Capitulo 8

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Es un idiota

Merrdith

No puedo creer que aun se acuerde de esas cosas, me causa nostalgia eso, a él siempre le gustó molestarme con mi segundo nombre, pero a mí no me gustaba antes de él, cuando mamá murió no deje que nadie me volviera a llamar así, ella amaba ese nombre, pero después apareció él, haciéndome rabiar llamándome hacía hasta que se volvió en su forma de decirme amor, y yo amaba ese nombre en sus labios, pero después de que me fui volví a odiar qué me llamara así, lo que me sorprende aún más es el comportamiento de su novia valla que es celosa y eso que no sabe quién soy realmente.

Comienzo con el papeleo, los permisos, los presupuestos y las investigaciones qué es mi motivo principal para esta ahí, a medio día tocan mi puerta es Rita la secretaria de mi padre con un arreglo lindo y delicado de rosas blancas mis favoritas, me extraño ya qué Piter no me regala flores más que en fechas especiales, y aunque eso no me agradaba mucho lo aceptaba porque así era él y así lo quería y lo aceptaba, lo dejo en mi escritorio, pero no tenía nota, ni nada que indicaba qué fueran para mí o de parte de quien eran, di por hecho que eran de Pit, tal vez eran para que me sintiera más cómoda después de mi incidente de ayer.

Ayer después de darme cuenta de que era Hades el que estaba alado mío, me desmaye porque aún no lo sé, tal vez por tantas sorpresas a la vez, decidí irme a casa junto con Pit, llegamos y tan solo me acompañó a mi cuarto y me abrazo mientras lloraba, sabía que le molestaba que me sintiera así porque según él significaba qué aún sentía algo por Hades, pero yo no creía eso, yo me sentía así por los recuerdos, el verlo ahí en esa playa junto a mí, me recordó tantas cosas, cosas lindas y cosas tristes y otras destructivas, como la última vez ahí.

Después de hacer cierto papeleo ordené hacer una reunión con los empleados de la empresa, fueran o no parte de la empresa McCalister, necesitaba presentarme, no estaba dispuesta a pasar otra escena como la de la mañana, fue bastante incómodo y desagradable tener que explicar de quien soy hija y que hago aquí.

- Buenas tardes a todos - digo ya en la reunión hacia los empleados - para los que no me conocen mi nombre es Merrdith Maccaliste la hija del señor Maccaliste y dueño de esta empresa y socio de la empresa Miller qué a lo que se hay parte del personal de esta en este edificio así que, quería presentarme con todos para que no allá malos entendidos, también quiero que conozcan a, Cleopatra, Piter, Ángel, Míriam, y Simón los cuales son parte de mi equipo de trabajo y se les ha asignado un puesto en esta empresa, pido respeto para todos por igual por favor, y también que cualquier duda se la transmitan a Rita ya ella me la internará a mí y yo les daré una respuesta - digo como último y todos los empleados se dispersan hacia sus áreas de trabajo.

- Vamos a almorzar - dice Piter acercándose

- Claro que si amor, tengo muchas ganas de lasaña y conozco un restaurante italiano cerca de aquí, si es que aún sigue ahí -

- Si, aun está ahí, y siguen sirviendo la mejor lasaña de todas - dice Hades acercándose a nosotros.

-Gracias, pero no recuerdo que hallamos pedido tu opinión - dice Pit acercándome a él como marcando territorio.

- Gracias por decirnos Hades- digo sin prestarle mucha importancia a lo cual Pit me ve con furia - ahora si me perdonas iré a almorzar con mi novio - digo dándole la mano a Pit y caminando hacia la salida.

Bajamos y nos dirijamos al restaurante el cual se encontraba a 2 cuadras de la oficina, recuerdo haberlo encontrado en una de las tantas visitas a mi padre en donde me dejo plantada para almorzar, después se convirtió en mi lugar favorito, cuando comencé a salir con Hades lo frecuentábamos mucho, ya que se encontraba entre las 2 empresas y era fácil encontrarnos aquí aparte de que yo amaba la comida.

