Capítulo 1

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El primer día en Tokio, parecía difícil de creer, realmente ella aún pensaba que era un evento fortuito el hecho que siquiera estuviera en la gran capital de Japón ¿Qué podía decir? Ella era provinciana, siempre tuvo el sueño de salir de su pueblo y no simplemente lo consiguió, si no que también consiguió salir de su país ¡Encima como hechicera! 

¿Podría acaso pedir algo mejor?

- Señorita ¿Quisiera saber su futuro? -le preguntó uno de los meseros del lugar, ella levantó la ceja, preguntándose a que se refería, entonces el contrario se percató de la maleta que se encontraba bajo la mesa- ¡Oh! Usted es extranjera... ¡Son galletas de la fortuna! 

Sus ojos se iluminaron y asintió de forma enérgica, ella conocía las galletas de la fortuna ¡Las había visto en películas y series! En su pueblo no había cosa como aquella, lo cual hacia que su emoción saliera a flote.

- ¡Me encantaría por favor!

El mesero, quien había visto el brillo en los ojos de la joven sonrió mientras sus mejillas adquirían un color rojizo, la chica en frente suyo era muy hermosa, se preguntaba si es que ella era modelo.

Amablemente le extendió un bol lleno de galletas, dejando que la contraria eligiera la que ella quisiera, y así hizo. Sacando su mano fue cuando se preguntó.

''¿Esto tendrá un coste adicional en la cuenta?''

- La casa invita -el joven mesero hizo un leve movimiento con la cabeza y ella festejó internamente, no es que le faltara dinero, pero tampoco le sobraba mucho como para irlo gastando (por mucho que a ella le gustara hacer compras compulsivas)-.

Finalmente el joven se retiró y ella abrió la galleta que se encontraba en sus manos, sin realmente importarle mucho el sabor que esta tuviera, solo deseando ver cual seria el futuro que le deparaba.

Su corazón empezó a palpitar rápidamente sin motivo alguno y sus ojos se abrieron en sorpresa cuando vio lo que contenía la galleta, guardo el papel en el bolsillo trasero de su jean y con duda plasmada en el rostro salió del restaurante.

Su próxima parada seria el tan conocido Colegio Técnico de Magia Metropolitana de Tokio

(...)

- Ah~ esas fueron demasiadas escaleras para un solo día, no puedo creer que los estudiantes y profesores puedan soportar esto todos los días.

Una gota de sudor paso por su frente y ella la secó al instante, el sol de la tarde no estaba ayudando para nada, más bien parecía hacerle querer sufrir a propósito.

La joven de cabello morado se recargo sobre las barandillas un par de segundos, completamente agotada. Sin poder esperar más se encaminó hacia la zona de habitaciones mientras arrastraba su maleta, debía reconocer que no llevaba mucha ropa, pero esperaba que pudiera comprar mucha más en la gran ciudad.

Miro la llave que le había dado el director Yaga y busco con la vista el número de la puerta que concordara con el que tenía la llave e su mano.

A penas la encontró fue directo a esa habitación con toda la intención de abrirla, preguntándose si tendría compañeros vecinos en la habitaciones de al lado, abrió la puerta y miró su habitación.

Una hermosa ventana iluminaba todo el pequeño cuarto, a los lados de esta había una cortina blanca fina y delgada, un armario de dos puertas, un escritorio con libros y un par de lapiceros encima y un baño simple con ducha, el lugar era pequeño pero confortable, parecía tener mucha privacidad.

- Bueno, es hora de trabajar.

El resto del día Sarah se encargó de arreglar su ropa, decorar un poco su habitación para así ponerse cómoda en esta. Finalmente y cuando ya se dio cuenta que el cielo se había oscurecido, para terminar se dio una ducha, se puso su pijama y antes de que pudiera darse cuenta cayó en los brazos de morfeo a penas tocó su cama, realmente había sido un buen primer día en Tokio, esperaba que el siguiente fuera aún mejor, aunque lo dudaba.

La Protegida Del Profesor || Gojo Satoru JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora