Capítulo 15.

2.9K 318 54
                                    


- Voy a viajar a Boston el próximo viernes. – Dijo Lauren mirando a su madre.

- ¿Y eso?

- Voy a acompañar a Camila para el control de Lukas.

La mujer de cabellos rubios detuvo la lectura de su libro abierto de par en par para detallar la figura de Lauren que se dibujaba al lado de la gran ventana de la habitación.

- Sabía que te estabas viendo con Camila, pero... ¿Estáis teniendo una relación?

- No... No como lo piensas. – Frunció el ceño. – Es difícil de explicar...

- Ya no eres una chiquilla de diecisiete años, creo que puedes contarme más qué está sucediendo si así lo quieres...

Lauren detalló los rasgos suaves del rostro de su madre. Si bien su relación nunca había sido muy unida la ojiverde de vez en cuando recurría a los consejos de ella.

- Creo que nunca he dejado de amarle. – Confesó. – Pero ninguna de las dos está preparado para ello.

- ¿Por qué lo dices?

- Camila tiene muchas cosas que resolver aún. – Sonó con pesar. – Y no sé precisamente si puedo ser su mejor apoyo en estos momentos.

- ¿Por qué, por lo de tu rehabilitación?

- En parte. – Volvió su mirada a la ventana. – Aún me siento muy insegura, a momentos tengo episodios de crisis de angustia... No puedo cargarle con algo más en estos momentos.

- No eres una carga, nunca lo has sido... Sufriste un grave accidente, perdiste una parte de ti, aunque fuera física, perdiste parte de ti en eso Lauren.

La cicatriz de su amputación pareció escocer con las palabras de su madre. Si bien había estado hablando de aquello con Jacob Kordai aún no se sentía completamente capaz de encontrarle un sentido a todo lo que le había ocurrido, quizás nunca le encontraría el verdadero sentido.

Por eso veía su reencuentro con Camila como una nueva oportunidad. Anhelaba que la vida le devolviera en parte lo que años atrás le había sido arrebatado.

- Me parece además un poco injusto que estés intentando algo con Camila sin saber bien del todo lo que esperas.

- No estoy jugando con ella. – Respondió casi con vehemencia.

Clara enarcó sus cejas para luego cerrar el libro que se encontraba en su regazo.

- Si es lo que realmente quieres, cuenta con todo mi apoyo.

- Gracias...

La mujer le dedicó una pequeña sonrisa para luego acercarse ella también al marco de la ventana.

- ¿Cómo está Lukas?

- No muy bien. – Dijo con notable preocupación. – Ha perdido algo de peso.

- ¿Ese control que tiene en Boston es por esto en particular?

- No y sí. – Hizo un gesto con las manos. – Debía tener este control, y se ha juntado con este cambio.

- Sólo espero que todo salga bien.

- Yo también.

Un sutil silencio las invadió mientras Clara Morgado ahora se dirigía a la cocina para preparar una infusión de té verde.

Los colores del mar. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora