tigre al escuchar esa petición tan repentina.

—No me digas niño, solo eres un año mayor que yo... Quiero que me marqués —; Pidió quitándose una manga del chaleco, su hombro y la extensión de piel hasta su cuello se veían perfectamente.

—¿Estás seguro de lo que pides?

—Totalmente.

Con la afirmación en manos, el alfa no dudo en acercarse y morder su clavícula, esta con más cariño, luego dio un beso en esta, beso que le saco una sonrisa al chico pantera.

Aquella sonrisa se borró momentos después al sentir como las lambidas en su hombro comenzaron, lambidas que luego de un poco no tolero y lo apartó.

—¡Cambie de opinión! —; Gritó con miedo y volviendo a cubrir su hombro.

—¿En serio? ¿Me dejarás así? —; Preguntó algo molesto el chico de cabellos ceruleos.

—Lo siento, es que no lo pensé bien, yo...

—Entiendo —; Dijo interrumpiendo al omega con una mirada seria.

—No te enojes Timba, yo no... No era mi intención cambiar de opinión y...

—Dije “entiendo”, ahorrate las explicaciones.

Aquel tono cortante y serio le hacía más que obvio al chico de ojos cielo que había dejado molesto al tigre, con mucha razón, pues jugó con los deseos del alfa, algo que realmente no debe tomarse a la ligera y menos si son deseos carnales como una marca.

Aquel conflicto los distanció demasiado y así llegando a tres semanas sin hablar mucho, eran solo instrucciones a dar o pláticas cortas.

De un día a otro, eso cambió, aquel alfa de cabellos azules se volvió muy servicial y cariñoso con aquel omega, el cual estaba agradecido, pero confundido con el cambio tan repentino del chico de ojos grises.

Sus dudas se aclararon cuando su propio omega interno comprendió, los alfas solo se volvían así cuando el omega no estaba en correctas condiciones de cuidarse solo, esto cuando el omega esta herido o en cinta... Trollino no estaba herido y había tenido múltiples encuentros con Timba cuando ambos estaban en su celo, la respuesta era demasiado obvia.

Claro que esto asustó al joven azabache, a fin de cuentas se cumplió lo que deseaba el centro de protección, pero tampoco estaba arrepentido de saber que daría a luz a una cría de Timba sabiendo lo mucho que él le ayudo.

Ninguno lo aceptaba, pero el alfa interno del peliazul y el omega interno del azabache se amaron apenas verse, lastima que sus poseedores tardaron tanto en notarlo, pero al fin estaban fijando un rumbo.

—Timba, puedo ir por mi cuenta.

—Ni hablar, es peligroso para ti, ¿Qué quieres comer? Cazare lo que mi gatito negro deseé para comer hoy.

—Timbaaa —; Dijo como si se tratará de un berrinche.

—A mi no me puedes comer Trolli, al menos no ahora, ¿Qué quieres comer? —; Dijo con gracia para volver a la pregunta inicial.

—... Conejo estará bien.

—Perfecto, no te vayas de aquí mientras no estoy —; Pidió y le brindó un pequeño roce de narices a Trolli.

Entre sus especies eso era un beso, por lo que el chico pantera correspondió con el mismo roce y sonrió un poco conmovido.

—Ten cuidado.

—Tu igual, mi ojitos de cielo —; Dijo el tigre con ternura.

—Te quiero mucho... Mi alfa —; Respondió el de cabellos negros y le dio un beso en los labios, beso qué no fue correspondido, pues Timba no tenía una mínima idea de lo que significaba ese gesto.

—¿“Mi alfa”?... ¿Estás listo? —; Preguntó el tigre con ilusión por las palabras escuchadas.

—Creo que ya no tengo excusas para negarme... Timba...







































“Quiero ser tu omega

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⏰ Última actualización: Dec 28, 2023 ⏰

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