Capítulo 48: La gran visión

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Corrí al baño de nuestra habitación. Ya conocía las instrucciones del artefacto, así que me dispuse a hacer mi trabajo. Debíamos esperar 5 minutos, los 5 minutos más largos de nuestras vida.

Salí del baño y no ví a Eddie por ningún lado. Escuché algunos ruidos en la cocina y me dispuse a seguirlos, encontrándome con Eddie dando vueltas por todo el lugar. Deje la prueba sobre la mesa, provocando que Eddie disminuyera sus vueltas hasta detenerse por completo frente a mi.

Eddie: ¿Ya está el resultado?

Sid: Faltan 2 minutos.

Eddie: ¿Y como funciona?

Sid: Si salen dos líneas, es positiva. Si solo sale una, el resultado es negativo.

Eddie: ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?

Sid: Muerta de los nervios, ¿y tú?

Eddie: Muy ansioso. ¿Quieres verla ya?

Sid: Bien, hagamos esto.

Levanté la prueba de la mesa, las manos me temblaban como si fuera un Chihuahua nervioso. Los nervios desaparecieron cuando solo ví una línea en la prueba. Todo lo que había sentido anteriormente se convirtió en una gran desilusión.

Eddie: Entonces, ¿que paso amor?

Sid: Creo que la vida no quiere que sea feliz. No seremos padres, Eddie. -Dejé la prueba en sus manos y sentí como mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas- Puedes volver al trabajo, quiero estar sola.

Volví a nuestra habitación, me encerré en ella y me lancé a la cama mientras las lágrimas caían por mis mejillas.

Abracé una almohada con todas mis fuerzas, mientras sentía como cada pedazo de mi corazón se rompía segundo a segundo. Me había hecho tantas ilusiones con un bebé que ni siquiera existía y ahora volvía a estar vacía por dentro.

Eddie tocó la puerta varias veces y aúnque no quise abrirle consiguió la manera de entrar. Caminó hasta la cama y se sentó junto a mi. Mis ojos se encontraron con los suyos, dejándome ver qué estaban un poco rojos. Tal vez él también había llorado al saber la noticia.

Eddie: Amor...habla conmigo. Dime lo que sientes, no te cierres. Te lo suplico.

Sid: ¿Que pasa si nunca podemos tener hijos? ¿Seguirías amándome igual?

Eddie: Sid, me enamoré de ti desde el primer momento que te ví. Me enamoré de tu forma de ser, de tu carácter, tu carisma. Eres un ser humano hermoso, por dentro y por fuera. Me case contigo porque quiero pasar el resto de mi vida junto a ti, estamos hechos el uno para el otro. Se que los hijos son parte de un matrimonio, y no te niego que me encantaría tener un equipo de baloncesto junto a ti, pero si aún no es el momento lo entiendo. Recuerda que ya tenemos una familia de raros, solo Max, tu y yo.

Sid: Lo sé, pero pensé que con este bebé podría compensar lo que nunca vivimos con el bebé que perdimos.

Eddie: Lo entiendo, pero tal vez no sea el momento de tener hijos. Aún así, lo intentaremos las veces que sea necesario. Cambia esa cara, odio verte triste. ¿Que te parece si no voy al bar y me quedo aquí contigo? Podemos ver algunas películas y ordenar unas pizzas.

Sid: Me parece bien

Eddie se quedó junto a mi el resto del día. Ordenó algunas pizzas y vimos varias películas. Esa noche, me abrazo durante toda la noche mientras dormíamos.

Decidimos intentarlo una vez más y durante los próximos meses utilizamos varías alternativas para quedar embarazados. Algunos medicamentos, incluso el kamasutra, fueron nuestros acompañantes en el momento de tener intimidad, pero nada funcionaba.

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