Una vez en el restaurante yo pido un trozo de lasaña de carne molida y una copa de vino tinto, un Cabernet para ser exactos, Pit pide una pasta Alfredo y una copa de vino blanco, digamos que odiaba mi elección de vinos ja, ja, ja, pero yo amaba el tinto, cuando llega nuestra comida a la mesa y estamos por empezar a comer una voz nos interrumpe.

- Hay que casualidad - dice una voz chillona qué estoy empezando a odiar

- Hola qué tal Taylor - dice Pit bastante amable lo cual la verdad no me agrada nada y me sorprende y al voltear noto que no soy a la única.

- Les molesta si los acompañamos a almorzar?? - dice Taylor

- Si-

- No-

Decimos Pit y yo a la vez. Por lo cual volteo a verlo interrogante.

- Taylor deja de ser inoportuna y vamos a una mesa aparte - dice Hades molesto, se nota que le molesta estar cerca de nosotros.

- No me malentiendan, pero, no quería que se sintieran incómodos o molestos, pero si no les molesta claro que pueden sentarse sin problema - digo algo forzada

- O no para nada querida es más, te quería pedir una disculpa por mi comportamiento anterior - dice hipócritamente Taylor sentándose.

Hades se sienta junto a ella quedando enfrente de mí, siento su mirada sobre mí, mientras pide exactamente lo mismo que yo, al final era nuestra comida favorita, teníamos demasiadas cosas en común, cosa que para algunos sería aburrido, pero para nosotros era excelente poder compartir tus mismos gustos con alguien es lo mejor, Pit era todo lo contrario, teníamos varias cosas diferentes, a veces era difícil que él se adaptará a mis gustos y yo a los de él pero lo intentábamos.

Llego su comida y comenzamos a comer y a tratar de platicar qué más bien era limitarse a escuchar a Taylor hablando de sí misma solamente, en eso mientas tomaba de mi copa sentí como por debajo de la mesa algo tocaba mi pierna en una leve caricia eso hizo que se me erizara los bellos de los brazos, conocía esas caricias, así que me disculpe y me dirigí al baño antes de que eso se saliera de control, seguía siendo un descarado, como se le ocurría hacer eso con su novia y mi novio a un lado, aparte yo lo odiaba.

Estaba lavándome la cara cuando escuche que alguien entre a al baño, no me sorprendí ya qué era un baño de más de un cubículo, pero me sorprendí cuando escuche que le ponían seguro a la puerta y en eso lo vi a él acercándose a mí.

- Qué haces aquí, qué no sabes que es el sanitario de damas - digo pegándome al lavamanos.

- Eso no te importaba antes - dijo con burla, acorralándome contra el lavamanos

- No sé dé lo que hablas - cuando claramente si sabía de lo que hablaba, recordaba las varias veces que lo habían hecho ahí mismo.

- A no, quieres que te lo recuerde - dice demasido cerca de mi rostro, haciendo que se me agitara la respiración.

- No muchas gracias, me gusta mi perdida de memoria tal y como esta -

- Tu cuerpo no dice lo mismo, se nota que se muere porque te recuerde lo que hacíamos aquí mismo, en este lugar, por más que te niegues a aceptarlo tu cuerpo sigue siendo mio, tú sigues siendo mía -

- ja, ja, ja, deja que me ría, no seas ridículo, yo no soy nada tuyo, tú perdiste ese privilegio hace mucho - digo encarándolo aun con la respiración agitada, si mi cuerpo me gritaba qué me acercara qué lo besara, qué dejara qué él me recordará con caricias lo que avía pasado en ese lugar hace años, pero mi mente me gritaba qué no, que yo lo odiaba qué me había hecho mucho daño y que tenía que alejarlo.

- Eso repíteselo a tu cuerpo Hera, porque creo que no lo sabe - dice dándome un beso en la mejilla, para después salir del sanitario.

-Maldito idiota - dije alto pegándole al lavamanos

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