Capítulo 2

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La mañana era muy calmada, los pájaros cantaban y el viento era muy agradable, era un día muy esplendido para cada persona en Tokio.

Sobre todo en la oculta Academia de Hechicería, donde ciertos estudiantes de primer año se habian levantado con los ánimos por debajo de los suelos ¿Quien podía culparlos? Todos deseaban quedarse en su cama hasta tarde.

Claro...

Todos menos cierta alumna de cabello morado.

La chica que tenía una única razón para no despertar desganada todos los días.

Esa razón no era nadie más ni menos que su propio docente.

- ¡Profesor Gojo! ¿Como puede verse tan atractivo desde tan temprano?

- Sarah, me alegro que hagas tan buena observación -Gojo puso sus dedos en el puente de su nariz mientras una sonrisa autosuficiente surcaba sus labios- Lamentablemente no hay respuesta en específico para mi belleza.

- Ya van a empezar... -dijo Megumi, rodando los ojos y mirando hacia otro lado, completamente desinteresado-.

No era para nada nueva la situación en el salón de clases, poco menos de una semana había pasado desde que habían iniciado las clases para los hechiceros cuando una rutina se había creado en aquel salón de clases.

La interacción era simple, Sarah llegaba, hablaba con sus compañeros de lo más normal del mundo, claro... hasta que su nuevo crush llegaba al salón de clases irradiando brillitos y diciendo estupideces atípicas de un profesor común y corriente.

Satoru Gojo no es una persona común y corriente, vamos ni siquiera era cercano a algo parecido.

Sarah mostraba su sonrisa más brillante, la cual todas las personas en aquel lugar debían reconocer que hacía latir sus corazones un poquito más rápido, independientemente de tuvieran si sentimientos por ella o no, una sonrisa radiante siempre podía calentar hasta el corazón más frío.

Aunque, siempre hay una excepción...

A Gojo le ponía muy feliz saber que había adquirido una nueva alumna que podría ser cómplice de sus locuras diarias, mismas que sus alumnos solían rechazar.

Sin embargo el era completamente consciente de los sentimientos de la chica, era imposible no hacerlo. Podía sentir como los latidos de la chica se aceleraban al verlo, como sus pupilas se dilataban y su calor corporal aumentaba solo con tenerlo cerca.

- Profesor Gojo, ¿Por qué cubre sus ojos?

Sin embargo Gojo Satoru tenia muy en claro que debía tener una relación meramente alumna-profesor con ella, además de que era muchísimo mayor en edad.

- Veras mi niña, como soy el hechicero más poderoso tengo que ocultar de alguna forma mi poder colosal.

- ¿Así que es eso? -ella susurró y con la curiosidad invadiendola se acercó un poco más hacia su profesor, casi invadiendo su espacio personal. A Satoru no le importó, después de todo si notaba un acercamiento mayor se podía alejar con total calma para evitar mayores inconvenientes- ¿Puedo ver sus ojos?

A pesar de que ella no podía ver más que vendas en el lugar donde se suponía que debían estar los ojos del adulto, el pudo ver perfectamente los raros ojos violetas que la chica poseía. Le generó curiosidad al ver un opaco destello en ellos, sintiendo mucha energía maldita emanar de ella, después de todo y al ser tan joven parecía no saber como ocultar a la perfección esta. No la culpaba.

- Tal vez más adelante -el mayor puso un dedo en la frente de la joven, alejandola unos centímetros de el- Es hora de que hagan una misión.

"Veré tus ojos pronto, lo juro como que me llamo Sarah Gojo"

- No te apellidas Gojo, Sarah.

Ups, lo había dicho en voz alta

- Aún Nobara, aún...

La Protegida Del Profesor || Gojo Satoru JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora