Capítulo 16.

2.3K 296 72
                                    


Lauren revolvió con ritmo marcado la pequeña taza de café espresso que tenía frente a ella. Sus ojos a la distancia detallaban lo indeciso que parecía Lukas frente a la gran cantidad de frutas que se ofrecían en la mesa de la zona del restaurant del hotel que habían llegado horas previas.

El viaje había sido tranquilo, y un poco más largo de lo que recordaba, a pesar de haberlo transcurrido tantas veces antes.

Camila había insistido en pedir habitaciones separadas. Muy en el fondo Lauren lo había intentado manejar de forma madura, intentando entender el pensamiento lógico de la morena quien aún no le había explicado nada a Lukas sobre la relación entre ambas.

La relación... ¿Qué era precisamente lo que tenían? Habían compartido besos, lágrimas, abrazos y momentos previos al viaje se habían embarcado del todo en el placer.

No era quizás el momento para determinarlo. A fin de cuento, el control que tendrían con el Pediatra oncólogo era lo más importante.

- ¿Estás bien? – Le susurró Camila cuando se sentó a su lado.

- Sí... Estoy algo cansada, es todo. – Sonrió de lado.

Los ojos marrones parecieron querer interrogarle aún más, pero la suave voz de Lukas interrumpió el momento.

- Mamá, quiero leche de chocolate. – Pidió.

- Pensé que querías cereales. – Apuntó al alimento que ya estaba en la mesa.

- Perdón...

- Está bien, iré yo. – Dijo Lauren.

Intentando no perder el equilibro la ex comandante se encaminó hasta la barra de leches de diferentes sabores buscando la que había pedido el niño con pecas.

Por el ventanal el sol brillaba en lo alto cubierto por algunas tímidas nubes. Los infinitos edificios de Boston le recordaban la última vez que había estado ahí, cuando finalmente le destituyeron de la U.S Navy.

- Intenta beberte todo el vaso Lukas. – Dijo Lauren una vez se sentó.

El niño afirmó con la cabeza reiteradas veces hasta que se llevó a los labios el vaso de porcelana blanca.

- ¿Quieres un croissant? – Preguntó Camila.

- No, gracias. – Le miró. – Con los cereales y frutas estoy bien.

- ¡Los cereales! – Rio Lukas. – Eran míos.

- Pues ahora son míos, ¿Vale?

- Vale.

Desayunaron tranquilamente bajo la luz natural del sol y el sonido de los compases de alguna antigua canción de bossanova que Lauren no podía identificar del todo.

- Venga. Es hora de arreglarnos para ir al hospital. – Interrumpió Camila.

Sus ojos verde esmeralda detallaron el acongojado rostro de Lukas quien miró a su madre bajo un ceño fruncido.

- ¡No quiero! – Alzó la voz el niño.

- Venga hijo, sólo serán unos exámenes y verás al Dr. Marcus.

- ¡No quiero agujas! – Sollozó. – No quiero más... ¡No quiero!

El pecho de Lauren pareció apretarse frente a la súplica de Lukas. Muy en el fondo, podía ver reflejado el miedo en aquellos ojos marrones.

Los colores del mar. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora